El CD San Cristóbal agota una exigente pretemporada de cara al inicio más duro

Su plantilla está en el punto con más carga física en la última semana de pretemporada. Así se citó ayer en el Pedro Delgado con el Segosala, el club al que ha sucedido en la categoría de bronce del fútbol sala español tras su descenso la pasada temporada. La semana que viene arranca su andadura en Bilbao. «Queremos llegar con chispa a los primeros partidos. Van a ser muy fuertes, pero vamos a intentar rascar algún punto para no ver leones o fantasmas por ahí». Por eso han metido un amistoso entre semana durante toda la preparación; en total, seis para «coger ritmo de competición lo antes posible».

Y para dar rodaje a una plantilla que ha resultado ser amplia. «A ver si este año puedo hacer alguna convocatoria», bromea tras andar justo el año pasado, el de su estreno en Tercera que terminó en ascenso, entre lesiones, viajes o compromisos laborales. Cuenta con 16 jugadores tras la incorporación de un nuevo pívot, César, que ya jugó en el club cuando estaba en Regional y vuelve tras jugar al fútbol con el Monteresma. Un añadido de última hora que viene a suplir la baja de Darío, que presumiblemente sufre una rotura del ligamento cruzado de la rodilla y se perderá casi toda la temporada. Juanma, ala, estará fuera unos dos meses por una hernia.

Así que Adrián empieza el curso con un grupo de 14. Víctor y Mordi son los porteros; el técnico quería un tercero: «En el momento en que se coja uno un resfriado, tenemos que tirar del juvenil». Pero el portero que estuvo a prueba no le convenció. La posición de cierre es la que mejor cubierta parece con la garantía de Alvarito, el veterano que jugó en Primera División y cubre todos los registros, desde la salida de balón a la faceta goleadora. Le acompañan Óscar y Javi, dos piezas del grupo original.

La amplitud de plantilla está en los puestos de ala, hasta siete. Por un lado, están Raúl, Callejo o Samu; se les pide desborde, uno contra uno o velocidad. «Samu nos aportará el gol, espero, igual que el año pasado». Por otro, Polonio y los recién llegados del Segosala: Julio y Edu. El entrenador pone en valor su lectura de juego, el gol de Julio y la veteranía de Edu. «Ha debutado en Primera División, mucho saber estar. Cuando haya que tirarse el equipo a la espalda, va a ser uno de los que lo haga junto con Alvarito». La nómina la completa Mario, procedente del juvenil. Y los pívots, si se confirma la baja de Darío, serán el recién incorporado César y Álex.

Adrián se muestra satisfecho con esa mezcla entre el grupo que conoce desde hace tres años, con el que ha crecido, y añadidos con experiencia en categorías superiores. «Mantenemos todo de los dos años que hemos ascendido, es el premio que se merecen los chicos». Esa marca atrajo a los jugadores del Segosala incluso antes de saber si habría ascenso, así que los contactos para el fichaje fueron sencillos. El San Cristóbal, igual que lo fue el Cuéllar años atrás, es la mejor opción para los jugadores que se quedaron sin equipo con la desaparición de Segovia Futsal y quieren seguir vistiéndose de corto.

Ese ambiente feliz del San Cristóbal tiene mucho que ver con los resultados, reconoce Adrián, con un equipo que lleva dos años ganando semana tras semana. «Cuando acompañan, todo va de lujo». Ese ascenso meteórico tiene un daño colateral: el juvenil, entrenado por Diego Gacimartín. El abismo entre Segunda B y División de Honor complica el tránsito de jugadores. «Tienes 17 añitos y te enfrentas a jugadores que están a un paso de ser profesionales, es un salto bastante grande. Estamos trabajando para que lleguen». Salvo bajas, será difícil verles en una convocatoria de 12 jugadores cuando la primera plantilla tiene 16.

El primer vistazo de Adrián a sus rivales es el de un grupo muy intenso. «Va a ser una liga muy física, pero a lo mejor no hay tanto nivel de técnica individual como Madrid o Galicia». Esperan viajes largos, un aspecto más para poner el acento en lo físico. «Por eso queríamos meter partidos miércoles y sábado, para competir cuanto antes. Porque luego llega el primer partido y se te rompen tres porque no están acostumbrados».

El arma del San Cristóbal para la permanencia será su pabellón. Ya el año pasado hubo llenos en los partidos importantes; la venta de abonos va muy bien y el club cuenta con público de Segovia, esos fieles que quieren seguir viendo fútbol sala. «Yo creo que se nos va a quedar pequeño en más de un partido. No sé si habrá que tirar alguna pared en el futuro para hacer grada, pero la gente está respondiendo muy bien. Los 300 del pueblo y la gente de Segovia que lo ha mamado. Y es que no entran... La afición, de chapeau».

Tras iniciar su andadura en Bilbao ante el Otxartabe, los de Adrián recibirán el sábado 23 al San Juan, navarro, el estreno de San Cristóbal de Segovia, el municipio que respira fútbol sala, en la categoría de bronce. Después visitarán a otro coco como el Juventud del Círculo para recibir en su pabellón a uno de los favoritos, el Laskorain. Su primer mes de competición terminará el 14 de octubre con otro desplazamiento, en esta ocasión en la pista del Villa de Ribafrecha.