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Una tutora llama uno a uno a los alumnos en uno de los patios de los Maristas.

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Una tutora llama uno a uno a los alumnos en uno de los patios de los Maristas. Nacho Valverde-Ical

Segovia vuelve al colegio con la ilusión del primer día y la exigencia de los protocolos

Los escolares de Infantil y Primaria estrenan las normas anticovid que regirán en la escuela durante la pandemia

Carlos Álvaro

Segovia

Miércoles, 9 de septiembre 2020, 12:13

«Los chavales son los que mejor lo llevan. Aceptan todas las normas y controlan incluso más que los mayores. Hoy se han portado de maravilla: todos con sus mascarillas, siguiendo los circuitos establecidos y cumpliendo las normas. Sin duda, es un buen comienzo». Las impresiones de Francisco García Díaz, secretario del CEIP Fray Juan de la Cruz (Aneja), son extrapolables a todos los centros educativos de la provincia tras el primer día de clase. Esta no ha sido una vuelta al cole normal, pero el comportamiento de profesores, padres y alumnos la ha hecho mucho más llevadera.

Después de seis meses de ausencia, 12.349 alumnos de Infantil y Primaria regresaron este miércoles a las aulas en la provincia de Segovia con la ilusión del primer día y la exigencia que determinan los rigurosos protocolos anticovid. La escalada de brotes está ahí, pero la comunidad educativa asume el retorno como algo «necesario», si bien los últimos días han traído de cabeza a los responsables de los centros por la tardanza de los protocolos y la incertidumbre generalizada. «Todo ha ido bien, aunque hemos tenido que prepararlo de manera muy atropellada. Han sido jornadas largas e intensas para tenerlo todo previsto», cuenta Miguel García, director del CEIP Santa Eulalia. También el director del colegio Nuestra Señora de la Fuencisla (Maristas), José Luis Marijuán, suspiraba satisfecho al final de una mañana maratoniana que exigió buenas dosis de responsabilidad: «Esperemos que vaya todo como ha ido hoy. Lo que más nos preocupa es que pueda haber un positivo, pero tenemos los protocolos muy claros para gestionar la situación».

La de este año ha sido una vuelta al cole escalonada y marcada por la prudencia. Los niños accedieron a los centros por turnos, uno a uno, provistos de mascarilla (obligatoria desde segundo de Primaria, aunque muchos pequeñines también la llevaron) y tratando de guardar la distancia de seguridad con otros compañeros, tarea en la que los profesores tuvieron que emplearse a fondo. Antes de acceder a las aulas se les tomaba la temperatura corporal y se les proporcionaba gel hidroalcohólico.

ETodos los centros aprovecharon las distintas puertas que poseen en sus edificios para facilitar la entrada por turnos y grupos. En el colegio Fray Juan de la Cruz, por ejemplo, se habilitaron los tres accesos y se establecieron tres horarios. A las 8:40 entraron los primeros grupos, a las 8:50 los segundos y a las 9:00 los últimos. «Entraban y se iban situando en las filas, convenientemente marcadas en el pavimento de ambos patios. Ahí se les ha tomado la temperatura y se les ha dicho por dónde tenían que acceder, siguiendo los itinerarios señalizados. Los cursos que han accedido por la puerta principal han podido dirigirse directamente a las aulas. En el comedor también se han establecido tres turnos, a las 13:30, a las 14:15 y a las 15:00, primero los pequeños y después los mayores», explica el secretario del centro.

La ilusión flotó en el ambiente durante las primeras horas del curso, pero también el temor y la incertidumbre, teniendo en cuenta la preocupante evolución de la pandemia. La Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León no reseñó incidencia alguna y dejó claro que la apertura del curso, caracterizada por una «normalidad distinta», supone «el primer gran paso» para garantizar el derecho a la educación en un año tan atípico. La Junta subraya la «seguridad» que proporcionan los protocolos, «elaborados en estrecha coordinación con las autoridades sanitarias». Sin embargo, las asociaciones de madres y padres (Ampas) no están del todo contentas porque creen que se ha empezado a trabajar tarde y con improvisación. «En verano podían haber adelantado trabajo y han estado muy parados. Hay cosas que no están preparadas suficientemente», afirma Noelia del Barrio, presidenta de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres (Fedampa) de los colegios públicos de Segovia. Del Barrio desvela que los padres han estado «muy preocupados» porque no han recibido los protocolos de seguridad hasta última hora: «Los centros no informaban a las familias, y las familias, si no recibimos información, nos preocupamos. A medida que los colegios han empezado a informar de lo que estaban preparando, los padres nos hemos ido relajando un poco».

Mucho se ha hablado estos días de la oportunidad o no de retomar la educación presencial. En Segovia, la mayoría de las asociaciones de madres y padres es partidaria del regreso a las aulas. «No tenemos constancia de padres que se opongan. Suponemos que son una minoría», señala Noelia del Barrio.

En Narros de Cuéllar, los padres se encontraron con que sus hijos han perdido una de las dos aulas con las que contaban. De once alumnos se ha bajado a nueve y se ha decidido prescindir de un profesor y agrupar a los escolares en una sola clase. «Daremos guerra», advierte el Ampa.

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