Trabajadores de una empresa tecnológica en Segovia. Antonio de Torre

Las tecnologías de la información emplean a unas 200 personas en Segovia

El sector defiende la inteligencia artificial por su eficiencia y su capacidad para generar nuevos puestos

Lunes, 23 de septiembre 2024, 13:29

La inteligencia artificial (IA) da más empleos de los que resta. Es el razonamiento del sector de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) en Segovia, que subraya la importancia del factor humano para usar correctamente las nuevas herramientas. Una veintena de empresas ... asociadas en la patronal con una media de unos siete empleados llevan a una estimación aproximada de unos 200 trabajadores en la provincia, teniendo en cuenta a los negocios que no están integrados en ella y a empleados especializados, aunque trabajen en otros sectores. Es el relato de un aumento sostenido en los últimos años en un territorio aún lejos de exprimir su potencial.

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La tipología de empresas TIC en Segovia es muy diversa, desde los negocios más grandes –plantillas que no superan la veintena de empleados– que se dedican al desarrollo de la inteligencia artificial a otras pequeñas que apuestan por la venta de hardware y hacen un poco de todo –venta de ordenadores, elaboración de páginas web o temas de ciberseguridad– aunque no llegan a grandes clientes.

«Si conseguimos hacer un centro tecnológico, estoy seguro de que la gente incluso vendría de Madrid», afirma Alfonso Rincón

La tendencia mira hacia la especialización: nuevos socios que se han especializado en Chat GPT, por ejemplo, para entrenarle para que haga unos presupuestos, o diseñar algoritmos con casi cualquier fin, como diseñar una ruta por Segovia.

El uso de la inteligencia artificial es cada vez más transversal y el presidente de la Asociación TIC Segoviana de Empresas (Aticse), Alfonso Rincón, con una veintena de socios, habla de un sinfín de negocios que la usan para el marketing hacia los clientes, esos anuncios segmentados que inundan la cuenta de Facebook. «En este mundo cada uno hace su inteligencia para sus necesidades», afirma. Su resumen es que el sector «abre muchísimas oportunidades laborales» como desarrolladores, ingenieros de datos o especialistas en ciberseguridad. «Al programador se le pueden escapar cosas, pero seguramente la inteligencia artificial tape agujeros de una aplicación para que pueda entrar un hacker por ahí», añade.

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'Entrenadores' necesarios

Dicha tendencia que lleva años, aunque la fama de Chat GPT lo haya puesto de relevancia. Rincón habla de una inteligencia generativa. «Es capaz de hacerte un algoritmo, pero no de pensarlo». Su acceso casi infinito a códigos hace que sea capaz de buscar algo muy parecido a lo que se le pide, pero necesita un 'entrenador' detrás. «Los humanos nos cansamos, algo que no le pasa a la inteligencia artificial. Si estás programando un robot y hay una funcionalidad que no consigues hacer, puedes apoyarte en ella para que te dé una opción», indica e profesional segoviano.

En lugar de buscar la solución en foros o en libros, esta inteligencia pone más a mano esa información. «Cuando tienes un Excel con millones de datos, te vuelves loco solo de verlo; sin embargo, si le pides a la inteligencia artificial que te saque las ventas de este año, lo hace en un momento».

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Estos entrenadores son ingenieros en informática o en telecomunicaciones. El relato del sector en Segovia es que hay personal, pero no sobra. «Tenemos al lado un mercado muy competitivo como Madrid. También Valladolid. Las empresas de aquí no somos capaces de absorber a toda esta gente. Muchas veces es difícil incluso ponerles en prácticas». Primero, porque el número de nuevos puestos es reducido en una provincia donde el tamaño de las empresas TIC también lo es. Segundo, porque estos otros mercados, con empresas más pudientes, pueden ofrecer mejores condiciones. Con todo, la aspiración es evitar la migración. Alfonso Rincón describe un servicio proporcional al tamaño de las empresas de cada zona. «Si conseguimos hacer un centro tecnológico, estoy seguro de que la gente se quedaría e incluso vendría de Madrid»,

De hecho, hay empresas de la capital que están llegando porque pueden pagar salarios más bajos. Y en Segovia faltan trabajadores, algo que radica en aumentar la carga de los que ya están en plantilla. Según el servicio de estudios de la empresa de trabajo temporal Randstad, en Castilla y León, la IA generativa –programas como Chat GPT– supondrá la automatización de 19.160 empleos en diez años.

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Esta cifra es la diferencia entre las tareas que potencialmente pueden desaparecer con la adopción de la inteligencia artificial por parte de las empresas (90.845) y los que se crearán (71.685) para el uso de esta tecnología. El estudio asegura que el 14,3% de los puestos (144.713) aumentarán su productividad y 775.820 no se verán afectados.

Ciberseguridad

Rincón aborda las circunstancias, la dificultad de instalar la tecnología en ciertas zonas o cómo integrarla en sectores como el primario. «La inteligencia artificial lo que va a hacer es ayudar un poco más de lo que estaba ayudando la tecnología, automatizar ciertos sectores». Y los más productivos son el turismo y el primario. Destaca que la industria del cerdo en la provincia está «muy informatizada» y limita el rol de la robótica a los trabajos más pesados. «El del ganadero es dar de comer a las vacas o limpiar el establo», matiza. La inteligencia artificial dirá cuándo limpiarlo y la robótica se encargará de hacerlo. Y dibuja un nuevo rol: el controlador del establo. «Esto va tan rápido que los avances tecnológicos nos sorprenden cada día».

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La asociación que preside Rincón aboga por utilizarla «con cabeza» por el riesgo de herramientas que permiten al enemigo introducir un virus o formatear un disco duro. «La capacidad de cada uno para saber el bien y el mal» a la hora de enviar una foto sin ropa por Facebook y una realidad: la ciberseguridad va siempre por detrás. «Tienes que estar todo el día defendiéndote. Antes de sacar un candado al mercado, ya sabes cómo se abre». Pese a todo, la prevención no está del todo extendida. «Es como con los robos, hasta que no te pasa no pones la alarma».

Robots que entrenan a las ranas para que no se coman unas a otras

Juan Rodríguez empezó con la realidad virtual y la impresión 3D hace 17 años, otra época. «Era demasiado pronto para esta tecnología, hemos ido evolucionado». Su empresa, Axertia, arrancó por la base. «Cualquier sistema que nos permitiera comunicarnos con las máquinas de una manera natural». Así explica el germen de esta aventura. Volcaban los procesos de formación de empresas francesas a un formato 3D con el que los empleados interactuaban gracias a unas gafas primitivas. Aquellos conceptos han aflorado y se han concretado en algo tan futurista como incorporar la robótica a una granja de ranas situada en Zamora.

La misma filosofía con herramientas más potentes. «Intentamos acercar la tecnología y los expertos en una determinada área del conocimiento, desde el arte a las finanzas. Que la puedan manejar de una manera muy sencilla y sacar el máximo provecho», señala Rodríguez, que se formó en cadenas producción. De ahí que también aplicarlo a la industria agroalimentaria. La tecnología al servicio de la cría de ranas, detección de enfermedades y bienestar animal. Los robots interactúan con los animales.

Se trata de abordar tareas como identificar la biomasa en una piscina de unos tres metros de largo por uno de ancho en la que puede haber entre 200 y 700 ranas. «Contar esos animales todos los días es bastante complicado». La inteligencia artificial se encarga y mide cuánto engordan. Los robots se encargan de la retirada de cadáveres para evitar su contaminación; ahora los están 'educando' para que detecten a las ranas muertas y las retiren con una mano especial. También sirve para entrenar a las ranas, un animal omnívoro y caníbal que busca comida viva –un insecto u otras ranas– a la que intentan 'engañar' en sus fases más tempranas simulando insectos donde realmente hay pienso. «Al final termina asimilando que eso es comida y esa conducta se convierte en hereditaria».

Así palia la tecnología «un grave problema de mano de obra» en el sector primario para introducir productos en el mercado. «Al final competimos con China, Turquía o Vietnam, países con una mano de obra muy poco cualificada y muy barata. Sin embargo, cuando automatizamos estos procesos, conseguimos aumentar la producción». A través de criadores que conocen la tecnología. «Elevamos su categoría profesional. Ganan más dinero, entendemos que es bueno para el sector», sin que ello suponga reducir la plantilla, razona. «Si con los mismos trabajadores produces por cinco o por seis, tu empresa crece».

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