El vacío acampa junto al Hospital General de Segovia

Las veintisiete tiendas montadas una tras otra, en forma de 'L' en el aparcamiento de empleados del Hospital General de Segovia permanecen al margen de la vorágine que apenas a unos metros vive el complejo sanitario. La luz entra en el túnel de lona y descubre el vacío al que ha aludido últimamente la consejera de Sanidad, Verónica Casado, cuando ha manifestado que el hospital de campaña que se instaló en Segovia no era lo que esperaban. Ni medios ni lo más importante, el personal.

A los laterales dentro de las tiendas, algunas camas con aire austero y rudimentario. Solo están las almohadas y los somieres sobre las patas de metal. Efectivamente, parece que no esperan a ningún paciente. La calefacción no logra caldear el ambiente frío de un hospital inservible. Su aprovechamiento está descartado por el momento, aseguran las autoridades sanitarias de la comunidad autónoma, que cuando encargaron al Ejecutivo central esta instalación para aliviar el desasosiego en el que se había sumido el Hospital General, aguardaban el kit completo y no solo el envoltorio.

Verónica Casado ya ha advertido de que mientras el complejo sanitario de referencia no se colapse, las tiendas continuarán vacías de actividad asistencial. Solo cuelgan de las cuerdas algunos aparatos y cables que buscan sin encontrar un lugar donde enchufarse. Faltan las tomas para el oxígeno. Por eso, el Hospital General se surte de balas del gas vital.