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Un coche llega a las inmediaciones del arco del Socorro, futuro punto de acceso a la ZBE de Segovia. Óscar Costa

Segovia

La Zona de Bajas Emisiones funcionará con tramos horarios de acceso libre

El Ayuntamiento sitúa a principios de 2026 el comienzo del periodo sancionador para los vehículos que carecen de distintivo ambiental

Miércoles, 14 de febrero 2024, 08:29

La Zona de Bajas Emisiones (ZBE) que el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Segovia prevé implantar a partir del verano permitirá el acceso libre de cualquier tipo de vehículo, sin importar su antigüedad, en los tramos horarios de menos tráfico. Las primeras sanciones no ... llegarán hasta principios de 2026, cuando se prohibirá la entrada al recinto amurallado a los turismos más contaminantes que carecen de distintivo ambiental, salvo excepciones. Los de etiqueta B correrán la misma suerte en 2030.

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El borrador de la ordenanza que regula la zona de especial vigilancia por bajas emisiones ya ha sido presentado por el PP, al frente del gobierno de la ciudad, al resto de partidos de la oposición. El objetivo es aprobar el documento en el próximo pleno municipal del 23 de febrero para que, apenas mes y medio después, se pueda poner en marcha la contratación del sistema de vigilancia del tráfico.

La instalación de las cámaras de lectura de matrícula, que controlarán la entrada y salida de coches del casco histórico, se extenderá durante cuatro meses, por lo que serán visibles tras el verano, siempre que se cumplan los plazos marcados. «Empezaremos a hacer pruebas y a recopilar datos; no habrá sanciones hasta 2026», asegura el concejal de Obras, Servicios e Infraestructuras, José Luis Horcajo.

La puesta en funcionamiento de este sistema no será una tarea fácil. «Seguramente tengamos dificultades», prevé. De ahí que el periodo 'blando' de adaptación se alargue durante casi dos años. Pasado este tiempo, los primeros vehículos que serán multados con 200 euros de no cumplir con la normativa son los que poseen la llamada etiqueta A, es decir, los que no tienen derecho a ningún tipo de distintivo ambiental al ser muy contaminantes. Se trata de los turismos y furgonetas ligeras de gasolina matriculados antes del 2000 o los diésel previos al 2006.

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Periodo de adaptación

Una vez finalizado el plazo de «transitoriedad», las sanciones se extenderán en 2030 a los vehículos con etiqueta B, ya sean de gasolina anteriores al 2006 o de diésel, inscritos hasta septiembre de 2015. Por el momento, no se contempla restricción alguna para los automóviles e incluso camiones con clasificación C, Eco o 0 emisiones.

No obstante, esta fecha límite sí que supondrá el final de las excepciones de carácter provisional -que alcanzan una veintena de situaciones-, salvo para aquellos empadronados en la ZBE que tengan un coche en propiedad inscrito en la ciudad antes de la entrada en vigor de la ordenanza. Los vecinos del casco histórico «no tendrán ningún problema, van a poder entrar con su coche siempre, incluso después de 2030».

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Las multas, que ascienden a 200 euros, llegarán a los vehículos de etiqueta B en 2030

Horcajo confía en que para esa época se haya producido una «importante renovación» del parque automovilístico, cuya antigüedad media es de 13,28 años en la capital. Según la última estadística de la Dirección General de Tráfico, actualizada en 2022, Segovia tiene 5.890 vehículos que superan los 25 años, de los cuales el 66% son turismos, el 15%, motos; y el 10%, furgonetas. Unos valores que descenderán en los próximos años, ya que la Unión Europea ha anunciado el fin de la venta de coches nuevos con motor de combustión en 2035.

A diferencia de otras grandes capitales, las restricciones de acceso al casco histórico para vehículos contaminantes funcionarán por tramos horarios. «No van a ser 24 horas, en algunos momentos del día, cuando haya menos tráfico y contaminación, se podrá circular libremente por el recinto amurallado», adelanta Horcajo. En concreto, los vehículos de mayor antigüedad podrán seguir entrando al centro de la ciudad de lunes a jueves, de 20:00 a 7:00 horas; y los viernes, sábados y domingos, de 23:00 a 8:00 horas.

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Accesos vigilados

El perímetro de la muralla servirá para acotar la ZBE, cuyos accesos estarán vigilados. Las puertas de entrada a esta zona regulada, que engloba un total de 140 plazas, calles y travesías son tres, que adoptarán el sistema de vigilancia. La primera de ellas se situará en la plaza del Conde de Cheste, tras subir por la cuesta de San Juan. Por ello, el tránsito será libre por el colegio de la Concepcionistas y calle Taray, hasta desembocar en el paseo del Obispo.

Vehículos antiguos podrán entrar a la ZBE de lunes a jueves, de 20:00 a 7:00 horas; y viernes, sábados y domignos, de 23:00 a 8:00 horas

Otra de las cámaras se instalará en el Hospital Recoletas, por lo que todos los vehículos sin importar la antigüedad podrán hacer uso del parking de la Catedral - Oblatas o seguir su camino por la calle Doctor Velasco y la calle la Puerta de Santiago, que cambiará de dirección para finalizar su recorrido en el paseo de Santo Domingo de Guzmán.

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El arco del Socorro delimita la última de las entradas a la ZBE, ya que será posible llegar hasta la calle Leopoldo Moreno por el paseo de Los Tilos que obligará a dar la vuelta por la calle de San Valentín a los vehículos que no cumplan con la normativa ambiental.

Aparcamientos

El estacionamiento regulado no sufrirá modificaciones. Tampoco después de la aprobación de la nueva ordenanza referente a este servicio, cuya novena prórroga concluye en noviembre. «Nuestra idea es mantener la zona ORA tal cual, pues van a seguir accediendo bastantes vehículos que necesitan aparcar», explica el concejal.

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Lo mismo sucede con los autobuses, cuya parada en la calle Colón se mantendrá como el punto de destino de cientos de viajeros al menos hasta que se elabore un nuevo plan de movilidad urbana sostenible, a partir del que se tomarán las decisiones oportunas. «Queremos hacer una ordenación del tráfico en condiciones, ya que el último estudio que tenemos es de 2008», apostilla. No se descarta, por tanto, que en un futuro próximo el servicio de transporte público y su itinerario experimente cambios, como el sistema de lanzaderas desde de la plaza de Artillería.

El edil segoviano informa de que su implantación «no va a ser algo dramático ni ninguna imposición que se salga de lugar». La adaptación «será poco a poco» y fomentará «que haya menos contaminación y mayor protección del patrimonio», considera Horcajo. Los presupuestos de 2024 contemplan una partida de 639.327 euros, que se destinará a la adquisición del sistema de control del tráfico, su mantenimiento, la contratación de personal para realizar labores de vigilancia y la puesta en marcha de una importante campaña publicitaria de concienciación relativa a la ZBE.

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