Quinto encierro de Cuéllar, en la zona del Embudo. Nacho Valverde (Ical)

Las reses de Alcurrucén protagonizan un lucido y vistoso último encierro en Cuéllar

Aunque los astados se disgregaron en el pinar, fueron unidos en las rastrojeras

Mónica Rico

Cuéllar

Jueves, 31 de agosto 2023, 11:56

Con buen sabor de boca se cerró ayer el ciclo de encierros de Cuéllar que se celebran con motivo de las fiestas en honor a la Virgen del Rosario. Las reses de la ganadería toledana de Alcurrucén, ganadoras del trofeo al mejor encierro en 2022, ... protagonizaron un encierro lucido y vistoso pese a los problemas que protagonizaron en la conducción al inicio del recorrido.

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Tras la salida de corrales, realizada con normalidad y con la manada agrupada, los bravos emprendieron distintos caminos y que quedaron rezagados hasta en tres puntos distintos del pinar. Entre los pinos, los caballistas se dividieron en diferentes grupos para no dejar solo a ninguno de los astados y tratar de conducirlos junto a sus hermanos. Su trabajo, aunque en varios grupos, resultó exitoso y se pudo reagrupar a toda la manada ya en la zona de campo.

Los toros que habían continuado con los mansos formaron un grupo, mientras que los caballistas consiguieron unir a los disgregados en una segunda agrupación. Así realizaron el cruce del paso de Las Máquinas. Primero los mansos, con dos de los astados y otro más algo retrasado, en una formación en la que los bueyes iban algo adelantados. Unos minutos después los otros tres bravos realizaron el paso de Las Máquinas, acompañados de los jinetes que recibieron un fuerte aplauso por parte del público debido a la buena labor que realizaron en ese punto, llevando al ganado de forma pausada aunque con ritmo hacia el estrecho pasillo que supone la transición al campo abierto.

Con la manada aún disgregada en dos grupos se produjo el cruce de la carretera de Cantalejo. En una zona de rastrojos los jinetes nuevamente realizaron una gran labor, moviendo a los astados con el fin de poder unirlos en una sola agrupación para continuar el camino. Finalmente lo consiguieron de forma eficaz antes incluso de realizar la habitual parada previa al cruce del túnel bajo la autovía, donde tampoco se registraron problemas.

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El camino continuó de forma tranquila y la manada, ya completamente agrupada, pudo parar en el descansadero habitual en la zona de Las Hontanillas. Ahí se realizó el tradicional reparto de pastas y aguardiente entre los caballistas, síntoma de la tranquilidad existente entre los astados.

Embudo

La manada continuó el camino de forma tranquila para emprender después el descenso del Embudo con unos minutos de retraso respecto al horario previsto. Aunque la bajada comenzó de forma pausada, casi al paso, en apenas los primeros metros los bravos imprimieron su velocidad, lanzando una bonita carrera que nuevamente fue aplaudida por el público situado en las laderas.

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La entrada a las calles de Cuéllar se realizó con la manada algo separada, con dos de los bravos en cabeza imprimiendo fuerza y velocidad. Lo aprovecharon los mozos para protagonizar bonitas carreras disfrutadas por los espectadores desde las talanqueras. A continuación llegaron otros tres toros, un pequeño grupo de mansos y, a unos metros, el último astado con el resto de mansos cerrando la manada.

Durante el recorrido, los primeros toros se adelantaron y dejaron a los bueyes atrás, al igual que al sexto bravo, tónica que continuó hasta la zona de los Paseos de San Francisco. A partir de entonces fueron tres toros los que marcaron el ritmo y encabezaron el encierro, seguidos del resto de reses hasta la plaza. En los últimos metros, un toro castaño quedó algo desligado del resto del grupo y llegó al final del trayecto con algo de diferencia respecto a la manada. Aunque hizo ademán de arremeter contra las talanqueras, finalmente fue conducido por los mozos hasta el interior del coso taurino sin apenas dificultades.

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El alcalde de Cuéllar, Carlos Fraile, señaló que en líneas generales había sido «un buen encierro» en el que no hubo que lamentar ningún herido y del que destacó el tramo de campo, donde la conducción costó algo más que el año pasado, especialmente en el tramo de pinar. También la Asociación Encierros de Cuéllar resumió el quinto como «un muy buen encierro para el disfrute de los corredores», tal y como demostraron los aplausos de los espectadores en algunos puntos del recorrido.

Tampoco se olvidaron del baile de rueda pese a ser el de este jueves «el día más flojo en cuanto a asistencia». Sin embargo, indicaron que el ambiente «ha estado a la altura».

Balance

El alcalde de Cuéllar también realizó un rápido balance del desarrollo de un ciclo de encierros que calificó de «positivo». Consideró que dos de los cinco -el del domingo y el de ayer- habían sido buenos, otros dos «aceptables -los del lunes y el martes- y uno -el del miércoles- «complicado y malo». Fraile hizo hincapié en que la organización, dirección de campo y caballistas son los mismos todos los días y que la diferencia fundamental es el ganado, que fue «muy complicado» en la jornada del jueves «propiciando arrancadas continuas a los caballistas». El resto de días, según el regidor, las reses fueron más nobles y manejables.

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Fraile quiso agradecer la participación de todos los agentes implicados en el desarrollo de este ciclo de encierros (dirección de campo, caballistas, corredores, pastores, servicios municipales, Policía Local, Guardia Civil y Protección Civil) el trabajo realizado. Además, envió un «mensaje de cariño» a todas las personas que se encontraban en el interior de uno de los corrales del Embudo el miércoles, cuando un astado rompió la puerta del corral en el que se había introducido. Por último, deseó que todas las personas que han acudido a los encierros «lo hayan pasado bien» y destacó como especial punto positivo la ausencia de heridos, salvo la cornada leve del martes.

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