![La Soledad Dolorosa de Santa Eulalia, en el Azoguejo.](https://s2.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2023/04/06/jueves-santa-eulalia-detorre-khMB-U20010598149qDE-1200x840@El%20Norte.jpg)
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Otro Jueves Santo brillante. Y van dos consecutivos. Parece algo normal, pero no lo es. Como la lluvia y la pandemia habían arruinado las procesiones de los últimos años, los cofrades vivieron ayer un Jueves Santo extraordinario, en el más amplio sentido del término, con ... las calles llenas de público, una temperatura más que aceptable y cielos completamente despejados.
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Siete de las diez cofradías, hermadades y feligresías de la Semana Santa de Segovia –fiesta declarada de Interés Turístico Nacional– trasladaron sus imágenes a la Catedral, donde ya aguardan el comienzo de la Procesión de los Pasos, prevista para las 20:30 horas de hoy, Viernes Santo. Los cofrades desfilaron entre la muchedumbre que se agolpaba en la calles, repletas de segovianos y visitantes, pues el goteo de turistas lleva siendo constante desde casi el comienzo de la semana.
Un Jueves Santo para recordar (II)Ver 19 fotos
La tarde siguió el esquema de ediciones anteriores. Al margen de los vía crucis que algunas agrupaciones celebran en sus respectivas parroquias o barrios, las ocho procesiones programadas tienen un mismo objetivo: el traslado de lo pasos a la Catedral segoviana.
Desde un punto de vista meramente organizativo, cada una desplegó un ritmo previamente acordado. La coordinación primó para no coincidir en una misma calle, camino de esa carrea oficial que había de conducirlas a la Catedral. Así, las cofradías de los barrios más alejados del centro se repartieron los itinerarios: las procesiones de la Soledad Dolorosa (Santa Eulalia), de La Flagelación del Señor (Nueva Segovia) y de la Esclavitud del Santo Cristo del Mercado llegaron al Azoguejo a través de Muerte y Vida y San Francisco, mientras que los tres pasos de la Cofradía de la Piedad (San José Obrero) lo hicieron por las calles Independencia y Gobernador Fernández Jiménez y la avenida del Acueducto. El reparto neutralizó las aglomeraciones en el embudo de Muerte y Vida, aunque fueron inevitables en los accesos al Azoguejo.
Por otra parte, la Soledad al pie de la Cruz y el Santísimo Cristo en su Última Palabra, de la cofradía de San Millán, trazaron su tradicional recorrido por las calles de este barrio antes de enfilar hacia la Catedral por la avenida del Acueducto y la Calle Real. Lo hicieron previamente a las anteriores.
Los exalumnos maristas han optado por prescindir del vía crucis de los Altos de la Piedad, de manera que solo organizaron la procesión que acompaña a sus dos imágenes, aunque cambiaron el recorrido por las obras en Daoi y utilizaron el paseo de Ezequiel González, la avenida del Acueducto y la Calle Real para llegar a la Catedral. Por su parte, los cofrades de San Lorenzo trasladaron el paso La Oración en el Huerto desde la misma plaza del barrio, a través de la Vía Roma. La noche culminó con el vía crucis del Salvador, organizado por la Real Cofradía de la Santa y Venerable Esclavitud y Feligresía que acompaña al Cristo de los Gascones.
Son los barrios más alejados de la Catedral. La cofradía titular del primero es La Flagelación del Señor. El paso que porta, obra de José Quixal, representa la flagelación de Jesucristo en las horas previas a su crucifixión. Los cofrades, con túnica morada, cíngulo y caperuz blancos, descendieron de Nueva Segovia acompañados por su banda de cornetas y tambores.
Apenas tres cuartos de hora después, partieron de la parroquia de San José Obrero los integrantes de la Cofradía de La Piedad, con los pasos El Calvario (de la escuela de Olot), La Magdalena al pie de la Cruz (de Sebastián Sanabra) y Nuestra Señora de la Piedad (de Quixal), que lucía como nunca la bellísima aureola, restaurada y abrillantada recientemente. Al paso de la procesión por la calle Giner de los Ríos, la Policía tuvo que abortar un conato de pelea entre unos muchachos que jugaban en la cancha polideportiva de la zona. El desfile pudo continuar sin problema alguno, camino de la calle Tomasa de la Iglesia y de la avenida de la Constitución.
Como ya hicieran el año pasado, los integrantes de la Cofradía de Nuestra Señora la Soledad al Pie de la Cruz y el Santísimo Cristo en su Última Palabra, de San Millán, volvieron a lucir sus dos imágenes de manera plena. Esta cofradía, conocedora del valor que ambas tallas poseen (son obra del escultor Aniceto Marinas, que las donó a la parroquia de San Millán en 1930 y 1947) nunca fuerza la situación y ante la menor amenaza de lluvia elige no desfilar y preservar sus joyas escultóricas. En esta ocasión no han tenido que estar pendientes del cielo. La religiosidad se vive en este barrio segoviano de una manera intensa y profunda. Las imágenes de la Soledad al pie de la Cruz y del Santísimo Cristo en su Última Palabra partieron de los aledaños de la iglesia y recorrieron el corazón del barrio antes de salir a la avenida del Acueducto y enfilar la carrera oficial con destino a la Catedral. Iban acompañadas por la banda de cornetas y tambores titular de la cofradía.
Por su parte, los integrantes de la Hermandad de Nuestra Señora la Soledad Dolorosa-Cofradía del Recogimiento salieron de la calle San Antón media de hora después que los de San Millán. Iban ataviados con sus túnicas negras y sus capas blancas nacaradas, acompañando la imagen de la Soledad Dolorosa, Virgen doliente bajo palio, bellísima, que custodian durante la procesión los alumnos de la Academia de Artillería. La hermandad celebra este año el cuadragésimo aniversario de su banda de cornetas y tambores, cuyos miembros desfilaron con lícito orgullo.
La procesión que posibilita el traslado del Santo Cristo de la Cruz a la Catedral ha ganado seguidores en los últimos años. Principalmente, por el esfuerzo que hacen los cofrades, que portan a hombros esta talla anónima del siglo XVI entre la ermita del Mercado y la Plaza Mayor. La expectación que la proeza levanta empieza en la misma puerta del templo. Cientos de vecinos se agolpan frente a ella para aplaudir la destreza con la que los cargadores descienden con la imagen por las escaleras. El paso, escoltado por miembros de la Comandancia de la Guardia Civil, tardó tres horas y media en llegar a la Catedral, cuyas puertas cruzó pasadas las once de la noche. El llamado Cristo de las Enagüillas ya recibía culto en 1529, aunque no fue hasta el siglo XVII cuando se le añadieron las características faldillas. A la procesión del Santo Entierro se incorporó en 1939. La novedad de este año estuvo en el acompañamiento musical, a cargo de la banda de tambores de la cofradía, con el apoyo del grupo de dulzainas Los Alijares.
Los exalumnos maristas de Ademar marcharon hacia la Catedral tras el vía crucis. El tránsito de las imágenes que portan (el Santo Cristo con la Cruz a cuestas, de José Quixal, y la Virgen de las Angustias, del siglo XVI) bajo la Puerta de San Andrés se ha convertido en un icono de la Semana Santa segoviana, pero las obras de la calle Daoiz obligaron a la cofradía a cambiar el itinerario. El cortejo ascendió, pues, por la calle Santo Domingo de Silos y se dirigió a la Calle Real a través de la avenida del Acueducto.
La jornada concluyó con la procesión penitencial del paso La Oración en el Huerto, entre la plaza de San Lorenzo y la Catedral, a través de la calles de Las Nieves y Vía Roma, y el vía crucis que organiza, por las calles del barrio del Salvador, la Real Cofradía de la Santa y Venerable Esclavitud del Cristo de los Gascones.
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