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La época primaveral es fundamental a la hora de prever si los meses más secos podrán afrontarse sin dificultades o con nuevas restricciones en el consumo de agua, que protagonizaron decenas de bandos de numerosos municipios segovianos el pasado año. La provincia da la bienvenida ... al verano con las reservas hídricas en máximos históricos, tras haber despedido una de las estaciones más lluviosas del presente siglo. Desde finales de marzo, se han recogido una media de dos litros por metro cuadrado de precipitación cada día.
Segovia cierra las puertas a la segunda primavera más húmeda del último decenio, ya que tan solo es superada por los registros de 2018, cuando se sobrepasaron los 220 milímetros de lluvia. En esta ocasión, no se ha logrado cambiar la centena por muy poco: únicamente dos litros impiden alcanzar este límite, al haberse anotado un total de 198 desde el comienzo de la estación.
61 litros
por metro cuadrado en una hora es la intensidad máxima que alcanzó la tormenta de granizo del día 5 de mayo, que permitió batir un récord histórico.
85% porcentaje
de reserva hídrica que han alcanzado los cuatro embalses de mayor tamaño de la provincia esta semana.
Este dato ha contribuido a mantener los embalses llenos por encima del 85% para garantizar el abastecimiento de los pueblos, y también ha servido para afianzar las expectativas positivas del campo en aras de mejorar los resultados de la cosecha respecto a las tres campañas previas. El balance de los primeros meses del año hidrológico, que comienza en octubre, arroja un importante superávit de precipitación. Desde esa fecha, ha llovido un 64% más de lo normal en Segovia, lo que en gran parte tiene su explicación en los meses primaverales.
No hay una tendencia en cuanto a precipitación en esta época del año, que discurre desde el 20 de marzo hasta el 20 de junio de forma general. Pero los quintiles establecidos por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) permiten descubrir que ha sido una estación «muy húmeda» en la capital segoviana, «húmeda» en la mayor parte del territorio provincial y «normal» en ciertos puntos del nordeste y el límite con Ávila. Sin embargo, la sierra fue el escenario de las lluvias más cuantiosas e intensas.
Lo habitual es que en el trimestre de marzo a mayo se recojan en torno a 140 litros por metro cuadrado de media, según la evolución observada entre 1991 y 2020. La anomalía registrada por el observatorio ubicado en la ciudad en el presente año es de 35 litros más, lo que supone un incremento del 24%. Es una amplia diferencia, que únicamente es superada por Ponferrada.
Según especifica el delegado territorial de la Aemet en Castilla y León, Manuel Mora, las cinco borrascas -tres de alto impacto- que atravesaron la comunidad autónoma estos tres meses dejaron un promedio de 33 días de lluvia -cinco más respecto a la media-, tres días de tormenta y otros tantos de nieve. Una de estas jornadas coincidió con el Viernes Santo.
La primavera «ha sido una montaña rusa», concreta Mora, en referencia a que marzo fue cálido y muy húmedo; abril se definió como cálido y seco; y mayo, por su parte, fue frío y seco. Hasta el momento, junio también apuntaba a una menor cantidad de precipitación. El balance final será distinto después del paso de la DANA, que ha dejado esta semana al menos dos avisos amarillos por riesgo tormentas e intensas lluvias, con posibilidad de acumularse más de 15 milímetros en una hora, lo que estuvo muy cerca de cumplirse.
198 milímetros
de lluvia han recogido los pluviómetros desde el 20 de marzo hasta el 20 de junio.
68% incremento
de lluvia que se ha registrado desde el comienzo del nuevo año hidrológico, en octubre, en comparación con un periodo normal.
Desde el martes y hasta este jueves, Segovia recogió más de 25 litros por metro cuadrado. El granizo también hizo acto de presencia en este lapso temporal, hasta el punto de cubrir de blanco por unos minutos las calles de numerosos municipios de la provincia. Todo ello sin olvidar los 20,4 milímetros de lluvia que se contabilizaron el pasado día 9, con el que se cumplen cinco jornadas en los que los segovianos han tenido que sacar los paraguas.
A falta de poco más de una semana para despedir junio, los pluviómetros han sumado hasta el momento 46,4 litros. Es un dato que está ligeramente por encima de la media mensual, que se sitúa en 43. Si continuase esta misma evolución, la cual se descarta en los pronósticos relativos a los próximos días, se conseguiría igualar el récord histórico de precipitación mensual más alta que ostenta 1995, cuando una serie de tormentas descargaron más de 89 milímetros, según la estadística del nuevo observatorio. Queda lejos de superar la marca máxima diaria de 40,8 litros, que recae en el 19 de junio de 1996.
Sin embargo, en los meses inmediatamente previos sí que se han producido efemérides que ya forman parte del censo provincial. En el caso de marzo, el día 25 llovió con una intensidad de 38,4 litros en una hora. Se trata de una magnitud tan fuerte que incluso aventaja en cuatro puntos a la registrada en 1981, que ostentaba el dato más destacado hasta el momento. Asimismo, es un valor que se encuentra a medio camino entre tratarse de una lluvia «muy fuerte» o «torrencial», y que conllevó la declaración de un aviso naranja tanto en la zona de la meseta como el Sistema Central.
Asimismo, en mayo se llegó a alcanzar el umbral para elevar el nivel al color rojo, que es el máximo en la escala establecida. El día 5, una intensa granizada sacudió la capital segoviana. El observatorio comprobó que el paso del temporal tuvo una intensidad de 61 litros por cada metro cuadrado en una hora. Si se hubiera llegado a acumular tal cantidad en el tiempo indicado, hubiera sido necesario declarar una alerta. Es una magnitud que tan solo fue superada en 2004, cuando se contabilizaron 63 litros.
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César Blanco Elipe
Aunque la situación climatológica adversa se moderó en apenas unos minutos, fue suficiente para obtener el récord de precipitación máxima en 24 horas al sumar 38,2 milímetros. En ningún otro punto de la región se observó tal potencia en relación a las tormentas. A lo largo de la pasada estación, llovió tanto como en las primaveras de 2017 y 2019 juntas. En concreto, un promedio de 2,15 litros cada día, lo que convierte 2024 en el tercer año en el que los pluviómetros han rebosado en mayor medida. Este ejercicio se sitúa solo por detrás de 2013 (con 199 milímetros) y 2018 (con 223).
Segovia se constituye así como la provincia de la región que está más alejada de la sequía meteorológica de cara al futuro. Junto a Ávila, son los únicos territorios castellanos y leoneses que cuentan con mejores previsiones en la proyección a tres años. En el lado contrario se encuentran Burgos o León.
A juicio del delegado territorial de la Aemet, la humedad de la primavera no permite vaticinar un verano sin incendios forestales. «Es algo que depende de muchas condiciones», subraya. Por ejemplo, del estado de combustible vegetal o si coexisten olas de calor con episodios de viento. «Es algo que cambia cada día, pero probablemente tendrán una gran incidencia porque los próximos meses se prevén muy cálidos», advierte.
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