Terrenos donde está prevista la construcción de una planta de biogás, en Carbonero el Mayor. Antonio de Torre

La provincia de Segovia busca situarse a la cabeza de la transición energética

La planta de biogás de Carbonero creará 20 puestos de trabajo y la de biometano en Villacastín aún está a la espera de disponer de los terrenos

Mónica Rico

Cuéllar

Domingo, 19 de febrero 2023, 13:46

La provincia de Segovia quiere ponerse a la cabeza de la transición energética a través de nuevos proyectos de construcción y puesta en marcha de sendas plantas de biogás y biometano, energías renovables parecen indispensables en la lucha contra el cambio climático, pues ayudan a ... mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero.

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Este es uno de los objetivos con el que nace la planta de biogás que se instalará en Carbonero el Mayor, el proyecto que ahora mismo se encuentra más avanzado y que está liderado por la Agrupación de Productores de Porcino de Segovia (Aporse) y la Federación Empresarial Segoviana (Fes). Junto con la reducción de los gases invernaderos, también se busca contribuir a una mejor gestión de los residuos ganaderos y hortofrutícolas.

El proyecto, impulsado por la empresa Libergia, se centrará en la construcción de una planta que será capaz de tratar casi 500.000 toneladas al año de residuos hortofrutícolas y ganaderos, dando servicio a agricultores y empresas ganaderas y hortofrutícolas de entre 30 y 50 kilómetros a la redonda. Todos sus residuos se convertirán en un biogás que se purificará en biometano, que tendrá una huella de carbono negativa. El biogás es empleado habitualmente como sustituto del gas natural, una fuente de energía no renovable.

Los residuos orgánicos se llevan al ambiente controlado de la planta para producir energía, lo que evita que las emisiones producidas por la descomposición de la materia se liberen a la atmósfera. En este caso, la energía generada se destinará al transporte por carretera, y con ella se espera un ahorro en emisiones de 200.000 vehículos en un año.

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No es la única gran cifra de este proyecto. Necesitará una inversión de cerca de 50 millones de euros y la planta ocupará casi diez hectáreas de terreno. Generará alrededor de 20 puestos de trabajo directos y unos 50 indirectos. En el caso de la planta de biogás de Carbonero, la primera de este tipo que se instala en la provincia, la tramitación de los permisos ya ha comenzado, y, una vez que se cuente con ellos, la planta estará lista en unos 18 meses.

Villacastín

Menos claro está el futuro de la anunciada planta de biometano que se pretende ubicar en la localidad de Villacastín. Allí existe un proyecto de instalación de una planta de biogás y biometano, para producción y depuración, para cuya puesta en marcha ya cuenta con una ayuda de más de 628.000 euros concedida dentro de una línea de ayudas a la inversión en instalaciones de producción de energía térmica con fuentes de energía renovable en la Comunidad de Castilla y León, cofinanciadas con Fondos de la Unión Europea.

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Pero en el Ayuntamiento de la localidad desconocen por completo la existencia de la iniciativa, de la que esta semana se hacían eco los colegios de ingenieros industriales de Castilla y León, quienes reclamaban a las administraciones una apuesta decidida por la instalación de plantas de biometano para reducir la dependencia energética, abaratar el abastecimiento y dinamizar la economía en el medio rural.

El alcalde de Villacastín, Julio César Sánchez, apunta que, tras conocer la noticia, se puso en contacto con un responsable de la empresa Redexis, que al parecer es la impulsora de la infraestructura. Este le comunicó que quieren ubicarla en Villacastín, pero ni tienen terrenos ni han comprado nada. «Debe ser la zona, que les gusta y ya está», detalla el regidor.

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Se trata de un proyecto ambicioso que requiere su tiempo y sus permisos. «No tienen terreno comprado en el polígono y si su intención es instalarlo en suelo rústico, si se lo dejaran hacer, entre permisos y modificaciones puntuales, se alargaría dos años mínimo», calcula Sánchez, que apunta que lo único que conoce es que se ha valorado la zona de Villacastín, «pero nada más».

Ante la posibilidad de la instalación, el alcalde sugirió la adquisición de parcelas en el polígono industrial, «que están ahí para poder construir de hoy para mañana» y cuentan con todos los servicios. Aún así, estarían a expensas de los permisos necesarios. «Lo estudiaríamos detenidamente. Habría que ver si en parte contamina y de qué manera fomenta el trabajo», explica Sánchez. Según los datos que maneja, la intención es convertir residuos orgánicos en gas para conectarlo a la red que pasa por Villacastín, donde también existe una planta.

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Sin detalles

Por el momento, en el Ayuntamiento no existe ninguna consulta previa ni proyecto al respecto, tampoco de forma informal, por lo que Sánchez desconoce detalles de la iniciativa, que se podría implantar «siempre que no perjudique a nadie, como las empresas que están ubicadas ahora, que no contaminan nada y dan un montón de trabajo», asegura.

Para los colegios de ingenieros industriales de la región, se trata de una energía limpia, generada a partir de residuos agrícolas, ganaderos y subproductos orgánicos de la industria agroalimentaria, que cumple con los estándares de la economía circular y que contribuiría a fijar población y a dinamizar la economía en el medio rural, por lo que instaban al Gobierno central, a la Junta y a las corporaciones locales, a facilitar la construcción de este tipo de plantas.

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Planta de biomasa de Cuéllar. M. R.

La planta de Cuéllar, la primera red de calor en España que funcionaba con biomasa forestal

. Si se habla de transición energética y energías renovables, es obligatorio hablar de la planta de biomasa de Cuéllar. Pionera en su día, fue seguida por multitud de iniciativas similares por toda la geografía nacional. La de la villa cuellarana fue la primera red de calor que funcionaba con biomasa forestal en España, un proyecto que se puso en marcha a principios de 1999 y que supuso una inversión de 1,3 millones de euros.

El objetivo de su puesta en marcha era utilizar los residuos forestales de cortezas o maderas de los bosques de la zona para el abastecimiento de agua caliente y calefacción, sustituyendo otras fuentes de energía tradicionales, limitadas y más caras, por una fuente de energía renovable como es la biomasa.

En la actualidad, la planta atiende las necesidades de energía térmica de varias instalaciones municipales, los vestuarios del campo de fútbol, seis comunidades de propietarios y 24 viviendas unifamiliares. Su funcionamiento supone una disminución de 1.580 toneladas de dióxido de carbono al año. La energía media anual suministrada por la red de calor es de 5.500.000 kilovatios hora útiles, para lo cual se emplean 2.500 toneladas de biomasa, que sustituyen a la combustión de 535.000 litros de gasóleo cada año.

La red de calor con biomasa se ubica en la zona sur del municipio y atiende las necesidades de energía de instalaciones municipales como el pabellón polideportivo, con capacidad para 1.500 personas; el frontón; un centro cultural con varias salas, donde ahora también se ubica la base de la Unidad de Enfermería de Emergencias; la piscina climatizada y el colegio público Santa Clara, con cerca de medio centenar de alumnos matriculados. Además atiende la demanda energética de los vestuarios del campo de fútbol, seis comunidades de vecinos que incluyen 228 viviendas y 24 viviendas unifamiliares.

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