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El cardenal Ricardo Blázquez ha presidido esta mañana de Miércoles Santo, en la catedral de Valladolid, la misa crismal en la que se bendicen los sagrados óleos y los presbíteros renuevan sus promesas sacerdotales. La ceremonia (que habitualmente se celebra en la diócesis ... la mañana de Jueves Santo) se ha adelantado al miércoles, on la presencia de un centenar de sacerdotes de la provincia, distribuidos por la seo en bancos y sillas supletorias con respeto a la distancia de seguridad impuesta para afrontar la pandemia.
El arzobispo de Valladolid (que se quitó la mascarilla durante la homilía) ha lanzado durante la ceremonia una llamada a la esperanza en medio de estos tiempos complicados por la covid. «La esperanza tiende a una meta ardua, posible por la gracia de Dios, pero ardua. Requiere paciencia», ha asegurado Blázquez, quien ha animado a conservar esta esperanza a pesar de la pandemia. Y hacerlo, además, a pesar de «las limitaciones en la movilidad, el número bajo de participantes en las celebraciones, las incertidumbres, las idas y venidas –en unos momentos esperanzadores y en otros más deprimentes– del itinerario de esta pandemia general en la cual todos estamos inmersos. No solo nosotros. Pensemos en la humanidad y en tantos pueblos que tienen muy pocas oportunidades. Que con el paso del tiempo, pacientemente, podamos afrontarla», deseó Blázquez, al tiempo que insistió en esa esperanza que hay además que cultivar, porque «se convierte en un servicio que debemos prestar a nuestros hermanos. También somos ministros de esperanza», aseguró Blázquez durante su homilía.
Semana Santa en Valladolid
Y trasladó este mensaje de forma especial a los religiosos de la provincia. «Tenemos que enviar el Evangelio a los desalentados, a los enfermos, a los ancianos, a los postrados por esta pandemia». «Somos sacerdotes, servidores de los sacramentos, particularmente la Eucaristía. Podemos correr el riesgo de caer en la rutina, de convertilo todo en superficial, de que no nos toque por dentro», alertó el cardenal Blázquez, antes de lanzar un mensaje: «No nos quedemos simplemente en la realización que a veces es casi ejecución de los símbolos sacramentales». «Esta celebracion tiene que ser un aliento en nuestro camino al servicio de la comunidad», añadió.
El aforo de la catedral ha estado limitado a un tercio y la misa se ha retransmitido por Internet a través del canal de Youtube de la diócesis. También se ha podido seguir en la web de elnortedecastilla.es.
En la liturgia católica, esta es la primera celebración indicada por el Misal Romano para el Jueves Santo, previa a la Misa de la Cena del Señor, pero en Valladolid, al igual que en otras ciudades, se ha adelantado un día «para que puedan asistir con más facilidad los sacerdotes diocesanos, los laicos y los consagrados».
En la misa crismal, después de la homilía del obispo, el clero renueva públicamente ante el pueblo de Dios las promesas de su ordenación presbiterial. El momento posterior de esta Eucaristía consiste en que el obispo consagra el santo crisma y bendice el óleo de los catecúmenos (empleado en el bautismo y en sus ritos preparatorios) y el óleo de los enfermos (sado en la unción de los enfermos).
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