Varios tractores transitan por la CL-605 causando retenciones, este miércoles por la tarde. Óscar Costa

Segovia

Los sindicatos agrarios respaldan las tractoradas espontáneas contra la «precariedad»

Las organizaciones profesionales en la provincia valoran de forma «muy positiva» las movilizaciones pese a estar al margen de su planificación

Miércoles, 7 de febrero 2024, 21:44

Las tractoradas que han cortado carreteras y tomado Segovia capital esta semana están convocadas al margen de los sindicatos agrarios. Sin embargo, las organizaciones profesionales del sector primario en la provincia brindan su apoyo a las movilizaciones espontáneas que se han desarrollado hasta el momento. « ... Las cosas están mal desde hace tiempo: ya era hora de salir a las calles», coinciden sus representantes.

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Los trabajadores del campo se han puesto en pie de guerra. Cerca de un millar de tractores, según estimó la Subdelegación del Gobierno en Segovia este martes, participaron en protestas de diversa consideración y sin previo anuncio. La misma situación se repitió este miércoles, aunque en menor medida, «sin movimientos reseñables», indicó la Delegación del Gobierno de Castilla y León.

Al contrario que en otros puntos del mapa nacional, la jornada en la red viaria provincial discurrió con normalidad. Todo cambió con la llegada de la tarde, cuando al menos diez agricultores provocaron tráfico lento en el tramo de la CL-605 comprendido entre la rotonda de Tejadilla y la nueva glorieta que conecta con la CL-607. Otros tantos vehículos agrarios causaron retenciones en el entorno de Villacastín, lo que se extendió hasta bien entrada la tarde.

Los sindicatos agrarios con representación en la provincia, que han valorado las movilizaciones de forma «muy positiva», no descartan que estas puedan repetirse en las próximas horas y semanas. Además, mantienen su propio calendario de asambleas informativas y concentraciones dirigidas a mostrar el «hartazgo» del sector primario.

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Sociedad civil

Los convocantes de las tractoradas son personas anónimas, no hay una asociación o entidad definida detrás. Un amplio núcleo de la sociedad civil, sin importar la edad y lugar de residencia en la provincia, se ha organizado para llevar a cabo acciones reivindicativas. Son empresarios y trabajadores que aseguran estar «al límite». Pese a haber quedado apartadas de la planificación, estas iniciativas son respaldadas por las organizaciones profesionales. Es el caso de la Unión de Campesinos de Segovia-UCCL, la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja) de Segovia o la Alianza Upa-Coag.

El presidente de UCCL, César Acebes, asegura que secundan «todo el movimiento que surja de los profesionales del campo, venga de donde venga». A su juicio, los problemas existentes en el sector no son una novedad. «Lo llevamos diciendo desde hace ya bastante tiempo», insiste. Muestra de ello es que el pasado mes de julio el propio sindicato agrario impulsase una tractorada en Madrid, la cual pretenden repetir el próximo 21 de febrero, tal y como se acordó en los meses previos. El resto de actos espontáneos «no los controlamos: no sabemos qué puede pasar», subraya.

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Asaja ha ido un paso más allá ante la previsión de protestas. La situación tanto europea como nacional anunciaba la extensión de movilizaciones por la provincia, aunque no fuese de forma oficial. De este modo, antes de que los tractores conquistasen kilómetros de asfalto y vías urbanas en Segovia, el sindicato agrario decidió cerrar todas sus oficinas al público, decisión que se prolongará durante el tiempo en que tengan lugar estos acontecimientos como muestra de apoyo.

UCCL, Asaja y la alianza Upa-Coag apoyan unas protestas que consideran «justas» y «necesarias»

«Animamos a apoyar las justas reivindicaciones y acciones de los agricultores y ganaderos segovianos, que son las mismas, con carácter general, que viene defendiendo esta organización», informó Asaja a principios de semana en sus redes sociales, que matizó que sus máximos responsables se mantendrán al margen. «En estos momentos todo el protagonismo corresponde a los convocantes», recoge el mismo comunicado, que pone de manifiesto «la precariedad en la que nos encontramos».

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La alianza Upa-Coag, con Pedro Matarranz a la cabeza, traslada su apoyo a todo tipo de concentraciones o manifestaciones «que se hagan de forma ordenada». «No tenemos otra», apostilla, y reconoce que las dificultades que se viven en el sector obligan a tomar estos cauces extremos. «Cuando la situación está como está, toda petición que se realice en favor del campo es positiva: desde hace tiempo hemos reivindicado lo que se pide ahora», insiste.

Defensa del campo

El respaldo de las organizaciones profesionales a los agricultores y ganaderos segovianos está garantizado, todo ello a pesar de las críticas lanzadas por parte algunos manifestantes que cuestionan la defensa de los intereses reales del gremio por parte de estas entidades. «Nos molesta bastante que nos metan a todos en el mismo bombo porque no somos igual que el resto de organizaciones», se excusa el representante de UCCL. Es por ello que tanto Acebes como Matarranz piden priorizar la unión entre trabajadores para afrontar las adversidades.

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Los motivos que llevan a decenas de trabajadores agrarios a colocarse sus chalecos amarillos, llenar de combustible sus tractores y echarse a la carretera son diversos. El catálogo es amplio, así lo corroboran los representantes sindicales. «Nos sobran los motivos, es una sucesión de problemas que no nos permiten vivir», declara Acebes.

Los manifestantes elevan sus reivindicaciones a la Administración central y regional, pero sobre todo a Europa

Los principales obstáculos a las que se enfrentan son la dificultad para gestionar una explotación debido al «exceso de burocracia», las limitaciones medioambientales que incluye la Política Agraria Común (PAC) y la competencia desleal que experimentan los segovianos por la importación de productos procedentes de terceros países que no cumplen las condiciones definidas por la Unión Europea.

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También advierten del problema de la rentabilidad con motivo de la subida de los costes de producción y la caída de los precios de venta, sobre todo del cereal. «El precio del producto bajando de forma estrepitosa, incluso con la mala cosecha que hemos tenido, está siendo un duro palo y competir de esta manera es imposible. Los fertilizantes están a casi 600 euros la tonelada y la cebada, a 210. ¿Cómo afrontamos ese gasto?», se pregunta Matarranz. A ello se suma la falta de relevo generacional, lo que tiene repercusión en el medio rural, y la amenaza de la fauna salvaje. «Son muchos problemas los que tenemos y no vemos ninguna salida», especifica.

Europa

Las reivindicaciones se dirigen a la Administración central y regional, pero el principal remitente es Europa, con motivo del «brutal ascenso de legislación en contra de la producción del sector agrario» que Asaja enmarca en la llamada Agenda 2030. Una política que busca «sin descanso la desaparición del sector», añade. «No podemos ser un continente modelo en sostenibilidad y ecologismo cuando nadie más se va a adherir a él», insiste el portavoz de Upa-Coag.

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Según han defendido los manifestantes en varias ocasiones, las proclamas no tienen color político. No obstante, las protestas se celebran a escasos meses de las elecciones al Parlamento Europeo, previstas en junio. «O se ponen todos de acuerdo y remamos en la misma dirección o no vamos a poder trabajar en el campo», vaticina el representante agrario.

La Delegación del Gobierno en Castilla y León no descarta que este jueves se repliquen tractoradas en la provincia

Las muestras de apoyo que han recabado los participantes en las tractoradas ha sorprendido en las organizaciones profesionales. Miles de carteles con lazos verdes, símbolo escogido para la defensa del trabajo en el campo, han inundado las redes sociales. Después de meses de «letargo», en los que parecía que el gremio «estaba muerto», considera Acebes, «ahora parece que no hay otra cosa: el mensaje está calando».

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Los tractores han llegado a cortar estos días carreteras de máxima afluencia en horas punta como la A-1, la A-601 (autovía entre Segovia y Valladolid) y la AP-6 (en el entorno de Villacastín) durante largos minutos. «Sabemos que es algo molesto», determina el presidente de UCCL. Contra todo pronóstico, observa que la mayoría de los ciudadanos entienden esta situación. «La gente es consciente de que no ganamos dinero con nuestra producción, sino que perdemos, y eso no lo podemos consentir», concluye.

Incertidumbre total ante futuras protestas del sector primario

Los sindicatos agrarios de la provincia desconocen las jornadas de manifestaciones del sector que están previstas. Uno de los factores que los convocantes priorizan es la espontaneidad, por lo que es difícil prever el día exacto en que se producirán cortes en carreteras. De ahí que Segovia no figure en el calendario de protestas de Asaja, que sí recoge movilizaciones este jueves en Salamanca y Ávila, así como el viernes en Zamora. La Delegación del Gobierno en Castilla y León no descarta que las tractoradas se repliquen en otros puntos de la región.

Por su parte, UCCL, bajo el lema de «no puedes quedarte en casa», celebrará asambleas informativas en doce municipios y traslada a la próxima semana varias concentraciones. En concreto, tendrán lugar el martes en Hontalbilla, el miércoles en Santa María la Real de Nieva, el jueves en Boceguillas y el viernes en Venta Pinillos. Estas iniciativas serán el paso previo a la tractorada convocada para el próximo 21 de febrero en Madrid. Esta ubicación «no es ninguna tontería», defiende su presidente, César Acebes. «Es donde está el Ministerio de Agricultura, donde se toman las decisiones», añade. La organización busca ejercer presión para «sentarnos a negociar».

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