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No está siendo una Semana Santa ideal porque el mal tiempo ha rebajado las extraordinarias expectativas que albergaban quienes se dedican al sector turístico. El Jueves Santo había muchos turistas en las calles, pero quizá no tantos como se esperaba. No obstante, se consiguió « ... salvar el día», en palabras de Jesús Castellanos, presidente de Hotuse, una de las dos patronales de hostelería. Los aparcamientos subterráneos se llenaron al final de la mañana y la Policía Local se vio obligada a prohibir el acceso al recinto amurallado. Por contra, el aparcamiento disuasorio apenas funcionó.
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El panorama con el que amaneció el Viernes Santo no podía ser peor. Luvia y nieve. Menos gente en las calles que lo previsto, especialmente durante la desapacible mañana. «Fue un desastre absoluto de día», apunta Castellanos. Finalmente, el agua cesó y la Procesión de los Pasos pudo salir.
La preocupante inercia ha cambiado este sábado. Hace mucho frío, pero el sol se deja ver. Son muchos más los coches que circulan por la ciudad. A las doce y media, la Policía ha cortado el acceso al casco antiguo. Los restaurantes están funcionando a pleno rendimiento y sirven comidas en varios turnos. Las terrazas, sin embargo, no están completas. El frío tiene mucho que ver en ello. A falta de saber lo que ocurra este domingo, el lunes será día para los balances.
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