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Carmona no se entiende con Abel Pascual para atrapar un balón en el área. Juan Martín (Gimnástica Segoviana)
La Crónica

La Sego deja escapar el liderato en su campo maldito

La Gimnástica cuaja una primera hora extraordinaria, con un gol de leyenda de Fer Llorente, pero se conforma con un punto tras despilfarrar un 0-3

Domingo, 25 de febrero 2024, 19:08

Quién le iba a decir a la Gimnástica Segoviana que un punto en el campo minado del Adarve tendría casi peor que sus tres derrotas. Ni un 0-3 con poco más de cuarto de hora por jugar sirvió para volver con los tres puntos: ... la visita al dentista acabó con una muela rota en el minuto 98. Meseguer pone un centro pasado al segundo palo que gana la espalda a la defensa, suficientemente escorado para que no salga Carmona, para que Álvaro Sánchez ponga las tablas y desate el júbilo en el Vicente del Bosque. Y el club de guerrilleros, orgulloso de su origen humilde, con puntas de acero en sus guantes de boxeador, lo celebra ante más de un centenar de aficionados azulgranas. Porque no solo basta con ganar las guerras, hay que demostrarlo. Y el punto que muchos aficionados prudentes hubieran firmado en el desayuno supo a pipa amarga.

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Unión Adarve

Adrián Fernández, Meseguer, Juanma, Álex Ortola, Diego, Adrián Jiménez, Albuer, Hakim, Álvaro, Miñambres y Harta.

3

-

3

Segoviana

Carmona, Abel Pascual, Sergi Molina, David López, Silva, Manu, De la Mata, Llorente, Borrego, Hugo Díaz y Dani Plomer.

  • Cambios Adarve: Baldo por Harta (min 58), Blanco por Ortolá (min 68), Iván por Miñambres (min 68), Sotres por iego (min 68) y Gonzalo por Albur (min 84).

  • Cambios Segoviana: Astray por Borrego (min 67), Arévalo por Manu (min 67), Rubén por David López (min 72), Maroto por Plomer (min 72) y Hugo Marcos por Hugo Díaz (min 86).

  • Goles:0-1 Fer Llorente (min 23), 0-2 Fer Llorente (min 45+2), 0-3 Dani Plomer (min 64), 1-3 Álvaro (min 73), 2-2 Baldo (min 75) y 3-3 Álvaro (min 90+8).

  • El árbitro: Marcelo Ibáñez Juárez (Murcia). Amonestó con amarilla a Juanma, Harta, Meseguer, Hakim, Álvaro y a Adri, expulsado por doble amarilla, en el Adarve; a Fer Llorente, David López, Manu y Silva, expulsado por doble amarilla, en la Segoviana.

El comienzo no presagiaba nada bueno para la Segoviana, derrotada siempre que había pisado el barrio madrileño de El Pilar, martilleada una y otra vez por las cuatro torres: un descenso (3-1), un debut para olvidar (4-1) y una derrota con diez (2-0). El técnico azulgrana, Ramsés Gil, consciente de la amenaza de los locales a balón parado, sacó a todos sus antiaéreos: defensa de tres, con David López, Sergi Molina y Abel Pascual, titular tres meses después. Pero su equipo salió algo dormido ante un rival que medraba por la derecha y sacaba sus primeros centros laterales, aunque la cosa no pasó del fogueo, disparos sin pólvora.

El gran problema de Ramsés estaba en ataque porque no tenía a Dani Segovia, que sufrió en la grada como nunca. Por no poder jugar ante sus ex, por todo lo que estaba pasando. La respuesta fue situar a Plomer de falso nueve y sacar a todo lo demás por detrás, desde el empaque de Hugo Díaz al talento de Borrego, que se atrevía a gestos de quilates en una superficie hostil de césped artificial. Una vez calentados los automatismos, la Segoviana entró en juego, replicó con centros laterales, entendió el partido. Y su parroquia cantaba.

Y llegó el premio. Un centro desde la derecha que merodeó el punto de penalti al encuentro con Abel, que recibió un manotazo y acabó en el suelo. No dudó el colegiado, que señaló los once metros. Pareció en un primer momento que la cita sería para Hugo Díaz, pero Fer Llorente se quedó con el balón y ejecutó inmisericorde a la derecha del portero. Un gol que alimentó la apuesta azulgrana, la presión alta, la lucha en los duelos, aunque David López, por momentos capitán general del aire, viera la amarilla.

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El partido se acercaba al descanso sin grandes sustos, una situación que cualquier visitante habría abrazado en un lugar tan hostil. Pero la Sego quería más. Borrego rentabilizó la presión con un robo en campo rival y puso a Llorente al timón de la acción. Conducción de cara por el carril central a más de 30 metros de la portería y con el rival replegándose. Y decidió el talento, con un misil que se coló por la escuadra. Placer puro directo desde el pie derecho, ese segundo con el que sueña un futbolista. Y la parroquia segoviana, que siempre vivió el descanso en aquellos bancos de piedra por detrás en el marcador, no se creía el 0-2.

Fer Llorente celebra el golazo que supuso el 0-2. Juan Martín (Gimnástica Segoviana)

El guion decía que el Adarve sacaría los tanques. Lo intentaron los madrileños, sumando cada vez más efectivos en área rival, descuidando sus coberturas, pero no se puede encerrar a un rival si la celda está abierta. La Segoviana salía bien de la presión y encontraba vías para hacer daño cuando llegaba a campo rival. Debió colmar a Ramsés ver cómo sus jugadores no solo hacían su tarea principal, sino la que se supone que le toca al compañero. Que Plomer aguantara de espaldas el balón como si fuera Dani Segovia; que Hugo Díaz centrase como Borrego y que Manu acudiera al remate como un nueve. Pese a las urgencias locales, estaba más cerca el 0-3 que el 1-2. Y la teórica sentencia llegaba en una pared entre Plomer y Silva, dueño del carril diestro, que el balear canjeó con un fuerte disparo en el corazón del área. El sueño de cualquier aficionado gimnástico era tan real como el sol que deslumbra.

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Plomer celebra el 0-3. Juan Martín (Gimnástica Segoviana)

Pero ni con esas cedió su imbatibilidad en casa el Adarve, el único del grupo V. En cuanto la Segoviana apartó un ápice el pie del acelerador, llegaron los fantasmas. Los cambios debilitaron el juego aéreo y su capacidad de defenderse con el balón. Rubén no saltaba como David López ni Maroto se hacía fuerte en campo rival. La gasolina estaba vertida, simplemente faltaba la chispa, un detalle, la vista de Álvaro Sánchez para tener en su radar un balón que cayó con nieve en la frontera del área chica para golpearlo de primeras de volea. Pero como en los grandes terremotos, la réplica fue la que puso todo patas arriba. Apenas había pasado un minuto cuando Carmona sacaba la mano para indultar un mal repliegue de Astray, pero no podía hacer nada para evitar que Baldo embocara el rechace.

Y el equipo que lo vio ganado ya no podía igualar los decibelios del Adarve. Ya no había argumentos futbolísticos, solo desear el final. Carmona rescató el aviso con ayuda de la madera, pero el descuento de siete minutos resultó demasiado largo. Dio tiempo a que los dos se quedaran con diez; un codazo de Adri y la segunda amarilla para Silva. Y el susto se convirtió en muerte. Hasta el minuto 98, la Segoviana era líder, pero el punto vale para mantenerse en 'play off' con tres puntos de colchón y mantener al dentista a cinco. La obra maestra de Fer Llorente fue igualada por dos remates a bocajarro de un delantero peleón. Así es el fútbol: el David de Miguel Ángel vale tanto como tres ladrillos.

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