El pueblo segoviano con un belén por cada dos habitantes

El pequeño pueblo segoviano de Carrascal del Río, ubicado en el paisaje de las Hoces del Duratón, ha puesto en marcha una iniciativa para decorar las calles del municipio con casi un centenar de belenes navideños. Gracias a la participación popular, más de ochenta representaciones se ubican en las fachadas de los domicilios y locales dando un color diferente en una época tan familiar. Esta actividad se complementa con la venta y recaudación que irá destinada a los afectados por la DANA en Valencia.

«La iniciativa fue de Sara, una vecina del pueblo que tuvo la idea de hacer belenes con todo tipo de productos», explica Gabriel Pérez, alcalde de Carrascal del Río. La propuesta surgió en una conversación entre varias mujeres carrascaleñas. Al principio como algo general y después cada una perfilando la idea de su nacimiento. «Después, poco a poco, se fue sumando más gente en la realización de este proyecto», detalla. Algunos de los vecinos llevan preparando desde antes de verano las figuras navideñas que fueron presentadas el 5 de diciembre y permanecerán hasta la finalización de las fiestas.

Entre la variedad de representaciones que se pueden observar por sus calles destaca el ingenio de los vecinos cuyas obras han sido creadas con una gran abanico de materiales. Son reseñables aquellas que incluyen materiales tan delicados como la goma eva, la tela, la plastilina o el corcho. Otras han sido recreadas con productos reciclados como tapones de botellas, cápsulas de café, monedas o palos de médico. El alcalde detalla la gran labor de los vecinos en el tiempo que han dedicado para esta labor.

En el total de 83 ilustraciones, la variedad es muy amplia tanto de productos como en tamaño. El Ayuntamiento acoge en su salón un catálogo de representaciones más delicadas que requieren que un espacio donde se cuiden. Por ejemplo, los belenes que se ubican en el interior de una castaña o una nuez o aquellos que están hechos de madera. Todas ellas incluyen una dedicatoria a su creador y la forma de trabajar de cada material. Además de los productos, la creatividad también se relaciona con la alimentación, ya que algunos belenes están hechos con galletas o pan, como un nacimiento instalado en el lugar donde antiguamente estaba ubicada la panadería, ya desaparecida en Carrascal del Río.

Uno de los reclamos entre los vecinos y visitantes es la representación a modo de 'photocall' que se encuentra ubicada en el centro de la plaza. Una estructura por donde se puede introducir la cara y recrear un momento navideño con la figura de la Virgen María y San José. Junto a esta iniciativa, el Ayuntamiento ha decidido instalar los adornos de ganchillos que se hicieron el año pasado durante las navidades con el mismo motivo. «Somos un pueblo pequeño, pero la participación de cada vecino hace que podamos adornar las calles», comenta con orgullo el alcalde.

Aunque únicamente estén empadronados 137 habitantes en el municipio, durante el periodo vacacional de Navidad el pueblo recibe algunos familiares de otras provincias. «En estas fechas tan familiares sí que vienen vecinos a ver a sus parientes», atestigua el alcalde. Aunque destaca que cada vez es menor el número de personas que se acercan hasta el pueblo, no por ello el programa navideño y los belenes han pasado inadvertidos entre los vecinos de la comarca. «¡Lo que nunca había ocurrido!», describe el regidor del municipio. «Estamos teniendo pequeños grupos de turistas que se acercan cuando se hace de noche a nuestro pueblo para ver los belenes», añade.

Los belenes no son los únicos nacimientos del pueblo y Gabriel Pérez celebra con orgullo que tanto en 2023 como en 2024 se han nacido en Carracal del Río dos bebés. Más uno más que se espera en la primavera de 2025, de modo que el censo del municipio combate poco a poco la despoblación. «En esta fechas es bonito ver a los jóvenes corriendo por nuestras calles y con estos belenes lo celebramos», concluye.

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