Segovia registra más de un centenar de muertes al año por contaminación del aire

La contaminación del aire cada vez tiene un mayor impacto como factor de riesgo de muerte. Ya supera al tabaco en relación al número de fallecimientos atribuibles, tal y como advirtió este verano la Organización Mundial de la Salud (OMS). La entidad responsabiliza de este suceso sobre todo al dióxido de nitrógeno (NO2), el ozono (O3) y la presencia de partículas finas (PM2,5 y PM10, de menor a mayor tamaño), que se encuentran en suspensión en el ambiente.

Segovia no es ajena a esta amenaza. La mayoría de las jornadas que han sido examinadas por el Índice Nacional de Calidad del Aire arrojan valores positivos, ya que ocho de cada díez días tienen una calidad del aire satisfactoria. Entre enero y hasta septiembre apenas se notifican registros con resultados desfavorables. No obstante, el parámetro 'razonablemente bueno' -de calidad aceptable- cada vez recorta más las distancias con el de 'bueno', que es el nivel que implica mayores beneficios para la salud y al que se debe aspirar. Esto se debe a que el 71% de las mediciones concluyen con el primer indicador, frente al 17% que lo hacen con el segundo.

El principal contaminante que se halla en la provincia es el ozono, un gas que está presente en la atmósfera de forma natural, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. La exposición a elevadas concentraciones de este componente, que suelen darse en la periferia de la ciudad o zonas rurales, originan problemas respiratorios. Su presencia aumenta durante el verano y alcanza su nivel máximo por la noche, al menos en el caso de Segovia, cuya única estación de medición existente se encuentra en la calle de Las Nieves.

El Gobierno calcula que entre 2000 y 2009 se produjeron alrededor de 240 muertes atribuibles a la exposición aguda al ozono troposférico, dato que se puede extrapolar también a la última década. Según Ecologistas en Acción, el viento contribuye a desplazar la nube de contaminación de Madrid hacia el norte, que llega en elevados niveles al piedemonte segoviano.

Pese a ello, el riesgo que presenta esta sustancia en Segovia es mucho menor al de otros territorios. Lo contrario sucede con el dióxido de nitrógeno, ya que en este caso la mortalidad se dispara. Precisamente, la provincia se coloca en los primeros puestos de la clasificación nacional de las regiones con mayor riesgo de muerte natural atribuible a altas concentraciones del NO2.

Esto significa que ostenta una de las proporciones más elevadas de defunciones prematuras -y por tanto evitables- entre aquellos ciudadanos que se exponen al componente, que se generan principalmente en los procesos de combustión. Los principales de emisiones son el tráfico rodado o las instalaciones industriales. Por ello, la mayor amenaza se da en los entornos que soportan un tráfico más denso al cabo del día, como son las vías centrales y de acceso a Segovia capital.

Los efectos en la salud llegan a ser muy adversos, pese a que los valores anotados no superan los límites recomendados por la OMS salvo puntuales excepciones, como son las horas punta en la ida y regreso de los trabajos. Una mínima exposición es suficiente para aumentar el riesgo de muerte, hasta el punto de haberse atribuido un promedio de 1.199 fallecimientos a esta causa en una década. Así lo recoge un estudio realizado por investigadores del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), quienes sitúan el NO2 como el contaminante más perjudicial para la salud de los residentes en la capital.

El proyecto para la implantación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) alerta de que tan solo en el casco histórico hay más de 13.000 personas expuestas cada día a elevadas concentraciones de este gas tóxico. Segovia se constituye así como la cuarta ciudad española donde existe más riesgo de muerte atribuible al dióxido de nitrógeno y el número de muertes que han sido relacionadas con este suceso es incluso mayor al que ostentan otras capitales con mayor población. Es el caso de Logroño (410), Orense (696), Pontevedra (840) o Zamora (924), aunque permanece lejos de las más de 10.000 defunciones contabilizadas en Madrid o Barcelona.

La intromisión de partículas sólidas también están en el punto de mira de las autoridades sanitarias, ya que durante la época estival han protagonizado numerosas jornadas con elevada contaminación ambiental. La menor cantidad de precipitaciones agrava la situación, ya que en los meses más secos se han repetido más días 'desfavorables' que 'regulares'.

Este fenómeno contaminante tiene su origen sobre todo en fuentes naturales, como son las nubes de polvo africano o de ceniza. Los índices no han presentado variaciones coincidentes con los dos incendios de mayor envergadura que han tenido lugar estos meses en la provincia, como es el del Espinar, que se desencadenó el 1 de agosto; o el de Navas de San Antonio, que comenzó el día 12 del mismo mes.

Estas partículas pueden llegar a penetrar en el sistema respiratorio y poner en peligro la vida de las personas. Son más dañinas las de menor tamaño, aunque no suelen ser habituales en los resultados de exámenes ambientales de la provincia. Aun así, la superación de los 50 microgramos por metro cúbico de PM10 -umbral máximo- fue notificada una decena de días y en sendos periodos horarios. Es un límite que se rebasó prácticamente durante todo el 30 de julio, lo que provocó que la calidad del aire fuese desfavorable y se recomendase reducir las actividades en el exterior.

Afortunadamente, no se han alcanzado valores 'muy o extremadamente desfavorables' en ningún momento en lo que va de año. Esto no significa que Segovia esté libre de presentar estos índices, pues es algo que ocurrió a principios de 2022. Durante el mes de marzo un fuerte episodio de calima tiñó de naranja el cielo de la provincia y fue necesario declarar la emergencia para la salud pública, además de recomendar el uso de protección adecuada para salir a la calle.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) calcula que un 3% de las muertes que se producen cada año en España están asociadas a la contaminación atmosférica. Si se tiene en cuenta el promedio de defunciones anuales que tienen lugar en Segovia (alrededor de 1.700), la estimación provincial de fallecimientos por exposición a gases tóxicos presentes en el aire se acerca al 7%. Es decir, más del doble que la media nacional.