Real Sitio, Maderuelo y Escarabajosa arrastran las mayores deudas por habitante

El reelegido alcalde explica que el aumento experimentado del 17,4% en el último año obedece a que «ha habido que hacer frente al pago de diferentes sentencias judiciales que vienen de distintas situaciones de hace años y finalizaron entre 2021 y 2022». Añade que para acatar económicamente esas resoluciones «el Ayuntamiento se acogió a una línea de financiación del Ministerio». Alonso matiza que la evolución de la deuda viva del Consistorio granjeño ha quedado truncada, ya que venía mermando el endeudamiento acumulado por créditos y préstamos financieros.

El segundo Ayuntamiento de la provincia que, en proporción, carga con una deuda viva más abultada es el de Maderuelo, que logró enjugar el curso pasado parte de las obligaciones asumidas con anterioridad. Al terminar 2022, esta corporación restó 30.000 euros del lastre hasta dejar el endeudamiento financiero en 90.000. Su distribución entre sus residentes deja una deuda viva por habitante de 783 euros.

Escarabajosa de Cabezas completa la terna de corporaciones que mayor endeudamiento arrastran con un debe de 188.000 euros al acabar el ejercicio pasado, según Hacienda. Durante esos meses, logró enjugar 31.000 euros. A cada vecino le corresponden 649 euros de la deuda viva.

Por lo general, los Ayuntamientos segovianos que figuran en la lista de deudores de la Agencia Tributaria, siguen limando sus endeudamientos. El de la capital, también, que redujo su deuda viva en 424.000 euros hasta dejarla en 24,4 millones de euros.

Otro ejemplo es Torrecaballeros. Su alcalde, Rubén García de Andrés, avanza la previsión de acabar con su endeudamiento a 31 de diciembre de este mismo curso. «En el primer semestre ya hemos amortizado una parte, por lo que ahora la deuda está en unos 47.500 euros», desvela. El lastre financiero se lo encontró el equipo de gobierno cuando tomó las riendas del Consistorio en 2015. «La deuda viva era de casi un millón de euros divididos en dos préstamos», recuerda García de Andrés. Uno ya se ha liquidado.

«Hemos hecho un esfuerzo por ir amortizando sin renunciar a inversiones necesarias», subraya así el «equilibrio» que requiere la misión de recortar la deuda viva, que deriva en «tener una mayor liquidez» financiera y, por ende, más capacidad para invertir.

Otro botón de muestra de corporación que va enjugando las obligaciones financieras suscritas con anterioridad a su mandato es la de Santa María la Real de Nieva. Su alcaldesa, Pilar Ares, se remonta a 2011, con la llegada a la Alcaldía de Jaime Pérez y con ella en el equipo de gobierno. La actual regidora apunta que la deuda viva que se encontraron ascendía a unos 1,5 millones de euros «entre préstamos de bancos, líneas de crédito y facturas sin abonar a proveedores».

De aquel debe quedan a día por hoy por amortizar unos 130.000 euros, señala, que se prevén liquidar en 2025. De lo que ya no queda rastro es de las recibos pendientes con proveedores, que el Ayuntamiento recientemente ha logrado liquidar gracias al plan de ajuste de pagos específico para cumplir con esas deudas.