Las máquinas estaban preparadas para comenzar su trabajo, pero María y Guadalupe Miguelsanz se interpusieron heroicamente para impedir el derribo de la vieja y ruinosa estación de ferrocarril de Ortigosa de Pestaño, abandonada desde el cierre de la línea férrea Segovia-Medina del Campo hace ... treinta años. «El viernes por la mañana, estábamos dando un paseo cuando nos encontramos con las máquinas. Sentimos mucha impotencia, pero nos dirigimos a los operarios, les pedimos los permisos y nos pusimos en medio. Y así conseguimos que, al menos de momento, lo pararan. Después de comprobar que contaban con los permisos y de reunirnos con el Ayuntamiento, empezamos a moverlo en las redes sociales, todo el fin de semana. Es la única herramienta que tenemos. Nos hemos enterado de que el ministro ha hablado de ello hoy mismo», cuenta María.
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Efectivamente, el asunto acabó llegando al ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente. Él mismo lo vio en las redes sociales y se refirió a ello ayer en Valladolid: «Vi el revuelo que se había preparado y automáticamente hablé con el secretario de Estado para que me informara de la situación, que yo desconocía. El Ayuntamiento declaró en ruina la estación y, por lo tanto, salvo que hubiera una rectificación por su parte, estamos obligados a demolerla». El ministro es partidario de evitar el derribo. «La estación es muy bonita y tiene un valor. Sería una pena tener que derribarla, pero no está en manos de Adif [Administrador de Infraestructuras Ferroviarias], sino del Ayuntamiento. Ya he encargado a Adif que hable con el Ayuntamiento y veremos qué sale de esas conversaciones», añadió Puente.
Las palabras del ministro dejan una puerta abierta a la esperanza, aunque los vecinos desconfían de las administraciones. «Al menos la alcaldesa fue la única que se presentó en la marcha de protesta que organizamos espontáneamente el sábado por la mañana, a la que acudieron muchos vecinos de pueblos de alrededor», señala María Miguelsanz.
Los propios vecinos cuentan con un informe técnico que certifica que el edificio de la estación tiene la estructura en perfectas condiciones. «Es cierto que la techumbre está mal, que se ha caído una pared y que es peligroso entrar, pero de ahí a derribar todo el edificio... No sabemos qué ocurrirá finalmente; estamos esperando a que nos digan algo. Lo que no queremos es que el edificio desaparezca, bajo ningún concepto. Hay, además, una iniciativa para restaurarlo y crear en él un centro turístico que dé visibilidad a la vía verde»
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La solución pasa por el Ayuntamiento y por Adif, propietaria de la estación. «Adif es la que tiene las competencias y se lava las manos en todo. Solo quiere demolerlo y quitarse problemas. No quiere ni venderlo ni arreglarlo», se queja María.
El tren pasó por Ortigosa de Pestaño muchos años. Fue el nervio que durante casi un siglo alimentó la economía local, que prosperó al calor del trasiego de la línea de Medina. Y la vieja estación, de aspecto decimonónico, forma parte de la memoria sentimental de un pueblo que sigue vivo y dispuesto a presentar batalla. Aunque solo tenga cincuenta vecinos empadronados.
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