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Cuéllar
Lunes, 3 de agosto 2020, 14:43
A tan sólo cinco kilómetros de Íscar, municipio que ha sido confinado ante un brote de Covid, se encuentran varios municipios de la provincia de Segovia, que, además, dependen de la Zona Básica de Salud del municipio vallisoletano, pero también de muchos de los servicios ... que allí se prestan. Es el caso de Mata de Cuéllar o Remondo, que a pesar de ser ajenos a la medida de confinamiento, sí que han visto con preocupación la crisis sanitaria que se vive en las localidades vecinas.
Más sobre el brote en Íscar y Pedrajas
Eva Esteban Cruz Catalina
En Mata de Cuéllar, varios vecinos apuntan cómo en tan sólo unas horas la población ha tomado conciencia de un problema que, aunque de momento no les afecta de forma directa, sí tienen muy cercano. El alcalde del municipio, Lorenzo Gómez, asegura que en la localidad se están viviendo estos hechos «un poco con preocupación», aunque apunta que, de momento, a la población no le ha afectado en apenas nada.
Gómez fue uno de los alcaldes que participó en la reunión que tuvo lugar el pasado viernes con otros regidores de la zona, de las provincias de Segovia y Valladolid, la consejera de Sanidad, Verónica Casado y distintos representantes de instituciones. En la misma señaló que les habían informado de las medidas que se querían tomar en Iscar y Pedrajas de San Esteban, donde se concentra el grueso de los postivos, lo que se había hecho «por ser pueblos limítrofes, y sobre todo por pertenecer al área básica de salud de Íscar, pero en principio, aquí podemos seguir haciendo vida normal».
En Mata de Cuéllar, durante el estado de alarma, sí que se tuvo conocimiento de algunos casos de personas enfermas por la Covid-19, algunos de ellos incluso graves y que llegaron a fallecer, pero en estos momentos, el alcalde no tenía constancia de ningún positivo, por lo que la población está algo más tranquila.
El confinamiento de Íscar afectará a sus vecinos, puesto que el municipio es centro de referencia para muchos servicios en el caso de los vecinos de Mata de Cuéllar. Sin embargo, el alcalde recuerda que en Mata cuentan con farmacia, y respecto a las consultas médicas «habrá que seguir el procedimiento que seguíamos hasta ahora, primero llamar para que el médico se ponga en contacto contigo», por lo que serán los especialistas los que determinen si los vecinos deben o no acudir a Iscar, o únicamente hacerlo en caso de urgencia.
Para Gómez, en estos momentos los vecinos «tenemos que estar alerta, porque lógicamente hay que controlarlo», por lo que pide prudencia y que se mantengan las normas marcadas por las autoridades sanitarias respecto al uso de la mascarilla, lavado de manos y distancias, lo que se pondrá en conocimiento de la población a través de un bando que está previsto emitir a lo largo del día de hoy. «Nosotros tenemos que estar alerta y seguir con las medidas sanitarias», asegura el alcalde.
Se da la circunstancia de que esta misma semana, el Ayuntamiento de Mata de Cuéllar emitía un bando dando a conocer la suspensión de las fiestas patronales, que se iban a celebrar del 4 al 7 de septiembre. «Llevamos meses sabiendo que no va a haber fiestas, pero siempre decidíamos esperar un poco a ver si la situación cambiaba y mejoraba, pero finalmente decidimos no esperar más», apunta el alcalde.
En la calle, en este pueblo de unos 260 habitantes, fueron pocos los que salieron ayer a las calles. Desde el bar Sancho, Noelia Sanz afirmaba que, tras el estado de alarma, estaba costando recuperarse, pero que este domingo se notaba especialmente que la gente había preferido quedarse en sus casas.
Entre los clientes del bar hay distintas opiniones, aunque todos coinciden en que son muchos los que desde Mata de Cuéllar van a Íscar a diario, algunos a trabajar, otros a realizar compras… También en la necesidad de que el brote no se extienda más, aunque señalaban la existencia de otros muchos por toda España, por lo que «puede salir en cualquier sitio en cualquier momento».
En general no hay miedo, pero «respeto sí, porque estamos muy cerca, pasa mucha gente a diario de un lado a otro, pero bueno, es lo que toca», afirma Noelia con resignación.
Otra de las vecinas de Mata de Cuéllar es Rosario Sancho, que tampoco utiliza la palabra miedo. «Creo que estamos todo el mundo preocupados, pero hay que estarlo y nada más. Es una preocupación lógica, pero tampoco debemos alarmarnos de más. Debemos de mantener todas las medidas, procuramos hacerlo y ya está», sentencia.
En la calle, sentado a la sombra se encuentra Miguel Martín Núñez, acompañado de su hijo Juan Manuel Martín García. El primero, con 92 años, también habla de precaución, aunque se lo toma con humor, «qué más da irse un poco antes que después», aunque continúa «todo el mundo queremos vivir hasta lo último».
A su hijo le preocupa la salud de su padre, «le digo que tenga cuidado», especialmente porque cuenta ya con algún problema de oído y la gente se acerca más para hablarle. En su caso, la situación sí que le da «miedo y respeto al estar tan cerca», y apunta que hay gente que se relaja con la mascarilla, aunque justo ayer había notado «un poco más de seriedad en el pueblo». Y es que «siempre nos podemos contagiar y más al estar tan cerca», asegura.
Otro de los pueblos que se encuentra a apenas 5 kilómetros de Íscar es Remondo, que también pertenece a su zona básica de salud. En el municipio, su alcaldesa, María José García, apunta que, a pesar de no tener conocimiento de la existencia de ningún positivo por Covid-19, «estamos muy preocupados, porque estamos al lado».
De hecho desde el Consistorio afirmaba que «nuestra preocupación es máxima», aunque en estos momentos se encuentran a la espera de las órdenes que vayan dictando las autoridades sanitarias, teniendo en cuenta que «puede surgir en cualquier momento un brote», por lo que no estarían exentos de una limitación de movimiento igual que la que están viviendo ya sus vecinos iscarienses.
La cercanía con Iscar supone que mucha gente de Remondo trabaje en la localidad vallisoletana, hasta donde también se suele ir a realizar distintas compras. «Es nuestro pueblo de referencia para todos los servicios, los que no tenemos», señala García, apuntando que en el pueblo tienen farmacia, tienda, bar… pero en otras cuestiones como las urgencias sanitarias o la educación dependen de Iscar.
En estos momentos los vecinos se encuentran preocupados por la situación y esperando a ver cómo esta evoluciona, por lo que de momento hay «tranquilidad dentro de la preocupación, pero tampoco podemos estar muy tranquilos», apuntando la existencia de brotes en numerosos puntos de la región. Además, la alcaldesa hizo hincapié en que Remondo cuenta con un buen número de población mayor y personas de riesgo, por lo que un brote en el municipio podría ser muy duro.
Por ello anunciaba que se puede tener una «tranquilidad entre comillas, dentro de la preocupación máxima que tenemos», apuntando que los términos municipales de Remondo e Íscar lindan uno con otro y que aunque los vecinos ahora no puedan ir a Iscar, a excepción de los motivos laborales o sanitarios, es habitual que personas de Íscar acudan hasta Remondo a diario, como quien regenta la tienda o uno de los panaderos que acude al municipio, además de personas que acuden a Remondo a atender a vecinos mayores. «Dependemos de muchas cosas de Íscar».
También en la provincia de Segovia y a tan sólo cuatro kilómetros de Iscar se encuentra Villaverde de Iscar, cuyo alcalde, Miguel Ángel Morejón, aclaraba ayer en redes la situación de la localidad por el brote de Covid-19, apuntando que las medidas de limitación de movimiento no afectan a la localidad, aunque en ella sí que existen varios casos positivos, por lo que la situación es «preocupante».
Desde el Ayuntamiento se recomienda que se mantengan vigentes las medidas anti Covid-19, puesto que en estos momentos «estamos ante una relajación un poco peligrosa», por lo que el alcalde realizaba un llamamiento para que los vecinos mantengan el uso de mascarillas, la distancia social y limiten las reuniones de familiares y amigos. También el alcalde señalaba que desde la Junta se recomienda que los vecinos reduzcan al máximo sus desplazamientos y el contacto social, en la que es «la situación más difícil que hemos tenido en Villaverde de la Covid-19». El alcalde hacía un llamamiento a la responsabilidad con el fin de intentar entre todos «acorralar al virus».
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