El San Cristóbal vence a las lesiones

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El cuadro segoviano pasó de asomarse al quinto puesto a sentir el fuego de los puestos de descenso tras perder cuatro partidos consecutivos entre noviembre y diciembre. El más amargo de todos fue en casa ante el Villa de Quel, riojano, un partido que no supieron matar y que acabaron perdiendo ante el rival que marca el descenso en un final caótico con un gol a 15 segundos de la bocina. Velasco culpa a la ansiedad. «Pero si es que nos podíamos haber ido 9-4, no lo hacemos y con tres acciones puntuales nos remontan el partido... Decir que a este equipo les tenemos que ganar y bien ganado. Al final, no había ni táctica ni orden, era tirar de corazón». Con la herida abierta, la cirugía llegó después. «Fue un punto de inflexión. Nos tenemos que poner las pilas todos. Nos sentamos en el vestuario, hablando las cosas bien».

En el momento más vulnerable del curso, con un sinfín de bajas como las de Alvarito, el veterano con experiencia en Primera División, lograron una victoria de mérito en Alcorcón (4-5) que cambió su dinámica. Aquella charla con un tono constructivo puso el colectivo por encima de la individual. «Que con ese poquito más que demos cada uno, el equipo lo va a notar». Para un conjunto que tras perder los tres primeros partidos no ha pisado puestos de descenso, aquella jornada era una amenaza real. «Es que puedes acabar el año dentro del descenso». Ese miedo sirvió de acicate, las orejas del lobo para un vestuario que no quería pasar casi un mes sin competición con ese lastre de la zona baja.

En lo táctico, Velasco aplicó unos toques de prudencia para un equipo que siempre aspira a ser protagonista. «Si las piernas no van y vamos arriba a presionar, no vamos a llegar. Esperar un poquito atrás, que la iniciativa la lleve el contrario y a ver si podemos hacerles daño a salir después de robar». Un ejercicio de realismo que funcionó. «A nosotros nos gusta tener el balón, pero si tenemos bajas hay que buscar otra alternativa». Con esa premisa, el nuevo año ha dejado cuatro victorias y dos derrotas al San Cristóbal, un equipo que gana con quien debe –al Pinseque (6º) y tres seguidas en las últimas tres jornadas ante el Juventud del Círculo (11º), Laskorain (penúltimo) y Villa de Ribafrecha (colista) – y cae ante poderosos como el Otxartabe (2º) y el San Juan, un candidato al ascenso, aunque ahora es octavo. «Los partidos con gente de nuestra liga los estamos ganando», resume el técnico.

Pero cuando parecía que la enfermería se vaciaba, han vuelto los problemas. La cómoda victoria del sábado ante el colista (6-1) dejó una factura elevada. A falta de diagnóstico, Julio tiene todas las papeletas para una lesión grave de rodilla. Javi sufrió un pinchazo en el gemelo, lo más leve de la tarde. Porque Héctor recibió un fuerte balonazo y ha perdido visión en un ojo; el grupo está pendiente de que pasen unos días para evaluar los daños. A eso se suman otras bajas como las de Samu o Callejo. Juanma está entrando poco a poco en dinámica tras una lesión de larga duración. Y a todo lo demás se une la expulsión de Óscar. «No sé cuántas son, no las quiero ni contar».