El alcalde posa en el Monumento al Cofrade. Miguel García Marbán
Semana Santa en Medina de Rioseco

David Esteban, alcalde de Rioseco: «Esta Semana Santa está siendo la del reencuentro»

«¿Cómo explicar lo que significa la Semana Santa para nuestra ciudad...? Cuatro mil cofrades de cinco mil vecinos»

Viernes, 15 de abril 2022, 00:50

Después de tres largos años, el alcalde riosecano y cofrade David Esteban se dispone a vivir la Semana Santa de Medina de Rioseco con la alegría de que su hija experimente sus primeras procesiones.

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–En una localidad en la que tiene tanta importancia la Semana Santa, ¿cómo ha sido para usted estar tanto tiempo sin procesiones?

–Han sido tres largos años, 1084 días con sus respectivas noches sin procesiones por las calles de Medina de Rioseco, esas que parece fueron hechas para procesionar pasos. En nuestra ciudad, que es sinónimo de Semana Santa. Sí que me gustaría recordar que en todo este tiempo los cofrades han demostrado que la Semana Santa de Rioseco es mucho más que pasar pasos. Esta Semana Santa será la del reencuentro con la emoción a flor de piel, va a ser una de las Semanas Santas más emotivas de nuestras vidas.

–¿Cómo ha sido el comportamiento de los riosecanos?

–Ejemplar. La Semana Santa de 2020, en plena pandemia, supuso un antes y un después en nuestro 'modus vivendi'. Recordemos que estábamos sin poder salir de casa, desconcertados por la situación que el mundo estaba viviendo; la añoranza y la imposibilidad de ver a nuestros familiares, depositarios y legatarios de la tradición heredada, acentuaba más el desconsuelo. Pero al tiempo sirvió para sacar lo mejor de nosotros, las múltiples muestras de solidaridad con quienes más lo necesitaban, esencia firme de la raíz de las hermandades.

–¿Qué significa la Semana Santa para Rioseco?

–Difícil explicarlo con palabras. Hay que vivirlo para sentirlo. Pero quizás los datos, aunque fríos, son objetivos y pueden dar una idea: más de 4.000 cofrades en una localidad que se aproxima a los 5.000 habitantes. Es un hecho social total, auténtico, una tradición guardada con rigor. Un desencadenante de sentimientos a flor de piel de los riosecanos que quien nos visita entiende que es un espectáculo único digno de presenciar. Pero más allá del espectáculo único que se genera es un fenómeno sociológico singular. Quizás sea la razón por la que somos Fiesta de Interés Turístico Internacional y Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial. La Semana Santa riosecana es fe, familia, tradición, pero también sentimiento de pertenencia, ser cofrade de un paso es la mejor etiqueta social que define a un riosecano.

–¿Qué destacaría en su conjunto?

En Medina de Rioseco uno no debe quedarse quieto esperando ver pasar los pasos: se perdería mucho. Hay que estar desde muy pronto, respirar el ambiente de las vetustas calles y ver la procesión civil de los gremios. Hay que ver salir los pasos de las iglesias casi rozando el dintel de sus puertas. Hay que ver sus bailes en la calle al son de la música, en esa estrecha rúa soportalada. Hay que acercarse a la rodillada ante la Virgen de la Cruz. Hay que entonar la salve en el fin de la procesión acompañando a todo un pueblo en un momento emotivo. Pero sobre todo y ante todo, hay que llevar los ojos bien abiertos para no perderse detalle de cada gesto: cada instante impacta y conmueve.

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–El Ayuntamiento, con la Junta de Semana Santa, ha conseguido las declaraciones de Fiesta de Interés Turístico Internacional y Bien de Interés Cultural de carácter inmaterial. ¿Cuál podría ser el siguiente logro?

–Los logros han sido históricos. No voy a esconder que me gustaría que nuestra Semana Santa fuera Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, con toda la complejidad que entraña. Y trabajamos en ello. Llevamos cada año nuestra Semana Santa a diversas localidades con presentaciones. La promoción es importante, pero lo es más que no se pierda la esencia y en esa tarea estamos al lado de la Junta de Semana Santa y de las cofradías.

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–Usted es cofrade de la Hermanad de la Crucifixión, ¿cómo lo compagina con sus responsabilidades como alcalde?

–Y además, este año tendré la inmensa fortuna de poder transmitir esta hermosa tradición a mi hija para quien serán, como con tantos otros niños, sus primeras procesiones. La clave es disfrutar con lo que sucede en estos días, incluso con la responsabilidad adquirida, desde la que hemos de estar atentos a muchas circunstancias. La función del alcalde en la Semana Santa va mucho más allá de portar el bastón de mando.

-¿Personalmente con qué momento se queda de las procesiones?

–¡Son tantos! Si solo puedo uno me quedo con la oración previa a la salida del paso. En la intemporalidad de ese momento se palpa la ausencia y el recuerdo se hace presente. El anonimato de las túnicas adquiere su máximo significado. Y unos segundos después sonará la música y la cadena de sentimientos en la mirada a la imagen. Una vez más, siempre igual, siempre diferente.

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