La lluvia obliga por segundo día a la Misericordia a permanecer a cubierto

Y aunque la procesión no pudo salir por la amenaza de lluvia, que se vio materializada una hora después, sí se celebró en la iglesia de Nuestra Señora de la Calle, popularmente conocida como de la Compañía, un acto solemne para simbolizar el Perdón, con el que se recordó el pasaje evangélico del juicio y condena de Jesús, así como el indulto concedido a Barrabás. Y así , ante un Cristo de la Misericordia, escoltado por una escuadra de integrantes de la Agrupación de Veteranos de la Legión Española de Valladolid, el preso, ataviado con túnica morada de penitente, recibió un simbólico (exclusivamente simbólico) perdón a sus delitos.

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Mientras, la Virgen del Perdón, con la imagen de San Juan, portada a hombros por los cofrades de la Misericordia se acercaba hasta el Cristo para completar la reverencia de la Madre al Hijo, completando de esta forma un acto que debía haberse celebrado en la Plaza Mayor. La iglesia, totalmente abarrotada de fieles y curiosos, disfrutaba además del acompañamiento musical de la Agrupación Musical San Nicolás de la localidad vallisoletana de Pollos, que engrandeció el acto con los sonidos de 'La Saeta' o de 'Caridad del Guadalquivir', ya en los momentos finales de despedida, cuando los cofrades procesionaron con la Virgen a hombros por el interior del templo.

También esperaba a cubierto, dentro de la Compañía, la imagen de Jesús Crucificado de Alejo de Vahía, que los hermanos de los 'kotskas' (Cofradía de Jesús Crucificado) habían acercado hasta Nuestra Señora de la Calle para participar en los actos del Jueves Santo. Se esperaba que tras el acto del Perdón en el interior de la iglesia pudiese formar un pequeño desfile penitencial hasta la iglesia de San Miguel para reverencia a Jesús de Medinaceli, pero la persistente lluvia frustró también este intento alternativo. Finalmente, los 'kotskas' no tuvieron más remedio que devolver a su Cristo hasta su lugar de culto en San Francisco, cubierto totalmente por plásticos y a un ritmo poco penitencial para evitar que pudiese sufrir algún daño.