Segovia acumula ocho meses de paraguas: cada tres días uno llueve

Esos mismos valores dan la razón a quienes piensan que sí, que la lluvia apenas está dando respiro. La estación medidora de la ciudad contabiliza 44 días de precipitaciones, tal y como indica el director del portal Meteosegovia.com, especializado en el seguimiento de la información meteorológica en la provincia. El dato de Adrián Escobar concluye, por tanto, que una de cada tres fechas trascurridas del presente año ha estado pasada por agua.

Ha habido jornadas en las que las descargas han sido más testimoniales, por encima del litro por metro cuadrado y suficientes para engrosar los registros oficiales, y otras en las que la intensidad y la cantidad han provocado estragos, con riadas en calles, atascos en alcantarillas que no daban abasto, la formación de balsas de agua que han complicado la circulación de vehículos por determinadas calzadas e inundaciones en los márgenes del río Eresma a su paso por el tramo urbano, sobre todo cuando la lluvia encontró un aliado en el deshielo raudo de las cumbres de la sierra para embravecer el caudal, que de nuevo se salió y entró en la Casa de la Moneda.

No hay que remontarse demasiado lejos para anotar el último episodio de precipitaciones copiosas. Tanto, que el pasado 5 de este mayo, Segovia batió un nuevo récord pluviométrico. Esa fecha ya forma parte de la historia que traza el comportamiento del tiempo en cada época. Nunca hasta entonces había caído tanta lluvia en un día de mayo en la capital segoviana. El observatorio superó los 35 litros por metro cuadrado recogidos, que se concentraron sobre todo entre las tres de la tarde y las nueve de la noche, que es cuando la actividad tormentosa fue más potente y acompañó la lluvia con granizo. Solo en esas horas cayó la mitad de agua que lo que suele llover en todo un mes de mayo.

Pero lo peor, no solo en la ciudad, sino en la mayor parte de la provincia, fue el paso destructor de la borrasca Juan, en la segunda quincena de enero. Cauces y arroyos desmandados y desbordados anegaron pueblos, carreteras y tierras de cultivo. Los daños fueron muy cuantiosos. El primer mes del año fue el aperitivo, el prólogo que vaticinaba un final del invierno y unos primeros compases de la primavera más húmedos de lo normal.

El responsable de Meteosegovia.com señala que, en los casi cinco meses completos consumidos de este 2024, los registros pluviométricos han contabilizado cerca de 292 litros por metro cuadrado, con visos de seguir subiendo ya que en los próximos días la Aemet pronostica la continuidad del tiempo revuelto con la posibilidad de que descarguen algunos chubascos. El espejo en el que se refleja este volumen es el de la media recogida en el cómputo conjunto de todo un año en Segovia, que está en torno a los 461 litros, con la primavera y el otoño como periodos más generosos en lluvias.

Esto quiere decir que a falta de más de un mes para atravesar el ecuador del ejercicio, ya se ha recogido el 63% de las precipitaciones que normalmente caen a lo largo de todo un año en Segovia. El primer trimestre confirmó lo que anticipó la recta final de enero. Según la Agencia Estatal de Meteorología, del 1 de enero al 31 de marzo, el volumen de lluvias recabado en la capital alcanzó los 202,6 litros por metro cuadrado, lo que equivale a duplicar la cantidad recogida en el mismo periodo de tiempo del curso anterior.

Solo marzo terminó con unas precipitaciones acumuladas de 71,6 litros, cuando la media para este mes ronda los treinta, es decir, más de doble de lo que indica la serie histórica y la experiencia, como subraya Adrián Escobar.

Por desgracia para los cofrades, la Semana Santa no se salió del guion meteorológico que empezó a escribirse en otoño, coincidiendo prácticamente con el inicio del año hidrológico, que es el periodo de doce meses que discurre desde el 1 de octubre al 30 de septiembre del siguiente curso. El Martes y Viernes Santos vieron nevar.

Y es que la sucesión de frentes y borrascas que vive la ciudad desde el último trimestre de 2023 han dejado tras de sí un otoño y un invierno más húmedos de lo que habitual, como lo ha definido la Agencia Estatal de Meteorología, que también destaca en sus análisis estacionales unas temperaturas también algo superiores a las normales para esos periodos de tiempo. La primavera, a la que todavía le quedan por deshojar 33 días, va por el mismo camino.

Con el octavo mes del año hidrológico en el horizonte que dibuja el final de este mayo, el responsable de Meteosegovia.com especifica que las precipitaciones acumuladas desde el 1 de octubre de 2023 elevan el volumen pluviométrico hasta los 519,6 litros por metro cuadrado a fecha de este viernes. Es un 12,7% más que lo que normalmente cae de media a lo largo de un año natural (del 1 de enero al 31 de diciembre).

Si se coloca el punto de referencia en el comienzo del año hidrológico, Adrián Escobar especifica que los días de lluvia que ha habido desde entonces hasta ahora se elevan a 80. Noviembre fue un punto de inflexión. La proporción de dos días secos y uno mojado se retrotrae -y alarga- siete meses y medio.

Con estos precedentes lluviosos no es de extrañar que los embalses de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) en la provincia de Segovia presenten unos aspectos lozanos. No es tampoco difícil debido a su pequeño tamaño, sobre todo del Pontón Alto, que se encuentra al 100% de sus 7,3 hectómetros cúbicos de capacidad.

Por su parte, el organismo regulador de cuenca indica que Linares del Arroyo está al 91,3%. Este nivel alcanzado sobre los 54,4 hectómetros cúbicos que puede embalsar está por encima de la media de los últimos diez años.