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Un año más los sumilleres de Segovia se juntan para conmemorar la festividad de su patrón, San Marcial Copero, con el desarrollo de diferentes actividades a lo largo de la jornada. En una fecha ya marcada en el calendario, los profesionales se reunieron este martes para celebrar su día. Como marca la tradición, esta solemnidad tiene lugar a finales de junio o primeros de julio. Es una oportunidad para reivindicar este oficio, ya que los trabajadores de la hostelería se definen como «el último eslabón» entre el productor y el cliente, según expresó Paco Plaza, Presidente de la Asociación de Sumilleres de Segovia.
Durante toda la tarde, los profesionales de la gastronomía y el maridaje se vistieron con sus trajes de gala y su famoso tastevin. Este curioso colgante es la insignia que les caracteriza. Así, la festividad se inició con la puesta del mandil para recorrer las calles de la ciudad de Segovia al ritmo de la música en el tradicional pasacalles. Desde el restaurante Cordero -sede de la asociación- pusieron en marcha la romería, que discurrió por los bares de los integrantes de la agrupación. Antes de subir por la Calle Real, los asistentes posaron en una foto a los pies del Acueducto. Y a continuación, todos los asociados desfilaron por este emblemático entorno de la capital, frente al asombro de los turistas y viandantes. Después, se desarrolló una cata popular para poner el broche de oro por la noche con la cena de clausura de la festividad.
Con el objetivo de educar al público en el conocimiento de esta profesión, los sumilleres dan a conocer su labor en los restaurantes y así apartar el estereotipo de su labor en relación a la degustación de vinos. «Nuestro trabajo consiste en conocer y tener formación sobre una gran cantidad de productos que pueden maridar una comida», describió Paco Plaza. En el desarrollo profesional de un sumiller, el hostelero debe aprender de vinos, aceites, vinagres o destilados, entre otras elaboraciones. «Se trata de una dedicación que requiere mucho estudio y lectura de nuevos productos que se deben conocer para ofrecérselos a los clientes», añadió.
En estos últimos años se ha otorgado un premio a un sumiller que haya ayudado a la asociación y que haya sido importante para el sector. En la presente edición, el galardón 'Sumiller de Honor' estuvo dedicado a Pablo Martín. El que fuera presidente de la Unión de Asociaciones Españolas de Sumilleres (UAES) y fundador de la asociación de Segovia recibió la distinción honorífica por su trayectoria durante tantos años en esta profesión. El hostelero, ya jubilado, dejó su impronta y legado en el Mesón Cándido y en la agrupación de sumilleres segovianos de la que aún es socio.
El acto atrajo a multitud de allegados del premiado, como es el periodista especializado en vino Javier Pérez de Andrés o al representante de los profesionales salmantinos, José Antonio Cabañas. Martín aprovechó esta oportunidad para transmitir su agradecimiento a sus familiares y amigos de profesión. Además, el expresidente nacional de los sumilleres hizo especial mención a la entidad segoviana y, sobre todo, a las mujeres, que cada vez tienen más presencia en el gremio. «El mundo de la sumillería no es solo de hombres«, puntualizó.
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Asimismo, resaltó la importancia que tienen los jóvenes segovianos a la hora de definir el futuro del sector a escala regional, ya que se refirió a la ciudad como «la cantera de sumilleres de Castilla y León». Durante el homenaje, Rafael Bellido, actual presidente de UAES, se quiso acercar hasta la capital para acompañar a su antecesor durante la festividad. «Se lo merece, es una bellísima persona», defendió. También detalló la importancia que tiene la agrupación segoviana a nivel nacional. »Es de las más punteras en España», afirmó.
Instantes después de estas palabras, la calle de la Bajada del Carmen se llenó de segovianos aficionados al vino para llevar a cabo una cata especial de espumosos. Alrededor de medio centenar de personas pudieron disfrutar de un aprendizaje sencillo sobre una bebida muy común, pero poco consumida por el público, según pusieron de manifiesto.
En la entidad provincial son varios los profesionales que están dedicados o relacionados con el mundo de la sumillería o la hostelería y realizan diferentes catas y actividades para poder seguir formándose en el sector. «Esta asociación es puntera a nivel nacional», expresó Paco Plaza. Pero no todas las actividades de la agrupación son catas que tienen como protagonista el vino. Por ejemplo, este año se desarrollaron cursos que profundizan en el mundo de las infusiones y también sobre destilados. También se ha visitado el Museo del Vidrio en el Real Sitio de San Ildefonso.
La agrupación segoviana persigue ser una entidad activa y dinámica, y que todos los socios puedan participar y colaborar de estas actividades. «El mundo de la sumillería es un perfil muy importante dentro de la hostelería», detalló Laura Herráez, asociada y galardonada con premios en categorías regionales y nacionales. Además, la joven describe la figura del sumiller como «necesaria en cierta manera dentro de los bares y restaurantes«. «Creo que es muy importante que exista para poder recurrir a ella y solucionar las dudas», aseveró.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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