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Igualdad ·
La autora del estudio sobre violencia de género en la provincia subraya la necesidad de un cambio en la sociedad ruralAbogada en ejercicio, andaluza de nacimiento pero castellana y leonesa de adopción, Amalia Gozálvez Escobar se ha recorrido el medio rural segoviano entrevistando a mujeres víctimas de violencia de género. Y ha conocido, de primera mano, situaciones muy dolorosas que no le han dejado indiferente. « ... Ha sido un trabajo durísimo; bonito pero durísimo. Hablar con tantas mujeres, escucharlas, recoger sus reivindiaciones, sus dolores... ha sido duro, pero ha valido la pena».
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Carlos Álvaro
La autora del estudio que ha merecido la tercera beca de Igualdad de la Diputación señala las dificultades añadidas que las víctimas de violencia de género tienen por el mero hecho de vivir en el medio rural, en un pueblo pequeño, donde la presión social es a veces insoportable. «El mundo rural es un mundo solidario, no lo pongo en duda, pero en el ámbito de la violencia de género, las mujeres están mucho más invisibilizadas que en las ciudades porque tienen más miedo a que se conozcan sus situaciones. Cuanto más pequeño y más alejado está el pueblo de las zonas donde hay recursos, menos posibilidades tienen las mujeres víctimas de salir de su situación. Y esto está ocurriendo en Segovia a día de hoy», apunta la autora.
La labor de los CEAAS de la Diputación, de los servicios sociales, es básica y constituye un pilar muy importante para la lucha contra la violencia machista, pero Amalia Gozálvez va más allá: «El trabajo me ha permitido conocer en profundidad el trabajo que hacen. Lo conocía por mi profesión de abogada, pero no con tanto detalle. Y es importantísimo, aunque las mismas mujeres piden mayor formación, mayor especialización. No obstante, la lucha contra la violencia en el mundo rural no debe quedarse solo en el ámbito de las administraciones públicas: lo más importante es que haya un cambio en la sociedad para que una mujer no sienta miedo y vergüenza a la hora de interponer una denuncia. Que empiecen a perder el miedo a la sociedad, al qué dirá la gente, tiene que ver mucho con los avances en el igualdad y un cambio de mentalidad. Cuando las mujeres dejen de temer a la sociedad de los pueblos pequeños se habrán conseguido cosas muy importantes para salir de una vez por todas de esta lacra que azota a las urbanitas, sí, pero que se ceba con especial virulencia con las mujeres rurales».
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El estudio de Gozálvez amplifica los datos de la Macroencuesta de la Mujer realizada en 2019, por cuanto aumenta en tres o cuatro puntos todos los indicadores. La lectura es sencilla: las mujeres víctimas de violencia de género lo tienen mucho más difícil en los pueblos. «En una ciudad, pasas más desapercibida y puedes tener menos miedo. En un pueblo, no. Por no entrar en otras cuestiones especialmente dolorosas». El estudio concluye con una serie de propuestas de diferente índole destinadas al Ministerio del Interior, al Consejo General del Poder Judicial, a la Junta de Castilla y León, a la Diputación Provincial y a los distintos ayuntamientos.
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