Irene Herranz, presidenta de la Asociación Provincial de Autoescuelas

«Hemos recuperado matrícula, pero perdido margen de beneficio»

«La matrícula, el nivel de trabajo, en lo que llevamos de año, está más o menos como en 2018 o 2019, los años inmediatamente anteriores a la pandemia, pero el margen de beneficio se estrecha cada vez más, como está pasando en casi todas las actividades, debido al encarecimiento de los suministros», apunta Herranz. En el caso de las autoescuelas, el combustible, es decir, la gasolina, es fundamental para funcionar. La subida del precio ha sido una prueba de fuego para muchos negocios. «La partida en gasolina es una de las más importantes en nuestro capítulo de gastos, pero también lo son los alquileres, el coste de la luz y de todo en general. Quiero decir que el margen de beneficio no es equivalente a la subida», señala la presidenta de la patronal segoviana del sector.

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En general, las autoescuelas han ido subiendo los precios, pero no lo necesario para neutralizar la carestía de la vida. «Hemos ido subiendo un poco, si bien no en la proporción que seguramente tendríamos que haberlo hecho para compensar el incremento de los costes. Es verdad que, hasta ahora, la matrícula no ha estado mal. Otra cosa es lo que pase en otoño y el año que viene».

El aumento de las matrículas suele coincidir con el comienzo del verano. Siempre se ha hecho. Los jóvenes aprovechan las vacaciones para sacarse el carné de conducir, y esto no ha cambiado, aunque es verdad que ha aumentado la media de edad. «Hace unos años, cumplías la mayoría de edad y lo primero que hacías era matricularte en una autoescuela para sacarte el carné. Esto ya no es así. Ahora esperan a los veinte o incluso a los veinticinco para hacerlo, cuando ya tienen un puesto de trabajo que se lo exige», desvela la empresaria. El avance que ha experimentado en las últimas décadas el transporte público puede haber influido en el cambio de tendencia.

En otoño de 2021, cerca de 1.800 personas aguardaban en Segovia para hacer la prueba de circulación, es decir, el examen práctico de toda la vida. En ese momento, se alertó de la necesidad de mejorar la dotación de examinadores a través de la consolidación de la plantilla existente y la creación de nuevas plazas, lo que llevó a incorporar a un examinador más. «Pero fue insuficiente».