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Los aficionados de la Gimnástica Segoviana ya tienen la noticia que llevaban esperando desde el pasado 5 de mayo, cuando los azulgranas consiguieron el ascenso a Primera Federación: la renovación de Ramsés Gil como entrenador del primer equipo. Aunque la continuidad del técnico en ... el conjunto de sus amores era la opción más lógica y probable, su buen hacer en el banquillo de La Albuera provocaba el también lógico temor de esperar una oferta más potente de otros clubes. Ramsés asegura que no las ha habido, aunque reconoce si hubieran existido tampoco lo diría. La realidad, con o sin propuestas de otros clubes, es que la próxima campaña será el entrenador de la Gimnástica Segoviana, puesto que ocupa desde hace ya más de dos años.
Las negociaciones para su continuidad han sido relativamente sencillas. Tras conquistar el título de Segunda RFEF el primer fin de semana de mayo, acordó con la junta directiva una fecha para empezar a negociar una posible renovación: el 10 de junio. Fue entonces cuando se produjo la primera reunión, se expusieron las condiciones y prácticamente se cerró un acuerdo que se terminó de sellar este mismo miércoles. El técnico afirma que el aspecto económico ni siquiera ha estado sobre la mesa y será el club el que determine su sueldo. Sí han negociado nuevas mejoras para avanzar en la profesionalización de la Gimnástica Segoviana con las que se quiere crecer como entidad para tener más opciones de competir en Primera RFEF.
Esas mejoras pasan, sobre todo, por completar el cuerpo técnico que ha tenido durante las dos últimas temporadas. Ramsés considera «esencial» acercarse todavía más al profesionalismo y para ello apuesta por incorporar nuevos trabajadores. Se refiere, sobre todo, a refuerzos en el apartado de recuperación física y de nutrición. En este sentido, avanza que la exigencia a los jugadores de la plantilla de la campaña 2024-2025 será máxima. «Es impepinable», asegura.
Aunque habrá refuerzos en esta parcela, también se dará más responsabilidad a algunos de los miembros actuales. Es el caso de Pablo Ajo, analista durante los dos últimos años que ayer mismo se graduó en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. No asumirá al cien por cien la preparación física del equipo, pero sí será un nuevo complemento en la materia.
En esta ocasión, y a diferencia de lo ocurrido en 2023, ha sido el primero en sellar su renovación con la Gimnástica Segoviana. «Al final es lo lógico. Ahora nos va a tocar tomar decisiones», apunta Ramsés, que agradece el mes que ha tenido desde el ascenso de categoría. «Ha sido un lujo», afirma sobre estas semanas en las que ha tenido «cero tensión y cero presión». Eso no significa que no haya aprovechado el tiempo, ya que ha continuado con su formación como entrenador. «En esta y en casi cualquier profesión si no seguimos formándonos estamos muertos», asegura.
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En los próximos días empezará a tomar decisiones. Las primeras consisten en decidir qué jugadores de la plantilla del ascenso tendrán oferta de renovación y qué jugadores no. El técnico segoviano confiesa tener una idea clara en la cabeza, que coincide con la visión deportiva que también tiene Agustín Cuenca, el presidente de la Gimnástica Segoviana. No obstante, descarta fijar un porcentaje de la actual plantilla que continuará la próxima temporada. «Eso daría lugar a cábalas y eso nunca es bueno», comenta.
Para la confección de la plantilla tiene claro que la Gimnástica Segoviana contará con el presupuesto más bajo de toda Primera Federación. Pero desde el primer día insiste en que eso no puede ser una excusa durante la temporada. «Con el presupuesto mínimo vamos a ser capaces de competir. Estoy confiado», comenta. En este sentido, recuerda que en la tercera categoría del fútbol español hay un salario mínimo que los clubes deben abonar a los jugadores, una circunstancia que la Sego debe tener en cuenta a la hora de dibujar su equipo para la próxima campaña. Así, la idea que maneja el técnico segoviano pasa por contar con una plantilla de unos veinte jugadores del primer equipo. El problema surge ante el descenso del Juvenil Nacional y al ascenso frustrado del Turégano a Tercera División, equipo con el que se trabajaba en un acuerdo de filialidad para que hubiera varios jugadores en la dinámica de la Sego, que completasen la plantilla, y que pudieran tener minutos en un filial potente.
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