El mayordomo, Pablo Gutiérrez, junto a sus hermanos Pedro y Alberto. J. Ubal
Semana Santa en Medina de Rioseco

Sentido homenaje de la Dolorosa a sus mayordomos

42 cofrades reciben una reproducción en bronce de la bella escultura del paso titular de la cofradía que culmina la vara de la cofradía

Viernes, 15 de abril 2022, 00:50

Uno de los mayores honores que la vida pueda deparar a un riosecano es el de ser mayordomo de su cofradía, quizás comparable al de contraer matrimonio o al de tener un hijo. Lo que significa ser mayordomo en la Semana Santa de Medina de Rioseco puede resumirse en la expresión servir el paso, muy utilizada en Rioseco para referirse a esa responsabilidad que el cofrade acepta «gustosamente» en la junta general cuando tiene lugar su nombramiento, ante el aplauso general del resto de los hermanos.

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Ayer, Jueves Santo, el día que procesiona la bella talla de su paso titular, la Hermandad de la Virgen Dolorosa tuvo un acto en el salón de actos del Ayuntamiento en el que, ante numerosos cofrades y familiares, se realizó un merecido y emotivo reconocimiento a los mayordomos. 42 hermanos recibieron una reproducción de la Virgen titular que culmina la vara de la cofradía, la que en su momento portaron con orgullo, realizada de forma artesanal por Luis y Luis Ángel Lorenzo, padre e hijo de Bronces Perero. Durante el acto se proyectó un vídeo de reconocimiento a los mayordomos homenajeados, pero también como emotivo recuerdo hacia los difuntos.

Los homenajeados estuvieron encabezados por el segundo cofrade con más antigüedad de la hermandad, Andrés San José, que fue mayordomo en 1966, con el honor añadido de recibir el galardón junto a sus hijos, Andrés y Rafael, mayordomos en 2002 y 2017, en una muestra más de la importancia de la transmisión familiar en la tradición riosecana. Andrés sigue los pasos de su padre y es el actual presidente, por lo que destacó «la importancia de reconocer la labor de los mayordomos como figura fundamental de nuestra Semana Santa». Además, señaló que «ha sido un privilegio servir el paso, porque hay muchos cofrades que no lo van a poder hacer». De hecho, él, como cofrade del Descendimiento, no llegará a ser mayordomo.

Entre los mayordomos difuntos se recordó en el audiovisual a Pedro Gutiérrez, que sirvió el paso en 1957, como lo hace su hijo Pablo en el presente año, quien como es costumbre recibió el homenaje por la noche, en la cena de hermandad, y como lo fueron sus otros hijos Pedro, en 1998, y Alberto, en 2015. De nuevo la presencia de la tradición con 15 cofrades de la familia de Pedro Gutiérrez, entre su esposa, María del Carmen Hernández, sus hijos y sus nietos. Pablo Gutiérrez, actual mayordomo, manifestó el gran orgullo «para mí, pero también para toda la familia».

En la actualidad, el mayordomo, a las funciones comunes a los de otras cofradías, invita el Domingo de Ramos a un desayuno a todos los hermanos. Hasta que abriera el Museo de Semana Santa, el mayordomo tenía el honor de guardar en su casa los puñales y la corona de la Virgen, y guarda durante el año la vara. Los mayordomos suponen la memoria viva de la cofradía con recuerdos como que en el año 1988 la Virgen Dolorosa procesionó sin corona al fallar uno de sus soportes en la salida, según recordó José Miguel Nanclares, mayordomo en 1988, como lo fue su hijo en 2019, de ahí que haya estado la vara en la casa familiar durante toda la pandemia hasta este año, y a la espera de que lo sea su otro hijo, Pablo.

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El paso de la Virgen Dolorosa perteneció a la archicofradía de la Vera Cruz, que, al igual que la Quinta Angustia y la Pasión, derivaron por distintas circunstancias en la creación, por parte de los gremios, de las actuales hermandades riosecanas a lo largo del siglo XIX.

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