El urgente camino de Segovia hacia la inclusión

Los avances de los últimos años son visibles. Ya no sorprende tanto ver a un autobús desplegar una rampa para facilitar el acceso a los usuarios que se desplazan en silla de ruedas, espacios reservados para personas con movilidad reducida y hay a su vez multitud de letreros turísticos repartidos por la provincia que permiten la lectura en braille. Los principales esfuerzos se centran ahora en suprimir las barreras arquitectónicas en plazas o edificios, una demanda que mantienen los ciudadanos con discapacidad.

«Faltan de eliminar muchas barreras, también pido que mi ciudad sea más accesible de lo que es», remarcó Ana María Ruiz, una persona sordociega residente en Segovia. «Los espacios públicos, de empleo y educación deben seguir adaptándose para garantizar que todas las personas, independientemente de sus capacidades puedan disfrutar de las mismas oportunidades», aseguró un representante de la Fundación ONCE en Segovia encargado de dar lectura al manifiesto durante el acto conmemorativo.

Precisamente, la participación activa en la sociedad fue una de las reclamaciones que se repitió entre los deseos que se colgaron a modo de metáfora en un árbol de Navidad ubicado en la avenida del Acueducto. A ello se suma la mejora en la calidad de vida de aquellos segovianos con habilidades y limitaciones diferentes. «Todas tienen algo valioso que aportar», insistieron.

La autonomía ha ganado terreno en los últimos años. La situación actual es muy diferente a la que había en el pasado, pues «a lo largo de la historia las personas con discapacidad han sido marginadas», subrayó el hombre que puso voz al discurso. El concepto de diversidad funcional se ha extendido y, en ese sentido, se valoran aquellas diferencias que forman parte de lo que «nos hace humanos». Son progresos destacados, pero «todavía queda mucho por hacer».

Las necesidades son múltiples. Por ejemplo, Ruiz recordó la importancia de contar con guías intérpretes suficientes, mientras que Basilisa Martínez, miembro de la junta directiva de Frater, solicitó una integración plena en la sociedad. «Que no nos metan en guetos o en una residencia de la que no puedas salir y donde solamente hagas lo que se puede hacer allí: queremos seguir con nuestras vidas, que nos traten como uno más sin que vean la silla de ruedas», relató.

Fueron muchos los deseos que salieron a la luz con motivo de la ocasión. Entre ellos resonó la libertad y la igualdad, que el compromiso por cumplir con estos hitos no se quede en tan solo un día. Esta jornada «no solo es un mero recordatorio de las desigualdades existentes, sino también una convocatoria para pasar a la acción y mostrar que el cambio comienza aquí», apostilló el alcalde de la capital segoviana, José Mazarías. «En el Ayuntamiento debemos ser guardianes de la dignidad y derechos de todas las personas, especialmente de aquellas que enfrentan más dificultades», añadió.

El árbol poco a poco hizo acopio de más bolas navideñas, las cuales fueron colocadas por el resto de entidades participantes, como son los Hermanos de la Cruz Blanca, Autismo Segovia, la Fundación Personas, Down Segovia, Cocemfe, la asociación tutelar Futudis, la Defensora de la Ciudadanía, la Gerencia de Servicios Sociales, Aspace, Asocide, el Colegio de Arquitectos de Segovia, la asociación de Miastenia, el centro Los Juncos, Amanecer y Alzheimer Segovia. La estructura simbólica permanecerá expuesto durante todo el periodo festivo en La Alhóndiga.