Energía

Segovia es la octava provincia española que más gasta en calefacción

Segovia entra en el 'top diez' de provincias que mayor demanda energética anotan al cabo del año. En concreto, es la octava que más gasta en calefacción y que menor temperatura media registra en invierno -8,5 grados-. Y también la tercera si se extrae el promedio de consumo de los edificios de las administraciones públicas.

Su clima continental es uno de los atributos que justifican esta posición, ya que los datos de eficiencia energética guardan semejanzas con otros territorios próximos, como Burgos o Navarra. En lo que respecta a las casas, no todos los habitantes calientan las estancias del mismo modo y con los mismos resultados.

Hay más de 63.000 viviendas principales en la provincia -sin contar segundas residencias-, según el último censo elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que data de 2021. Un 10% de estos hogares ostenta la peor calificación por emisión de gases de efecto invernadero, lo que se relaciona de forma directa con su etiqueta de eficiencia energética.

El año de construcción de un inmueble, la tipología del edificio, su superficie y el sistema de calefacción son los parámetros que determinan, en la práctica totalidad de los casos, el certificado que se otorga a los inmuebles, entre los que se encuentran pisos, bloques residenciales completos y viviendas unifamiliares, ya sean adosadas, aisladas o pareadas; además de locales con usos profesionales. La Junta de Castilla y León cuenta con un registro de más de 15.000 etiquetas expedidas, de las que diez fueron dadas de alta este mismo lunes. Aproximadamente un tercio se localizan en la ciudad de Segovia.

Estas calificaciones se corresponden con los esfuerzos climáticos que realiza cada inmueble. La nota más alta, consistente en la letra 'a' y de color verde oscuro, indica que esa casa se encuentra entre las privilegiadas que requieren menos energía y producen menos emisiones. En la provincia, representan el 3,7% del total, una cifra que decrece en la capital, ya que apenas suponen el 0,7% del parque inmobiliario.

Al contrario, si el índice es una 'g' de color rojo, significa que el inmueble en cuestión requiere una rehabilitación integral para mejorar en sostenibilidad energética y medioambiental. El 12% de los edificios repartidos por los 209 municipios segovianos cuentan con esta etiqueta, lo que se incrementa en Segovia al 15,2%. El grueso de las residencias principales se sitúan en la letra 'd' y, sobre todo, 'e', ya que engloban hasta el 63% de las viviendas de la provincia. Todavía queda un largo camino por recorrer para cumplir los objetivos de regeneración urbana propuestos por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.

En un simple vistazo a un mapa de la ciudad se perciben claras diferencias en relación a la eficiencia energética de los diferentes barrios. La colonia Pascual Marín, en el barrio de La Albuera, con viviendas unifamiliares y de planta baja, es una de las peores valoradas tanto en consumo de energía primaria como en emisiones de CO2.

Las manchas rojas también se intercalan en el recinto amurallado y en la parte baja de San Lorenzo. Al contrario, los bloques de viviendas construidos en la última década bajo la plaza de toros disfrutan de mejores resultados, lo que sucede con otros inmuebles renovados estos años en diferentes puntos del casco urbano y que se sucederán en un futuro próximo si se cumplen los propósitos recogidos por la guía para estrategias locales de rehabilitación a escala nacional.

La demanda de energía repite esta misma división, salvo contadas excepciones. El tamaño importa en este sentido, ya que el consumo se mide en metros cuadrados. En la provincia, la superficie media de una vivienda principal es de entre 60 y 90 metros. Sin embargo, hay muchas más casas construidas por encima de 180 metros que estudios o locales por debajo de los 45.

El informe citado, presentado por el Gobierno en 2022, especifica así que para calentar un metro cuadrado de superficie de un chalé de reciente construcción, datado a partir de 2008, se requiere la misma calefacción que para templar el de un piso de entre una y tres plantas edificado entre 1981 y 2007. La factura es incluso más abultada que la que afronta un inmueble situado en un amplio bloque plurifamiliar, de más de cuatro alturas, levantado entre 1961 y 1980.

Las variaciones motivadas por la antigüedad son significativas, ya que la diferencia entre las residencias que más gastan y las que menos es de más del 471% en función de las características del inmueble o las medidas adoptadas para favorecer el ahorro energético. En un siglo, el consumo ha disminuido un 62% en las viviendas unifamiliares, un 67% en los pisos de hasta tres plantas y hasta un 65% en los bloques de mayor tamaño. Más de 2.500 casas afrontan al año recibos superiores a los 10.000 kilovatios en Segovia, cuando lo habitual es que el gasto ronde los 1.000 y 3.000.

El 'boom' inmobiliario en la provincia se experimentó entre 2001 y 2010. A partir de esa fecha, la actividad del sector de la construcción cae casi a la mitad. A ello se suman las décadas de 1970 y 1990, que fueron fructuosas en la ampliación del parque de viviendas, por lo que los cambios que se han llevado a cabo para minimizar el consumo se deben a reformas para la actualización del sistema de calefacción.

Un chalé de obra nueva en la provincia demanda cuatro veces más energía para afrontar el invierno que uno de Valencia; y el doble que uno de Barcelona o La Coruña. Las tornas cambian cuando llega el verano, ya que en la provincia tan solo el 9,1% de los hogares cuenta con aire acondicionado, un porcentaje mucho menor al que apuntan territorios del sur, de la costa o las grandes ciudades.

La calefacción individual es la opción más extendida entre los segovianos, al ser el método empleado en casi 50.000 residencias para calentar sus estancias. Todavía hay comunidades de vecinos con sistemas centrales, sobre todo en edificios con diez o más pisos. En la provincia se tiene constancia de 6.813 inmuebles que utilizan este método, mientras que 3.600 se sirven de radiadores eléctricos o acumuladores. Hasta 1.200 inmuebles carecen de cualquiera de estas instalaciones para hacer frente al frío, que son coincidentes con un bajo nivel de ingresos netos mensuales de sus huéspedes.

Casi la mitad de los hogares se sirven del petróleo y derivados, sobre todo en los chalés y casas del medio rural. Una parte importante de ellos -10.000- basan su sistema de calefacción en las estufas de leña o pellet. El gas natural es más popular en los bloques de pisos, y en última instancia se apuesta por la electricidad como combustible. Asimismo, el INE refleja que el 15% de las viviendas principales tiene algún problema de aislamiento. Cumplen con este perfil las de carácter unifamiliar construidas en el entorno rural antes de 1971 o los bloques de más de diez pisos levantados entre 1971 y 1990 en la ciudad.

En Segovia se conocen algunos proyectos que pretenden optimizar la eficiencia energética y sostenibilidad. Según el Ministerio, este es responsable de algo más de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero. Por ello, la reurbanización para la ampliación del Hospital General de Segovia contempla la implantación de una red de calor de biomasa para abastecer el recinto. En 2021, una empresa privada anunció esta misma iniciativa con origen en el polígono de El cerro y para beneficio de más de 4.000 viviendas, si bien no ha habido más novedades sobre el proyecto.