Zarzuela del Monte: construido con lo mejor de cada casa

Zarzuela del Monte tiene una situación estratégica para albergar a lo mejor de cada casa. Está a 27 kilómetros de Segovia, a poco más de 30 a Ávila y a unos 80 de Madrid. Un tamaño medio de unos 500 habitantes, buenas carreteras, colegio –con una veintena de niños– farmacia, un par de bares, carnicería o tiendas diversas como una churrería/pastelería. Los servicios básicos, resume su alcalde, Mariano Mesonero. Ya no hay cine ni teatro, vestigios de otra época, pero el pueblo tiene suficientes armas para ser un destino atractivo.

La economía es principalmente agrícola y ganadera con unas explotaciones que tienen a más extensión y menos personal, la tendencia inevitable del sector. Cebada, trigo y centeno son los principales cultivos de una zona que incluye a pequeños agricultores que tienen esta labor como complemento a sus trabajos. La población se mantiene sin problema por encima del medio millar a lo largo de lo que va de siglo, algo a lo que ha ayudado la urbanización de Las Jarrillas, que alberga a una treintena de empadronados a un kilómetro y medio del casco urbano. La demografía incluye a una mayoría envejecida con un buen número de familias jóvenes. «Nos gustaría que huera más».

El sector estrella de Zarzuela del Monte es la albañilería; no es que no les falte trabajo, es que están desbordados. De hecho, el Ayuntamiento contempla buscar alternativas para una obra municipal porque el periodo de espera de los profesionales locales excede el plazo marcado por la subvención para acometer el proyecto. Hay hasta seis negocios; la mayoría son autónomos con trabajadores a cargo. Esta fertilidad para el sector lo explican las urbanizaciones de la zona como Los Ángeles de San Rafael o el Coto de San Isidro. El surgimiento de aquellos hizo que se formaran muchos albañiles que han creado escuela y que hoy tienen descendientes cualificados,

El Ayuntamiento cuenta ya con poco suelo disponible y las parcelas individuales no son baratas por la ubicación. Por ejemplo, parcelas de 150 metros a 15.000 euros para después construir. «Suelo hay, pero no se ponen de acuerdo en los precios. La gente cuando construye la vivienda es porque ha heredado de algún pariente», explica el alcalde. Zarzuela no vive un aluvión de nuevos vecinos ni un éxodo de los de siempre. «La gente suele quedarse porque las distancias son cercanas».

El pueblo ha terminado de asfaltar las calles en la última década y ha renovado las tuberías, jubilando al fibrocemento. La brea ha permitido luchar mejor contra los inviernos –la sal dañaba el cemento–, algo necesario para un pueblo de sierra. Al no tener tanto gasto en fiestas populares por la pandemia, el pueblo ha invertido en dos kilómetros de tuberías desde los pozos a los depósitos y los motores de los bombeos para asegurar el suministro en verano, una época en la que se triplica la población. La última reforma ha sido la del silo, que cuenta con una nueva cubierta. Y la depuradora, la gran inversión de los últimos años, goza de buena salud.

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