La lluvia resta brillo a los desfiles procesionales en Cuéllar

La noche del pasado viernes fue la imagen de Nuestra Señora la Virgen de la Soledad la que se decidió cubrir con un plástico para la celebración del Rosario Doloroso. Tras presidir la eucaristía en la iglesia de San Miguel, y ante la lluvia, que en esos momentos no era muy abundante, se optó por realizar la salida y el recorrido habitual, si bien, con la imagen tapada, para evitar daños, en el caso de que el agua cayera con mayor intensidad, como así ocurrió durante el trayecto, que partió de la iglesia de San Miguel hasta el convento de La Concepción, realizando las paradas habituales, con el rezo del rosario, aunque con una reducción de los Ave María, para poder aligerar el paso.

La Cruz de Guía habría la procesión, seguida de los faroles, el estandarte de la cofradía, que también se cubrió para evitar daños por la lluvia, decenas de mujeres ataviadas de negro y con mantilla, autoridades civiles y eclesiásticas y multitud de fieles, que en varias ocasiones tuvieron que abrir sus paraguas. Muchos de ellos portaron velas durante este trayecto, que se realiza de forma recogida y solemne, en silencio solo roto por los rezos y los sonidos de los tambores.

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Ya durante la tarde de ayer, Sábado de Pasión, la lluvia no fue impedimento para el normal desarrollo de la procesión de Nuestra Señora de la Compasión, si bien algunas cofradías optaron por cubrir sus estandartes, debido a la amenaza y las altas probabilidades, pues a primera hora las nubes habían cubierto la villa y hasta unos minutos antes del desarrollo de la procesión, el agua no cesó de caer.

El entorno de la residencia de ancianos El Alamillo, fue el escenario en el que se desarrolló la procesión, en la que la imagen estuvo acompañada por miembros de las cofradías de la localidad y de la Banda de Tambores de la Cofradía de la Dolorosa Virgen de los Cuchillos, cuyos miembros accedieron al interior del centro residencial e interpretaron algunas piezas para los mayores que no pudieron salir a ver el acto procesional. Desde la puerta de la residencia, se realizaron oraciones y cánticos, para dar paso a la procesión, encabezada por las cofradías y seguida por la imagen de Nuestra Señora de la Compasión, una figura del siglo XX en la que la Virgen acaricia el cabello de su hijo, ya fallecido.