Secciones
Servicios
Destacamos
El 13 de septiembre de 2017, la muerte del ciclista Manolo Gea, atropellado en la travesía de la N-VI, disparó la indignación de los vecinos de San Rafael. De nada habían servido las innumerables quejas, protestas e incluso sonadas movilizaciones para pedir una alternativa ... a la gran cantidad de tráfico que a diario cruza la vía. Tampoco parece haber servido después la propia muerte de Gea, el carismático presidente del Club Ciclista Caloco: cinco años después, coches y camiones siguen pasando por la travesía, a todas horas del día, para desesperación de los vecinos, por el inmenso riesgo que la circulación conlleva. «Para saber lo que ocurre hay que vivir allí. El tráfico es brutal a todas horas. La vía no admite más tráfico que el que tiene. Son dos carriles y están siempre llenos los dos. Es insufrible, el humo lo ensucia todo, no se puede hablar porque el ruido es tremendo, los vehículos no dejan de pasar», admite el concejal de Medio Ambiente y Eficiencia Energética, Turismo y Comunicación del Ayuntamiento de El Espinar, Jesús Gascón.
MÁS INFORMACIÓN
Verdaderamente, el tramo de la carretera N-VI a su paso por San Rafael concentra un volumen de tráfico desmesurado. Casi 14.000 turismos y en torno a unos 1.500 camiones circulan a diario por una vía que, al fin y el cabo, comunica las dos mesetas. Y los datos son anteriores a la inflación que empieza a ahogar la economía, pues los vecinos ya perciben un incremento del tránsito relacionado con el elevado coste del peaje y la imparable subida del precio de los combustibles. Cada vez son más los camioneros o automovilistas que eluden el peaje de la AP-6 y cruzan la sierra por el Alto del León.
Hace casi un año, todavía en plena pandemia, el alcalde de El Espinar, Javier Figueredo (PP), amenazada con movilizaciones si el Gobierno seguía sin contestar a los requerimientos que se le han formulado. «Lo primero que pedimos es que el tráfico pesado deje de cruzar San Rafael y que se obligue a los camiones a pasar por la autopista. Para conseguirlo, lo único que tienen que hacer es poner dinero sobre la mesa, llegar a un acuerdo con la concesionaria para subvencionar ese paso de vehículos pesados, teniendo en cuenta que los peajes expiran en el año 2029», dijo el regidor en su día. Figueredo lamentaba no haber podido promover aún protesta o corte de carretera alguno a causa de la pandemia, pero estaba decidido a plantearlo. A día de hoy, el Ayuntamiento no descarta organizar la protesta.
«En estos momentos, el equipo de gobierno no desestima ningún tipo de movilización, con crisis o sin ella. Los grupos políticos que lo integramos –y yo diría que todas las formaciones representadas en la corporación municipal– estamos por la labor de no obviar esa herramienta para conseguir que se nos haga caso de una vez por todas», asegura el concejal Gascón, también portavoz del grupo municipal de Ciudadanos.
El Ayuntamiento no ha recibido respuesta alguna del gobierno. El senador del Partido Popular y vecino de San Rafael, Juan José Sanz Vitorio, ha trasladado el asunto a la Cámara Alta en reiteradas ocasiones, pero no hay solución que se vislumbre a corte ni a medio plazo. «Es lo que termina por asustarte. La provincia tiene un representante en el Senado que vive en San Rafael, que conoce bien el problema porque lo sufre y que está luchando por ello, como hemos podido comprobar públicamente. ¿Qué más hace falta para que nos hagan caso? ¿Que mueran más personas?», se pregunta Gascón.
En la campaña para las municipales de 2019, todos los partidos llevaban en sus programas compromisos para luchar por una solución. El Ayuntamiento no tiene competencias en la materia, pero sí la herramienta de la movilización, de la protesta, de la lucha. Ciudadanos propuso organizar una manifestación de zombis para conseguir llamar la atención más todavía. «En el último pleno, el PSOE nos afeó la propuesta, pero yo la defendí porque no debemos descartar nada si sirve para conseguir que nos hagan caso. Si nos tenemos que disfrazar de gallinas, hagámoslo», señala Gascón.
La situación de la travesía de San Rafael afecta a otras carreteras. Hace una semanas, la patronal de Ávila urgía a la Junta de Castilla y León a arreglar el tramo segoviano de la AV-500 (es decir, la SG-500) para mejorar la comunicación entre Ávila y El Espinar, puerta de entrada de la comunidad autónoma desde Madrid. Sin embargo, los espinariegos se han manifestado reacios en las redes sociales, temerosos de que el arreglo incremente el tráfico en la travesía de San Rafael. «Es normal. Es una vía complicada, peligrosa incluso para los animales. El tramo segoviano necesita una reforma porque tenemos que seguir abriendo puntos de comunicación con otras provincias... Pero debe ir acompañada de una solución para la travesía de San Rafael. Si no nos vas a arreglar lo de la travesía, no nos traigas más tráfico».
La existencia del peaje de la AP-6 mueve a muchos conductores, especialmente a los de los vehículos pesados, a echar mano de la alternativa gratuita de la N-VI. El problema viene de lejos. Un vistazo a la hemeroteca certifica la antigüedad de la lucha que los vecinos de San Rafael tienen emprendida contra el exceso de tráfico que a diario soporta la travesía, sin duda espoleado por el coste del peaje.En diciembre de 2006, más de un centenar de vecinos protagonizaron un acto de protesta en la plaza de Castilla, de San Rafael, que acabó derivando en un corte de tráfico de la N-VI. En septiembre se había producido otro. El Ayuntamiento, entonces gobernado por el PP y los independientes de ASí, respaldó la acción vecinal sin reservas. Tras la muerte de Manolo Gea, cientos de personas volvieron a pedir una solución. Fue en 2018. Todos los gobiernos municipales han apoyado las protestas, conscientes como son del problema en la travesía de San Rafael.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.