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Segovia es la segunda provincia de España en la que más aumentó la natalidad el año pasado. Todo un hito después de un decenio de ... bajadas encadenadas. La cifra de nacimientos registrada al cierre de 2024 vuelve a codearse con las que se daban justo antes de que irrumpiera la pandemia del coronavirus y desatara la doble crisis sanitaria y económica. Son los datos y algunas de las conclusiones que se extraen del Instituto Nacional de Estadística (INE), que este miércoles ha publicado su informe periódico sobre las estimaciones de alumbramientos y defunciones por territorios, el cual coincide con la finalización del ejercicio y, por tanto, con los resultados acumulados al cabo de la anualidad.
Solo hay una provincia en la que el crecimiento de las celebraciones por la llegada al mundo de un bebé fue superior al que experimentó Segovia. Es Cantabria, donde el incremento se alzó por encima del 13%. En el conjunto del país, también se ha producido un repunte, que el informe estadístico sitúa en el 0,43%. Bastante superior es la subida que arroja el cómputo global de Castilla y León, que puede permitirse sacar pecho de ser unas de las comunidades que han tirado del carro de la natalidad en España a lo largo del último año. Ese aumento se queda al borde del 5%, si se lee en términos relativos.
Por su parte, las buenas nuevas de las maternidades de mujeres residentes en la provincia segoviana se dispararon un 9,77%. Cerca de la cabeza de Cantabria y, por supuesto, liderando la locomotora de la región, que con el repunte del curso pasado cambia el paso de los sucesivos descensos, lo mismo que ocurre en el conjunto del país. Con este crecimiento, Segovia se confirma como el territorio tractor de la demografía castellana y leonesa. Después de cinco años, la cifra de bebés nacidos en esta tierra rebasa de nuevo la barrera de los mil alumbramientos. En concreto, 2024 bajó la persiana con 1.009 nuevos retoños, frente a los 1.025 con los que se despidió 2019, antes de la revolución de la pandemia.
Al echar la vista más atrás, la comparación no sale tan bien parada, ya que Segovia tiene aún que remar mucho para alcanzar las maternidades de épocas precedentes; sin embargo, los cambios en los fenómenos sociodemográficos que marcan el movimiento de población soplan a favor de revertir el encadenamiento de descensos en la fertilidad. Si se enfoca el espejo retrovisor hacia la última referencia temporal (hasta ahora) que disfrutó de un aumento en la cantidad de alumbramientos, los datos de 2024 salen perdiendo. Hace un decenio, la natalidad coqueteaba con los 1.200 recién nacidos, lo que equivale a decir que las madres segovianas dieron a luz a 188 bebés más que en 2024. Dicho de otro modo, a lo largo de los últimos diez años, caracterizado por las constantes disminuciones de la natalidad, la provincia ha dejado de festejar un 15,7% de los nacimientos que por aquel entonces se producían.
El cambio de tendencia que se ha materializado al cierre del ejercicio se venía barruntando mes a mes. Así lo invitaban a vislumbrar las distintas actualizaciones difundidas por el Instituto Nacional de Estadística. Los datos que se iban conociendo en las estimaciones mensuales dibujaban una curva ascendente que culminó en diciembre en esa cota por encima de los mil bebés.
Ahora cabe preguntarse por qué se rompe la racha de descensos en la natalidad Segovia. Las respuestas también se encuentran en otros informes del INE sobre la evolución demográfica y el movimiento de población. Uno tiene que ver con la edad y la residencia de las progenitoras que dan a luz. Cada vez son más las mujeres veinteañeras que han decidido tener hijos en la provincia.
Según las cifras publicadas por el organismo oficial, las madres incluidas en las franjas que van de los 20 a los 24 y de los 25 a los 29 años son las que más se han animado a traer nuevos segovianos al mundo. No en términos absolutos, ya que estos partos exitosos representan el 27,4% del total de nacimientos registrados al final del año; pero sí en la lectura relativa.
Y es que los aumentos experimentados en los alumbramientos de madres cuyo DNI está en las citadas horquillas etarias son los más abultados en comparación con los que arrojaron las maternidades a otras edades. En concreto, y a tenor de la información que ha hecho pública el órgano estadístico, los 82 bebés de segovianas entre los 20 y los 24 años representan un incremento del 23,7% con respecto a 2023. Además, es la natalidad más elevada del último decenio. El porcentaje de subida es aún mayor -del 25,3%- entre las madres que dieron a luz entre los 25 y los 29 años. Desde 2016 no se conocía un repunte así.
Por el contrario, el grupo de las progenitoras que han soplado ya cuarenta velas mengua si pone el espejo de la comparación en el curso anterior. La cifra de recién nacidos de segovianas que alumbraron a sus retoños entre los 40 y los 44 años descendió un 1,32%. Los ochenta bebés constituyen la natalidad más baja en dicha franja etaria del último decenio. En el siguiente tramo (de 45 a 49 años), el descenso es bastante más acusado. El informe del organismo estatal revela una disminución del 13,6%, con siete retoños en todo el año pasado.
Sin embargo, la mayoría de las segovianas son madre cuando están en la treintena. El repaso a la serie histórica recopilada por el ente estadístico concluye que la edad más común a la que se tienen hijos en la provincia son los 31 años. Más de 4.800 bebés han nacido en la provincia en el último medio siglo cuando su madre tenía esa edad. Según el INE, la edad media a la que dan a luz las mujeres segovianas es de 32,7 años. Así era hace dos años, última referencia temporal de esta estadística.
Con estas premisas, es previsible que las mujeres entre los 30 y los 34 años sean más fecundas que entre los 35 y los 39. En el primer segmento se concentran 328 alumbramientos registrados el pasado ejercicio en la provincia, siendo el más fértil del último decenio. Por su parte, en el segundo tramo de la treintena se contabilizaron 297 recién nacidos. Entre ambos copan el 62% de los niños que llegaron al mundo en Segovia en 2024.
La otra razón que ayuda a explicar el cambio de tendencia experimentado a raíz del crecimiento de los nacimientos registrados, que trunca la cadena diez años de caídas de la natalidad en Segovia, es la inmigración. Las comunidades extranjeras cada vez están más presente en la población que habita la provincia. Los últimos datos disponibles por el INE sobre la nacionalidad de las madres gestantes corresponden a 2023 y ponen de relieve que casi un tercera parte de los recién nacidos tenían una progenitora de otro país que no es España.
El padrón provincial se ha visto favorecido por el asentamiento de 27.245 ciudadanos foráneos, que se han instalado en alguno de los 209 municipios segovianos. Su trozo del pastel del censo ha crecido hasta rebasar el 17%, una cifra desconocida hasta ahora. Esta afluencia de extranjeros también influye en la reciente subida de la natalidad, en especial entre las madres que han cumplido los treinta.
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