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Fernán Ferreiroa, en la plaza de la Gimnástica Segoviana. Antonio de Torre
Fernán Ferreiroa | Jugador de la Segoviana

«Aún estoy en el túnel, pero ya asomo la cabeza»

El centrocampista gallego de la Gimnástica repasa su lesión y su regreso a Segovia y muestra su confianza en el ascenso

Quique Yuste

Segovia

Jueves, 25 de abril 2024, 08:24

Fernán Ferreiroa volvió a jugar este domingo un partido de fútbol después de 455 días. Lo hizo tras superar un calvario de lesiones que amenazó de forma seria su carrera profesional. Y lo hizo en La Albuera ante casi 3.000 espectadores que ovacionaron su ... entrada al campo con uno de los mayores recibimientos que se recuerdan a un jugador de la Gimnástica Segoviana.

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- ¿Ha salido ya del túnel o solamente ve la luz del final?

- Estoy asomando la cabeza. La competición es parte del proceso de recuperación. La rodilla tiene que adaptarse a competir. A nivel anímico verte en un partido, aunque no sea el cien por cien, sube mucho. Pero con esta lesión siempre he tenido los pies en el suelo y creo que sigo en un proceso de recuperación. Pero poder un jugar partido ya es un logro. Aún estoy en el túnel, pero ya asomo la cabeza.

- ¿Han sido 455 días?

- Desde mi último partido de fútbol. Desde la operación es menos. Se me ha hecho eterno. Se me había olvidado por completo la sensación de ser futbolista y volver a sentir eso ha sido increíble.

- ¿Cuándo sintió otra vez que era futbolista?

- Desde que hicimos la ficha ya lo veía. Pero no lo empecé a sentir hasta que no estaba disponible para el entrenador. Fue la semana pasada, que además entrené bastante bien. Fue una semana pura de competición desde el lunes. Yo ya estaba pensando en el partido y ya me sentía futbolista. La salida al campo y la forma en la que se produjo fue el culmen, pero me sentí futbolista a partir de esa semana.

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- ¿Ha habido momentos en los que pensaba que no había luz al final del túnel?

- Yo nunca me olvidaré de este lesión. Cuando hablaba con gente de fútbol que sabía de este tipo de lesión, me miraban como si tuviera una enfermedad terminal. Es una lesión que ha retirado a mucha gente. Mi porcentaje de éxito era un 60%. Además yo lo hice solo, sin ningún club detrás y pagándome yo absolutamente todo. En el proceso tuve mucho dolor y muchas molestias, porque tengo poca masa muscular y la perdí toda. Me dolía la rodilla por todos los lados. Muchas veces pensaba que no avanzaba y no sabía si iba a ser capaz. La mayor parte del tiempo pensé que no lo iba a conseguir, pero mi mentalidad era hacer todo lo posible. Si no lo conseguía quería estar tranquilo conmigo mismo.

- ¿A qué se agarra uno para seguir en estas circunstancias?

- El orgullo personal. Yo no iba a tirar la toalla. Lo quería dar todo. El fútbol para mí es una de las cosas más importantes en mi vida y sabía que si lo conseguía iba a merecer la pena.

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- ¿En algún momento estuvo cerca de tirar la toalla?

- Este verano fue horrible. En el proceso de quitarme las muletas lo pasé muy mal. Me dolía mucho la rodilla, andaba cojo... Lo pasé realmente mal. Ahí fue también a la semana de recuperación de la AFE y me midieron la fuerza. Me dijeron que o le daba caña o me olvidase de jugar al fútbol porque era imposible que con esa musculatura pudiera jugar. Ahí llevaba ya ocho meses sin jugar. Pero nunca me planteé tirar la toalla.

«La mayor parte del tiempo pensé que no lo iba a conseguir, pero mi mentalidad era hacer todo lo posible»

- ¿Ha sido más duro física o mentalmente?

- Mentalmente. Físicamente había molestias y era incómodo. Pero mentalmente me veía muy limitado en muchas circunstancias de mi vida. Tenía ganas de poder tener una vida normal. No podía estar mucho tiempo de pie, no podía andar mucho, no podía hacer deporte... Muchas veces no hacía planes porque sabía que lo iba a pasar mal. Eso a nivel mental me pesó bastante. Por eso luché para tener una rodilla sana también en el día a día.

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- Queda ahí una marca...

- Sí, aunque no es muy grande. Yo quería una más grande (ríe). Casi ni se me nota. Yo la veo todos los días y ya es un recordatorio que queda para toda la vida.

Fernán Ferreiroa, en la plaza de la Gimnástica Segoviana. Antonio de Torre

- Tras un año y medio con la rodilla muy tocada ¿cuándo vuelve a jugar lo hace con temor?

- No, porque es una lesión en la que yo no me voy a dar cuenta si ocurre algo malo. No es una lesión de ligamentos que se pueden volver a romper. La rodilla la noto muy estable. De hecho, me molestaba cuando en Chipre me decían que mi problema de rodilla era mental. Ahora en el campo, igual al principio sí que tenía algo de miedo, pero desde que entreno con normalidad no hay nada en la cabeza. Igual en un balón dividido muy fuerte te lo puedes pensar en un entrenamiento, pero eso lo aprendes con los años. Pero sí ante El Paso tengo que ir al corte en una jugada clave voy a ir con todo. Ni lo voy a pensar. La rodilla no me da miedo.

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- ¿En qué le ha cambiado esta lesión?

- (Suspira). En mis prioridades. Como casi todo el mundo me guiaba mucho por el dinero. Yo he tenido la suerte de poder jugar fuera y cobrar un dinero que nunca pensé que fuese a ganar. La calidad de vida en el extranjero no es la misma que aquí, lejos de tu familia. No eres tan feliz. Ahora me he dado cuenta de que no voy a priorizar tanto el dinero como mi bienestar, mi felicidad y mi estilo de vida. Valoro mucho más ese tipo de cosas. Al final el dinero es fugaz.

«Con la lesión me he dado cuenta de que no quiero priorizar tanto el dinero como mi bienestar, mi felicidad y mi estilo de vida»

- ¿Qué papel ha jugado Juan de la Mata en todo este proceso?

- Su pareja y él han sido mi familia. Me acogieron en su casa, que es de los mayores gestos que puede tener alguien. Hacíamos vida como si fuéramos una familia. Han sido las personas que estaban en el día a día, que me apoyaban... Sin ellos dos no lo hubiese conseguido. Mentalmente vivir con ellos me ha ayudado mucho.

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- ¿Con qué momento del domingo se queda?

- Con compartir el regreso con mi familia y mis amigos que vinieron de Galicia. Obviamente la salida y la ovación, que fue una locura. Pero pude compartir ese momento con gente que se hizo 600 kilómetros para verme y que al acabar el partido se volvieron para Galicia. Sentir ese apoyo fue increíble.

- El día de su presentación como nuevo jugador de la Sego decía que no entendía muy bien el cariño que le tiene la gente de Segovia. Tras la ovación del pasado domingo ¿lo entiende ya?

- Sigo sin entenderlo. Aluciné. Es cierto que hice aquí dos temporadas muy buenas. Caí de pie. Pero es que desde el día uno he notado ese cariño por la calle. Es increíble. No lo he notado así en otros sitios. Igual por el tipo de jugador que soy, más romántico -como me decía uno de los representantes que tuve-, puedo llamar más la atención. Pero en Segovia no es solo en La Albuera. Se nota mucho más. La ovación del otro día no acabo de entenderla ni asimilarla.

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- ¿En qué ha cambiado la Segoviana desde su marcha hasta su regreso?

- Se ha profesionalizado una barbaridad. Ahora tenemos tele en el vestuario para analizar jugadas, los salarios han aumentado... Ha sido un cambio muy grande que se ha hecho de forma orgánica y sin hipotecar al club. En otros sitios meten mucho dinero y quieren pasar de cero a cien de la noche a la mañana. Aquí se ha hecho poco a poco. Era necesario dar ese paso para aspirar a Primera RFEF.

«El último partido que jugué sin dolor hice un partidazo contra gente que cobra medio millón de euros y jugaba Champions League»

- ¿Es mejor futbolista ahora que cuando se marchó de la Sego?

- Está por ver porque no estoy al cien por cien. Todo lo que juegue ahora es oro para mí. Me va a venir de lujo para poder coger mi cien por cien después de la pretemporada. Siento que cuando me lesioné estaba en el mejor momento de mi carrera. El último partido que jugué sin dolor de rodilla, en julio de 2022, es contra el Apoel de Nicosia. Hice un partidazo y llamé a mi padre asustado de lo que había hecho contra gente que cobraba medio millón de euros y jugaba Champions League. Estaba en un momento brutal. Me he preparado de una manera que me hace encontrarme muy bien físicamente. Cuando coja el ritmo espero estar mejor, pero está por ver. He trabajado para volver, como mínimo, al mismo nivel que cuando me lesioné. Posiblemente sea ahora mejor jugador que en mi anterior etapa en la Sego.

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- ¿A qué porcentaje cree que está actualmente?

- Soy muy malo para eso, pero igual al 80%. Igual dentro de dos meses te tengo que decir que estaba a un 60%. Aún me queda, pero me noto bien. Para aportar al equipo tengo nivel.

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- ¿La lesión ha cambiado lo que tenía pensado para la parte final de su carrera?

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- Posiblemente sí. Si no hubiera tenido la lesión habría seguido muchos años en el extranjero. Ahora es algo que no tengo claro. Volver al extranjero es una opción. El equipo de Chipre me dejó la puerta abierta para volver. Es algo que tendré que pensar mucho en verano. Pero la lesión ha afectado en ese sentido y mi carrera no será igual que si no la hubiera tenido.

- El día de su presentación reconoció que cuando llegó a Segovia en noviembre pensaba en poder volver a jugar con la Gimnástica si todo salía bien y se daban las condiciones ¿piensa igual para la próxima temporada?

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- Puede ser una opción. Pero ahora mismo tienen que darse demasiadas cosas. No me gusta pensar mucho en ello. Prefiero ir con pies de plomo. Si se dan todos los ingredientes, el primero que quiere que querer es el club. Pero va a ser un verano complicado para decidir qué quiero hacer porque llevo mucho tiempo parado. También creo que sería un poco egoísta pensar eso cuando el club está viviendo este momento. Ahora mismo solo pienso en competir por ganar la liga y en disfrutarlo.

- Ha vuelto en el mejor momento.

- (Ríe). En el vestuario alguno me dice que soy un 'subebarcos' y un poco de razón tiene. Se puede conseguir una locura. Cuando me operé nunca me hubiera podido imaginar un regreso más idílico, con el equipo peleando por lo que está peleando, con este vestuario...

- ¿Esto se acaba en diez días o nos queda todavía un mes largo de competición?

- Yo creo que se acaba en diez días. No quiero ser gafe porque intentamos no decirlo, pero si tuviera que apostar diría que esto se acaba en diez días. Sobre todo por la dinámica del equipo, por su forma de entrenar y su forma de competir. Mi sensación en el vestuario es que el aura es muy parecido a cuando ascendimos contra el Malagueño. Lo estoy volviendo a experimentar. Confío en que esto se va a acabar en diez días y se va a hacer historia.

- ¿Quién es el que más le ha sorprendido del vestuario?

- Javi Borrego es una locura. Ya lo sabía. Fer Llorente es un jugadorazo con una carrera que cualquier jugador querría tener. Pero el que más me ha sorprendido es Álex Maroto. Es un jugador al que yo no había visto mucho, pero entrenando me ha sorprendido muchísimo el potencial que tiene como delantero. Maroto tiene un potencial gigantesco. Va a volver más fuerte de la lesión y la Sego va a tener aquí un delantero para muchos años.

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- ¿Hay ya alguna promesa en caso de ascenso?

- No, porque intentamos tener bajo control cualquier gafe. No hay ningún tipo de promesa. Vivimos semana a semana. Obviamente depende de nosotros, pero no queremos pensar en lo que puede pasar dentro de dos semanas. Queremos pensar en El Paso, que probablemente puede ser el partido más importante en la historia del club.

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