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La provincia registra una estafa por alquileres falsos de vivienda cada veinte díasEl alquiler en Segovia está más caro que nunca. Hay mucha más demanda que oferta y este desequilibrio se convierte en un aliciente para el surgimiento de fraudes en el proceso de arrendamiento de una vivienda. En la provincia, se formula un promedio de una ... denuncia por estafas de este tipo cada veinte días. Un total de 25 víctimas segovianas han caído en engaños a la hora de alquilar un inmueble para uso residencial o vacacional en los últimos 16 meses, los cuales en su mayoría se ubican en Madrid y se divulgan en páginas web.
Todo empieza con un inocente mensaje. El interesado contacta con un anunciante de un piso que encuentra a través de publicaciones en plataformas digitales o aplicaciones móviles. Ambos pactan el precio, muchos de ellos conciertan una visita y, finalmente, se pide el abono de una cantidad con el objetivo de reservar la vivienda. El inquilino paga la cantidad acordada y, cuando quedan a las puertas del edificio para realizar la mudanza, el presunto propietario nunca aparece. Tampoco las llaves. Con el paso de los días, mucho menos el dinero, un hecho que se repitió en hasta 25 ocasiones a lo largo de 2023 y en el primer cuatrimestre de 2024.
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Es en ese momento cuando la víctima cae en la cuenta de que se trata de una estafa y acude rápidamente a un cuartel de la Guardia Civil o a la comisaría de la Policía Nacional. Si bien es cierto que este método del 'falso alquiler' es el engaño más habitual, hay otros ejemplos en los que los delincuentes incluso llegan a manipular al afectado para realizar una transferencia involuntaria. La provincia no ha sido ajena a estas nuevas técnicas, cada vez más extendidas, lo que desencadena en el robo de miles de euros a los perjudicados.
El gremio inmobiliario no tienen conocimiento sobre estos hechos. «No tengo ninguna noticia sobre estafas por alquileres o, al menos, a mis oídos no ha llegado nada», asegura el presidente de la Asociación Segoviana de Empresas Inmobiliarias (Aseinmo), Gonzalo Marina Villanueva. Pero no descarta que estos delitos puedan producirse dentro de los límites provinciales. «Es algo que puede suceder con cualquier producto: lo pagas por internet y luego nunca llega nada», considera.
Varios estudiantes universitarios lanzaron hace tan solo un mes una alerta desde sus perfiles en redes sociales al tener conocimiento de un hombre que se hacía pasar por un antiguo alumno que arrendaba su vivienda para engañar a los jóvenes. Asimismo, una de las plataformas inmobiliarias más destacadas hasta media docena de ofertas tanto de pisos como de habitaciones en alquiler en la ciudad «por considerarse sospechosos», lo que ha sido posible gracias al previo reporte de sus usuarios. Se trata de un aviso que, en las últimas semanas, se ha lanzado de forma habitual.
En lo que va de año, son seis personas las que han denunciado una estafa relacionada con el alquiler, a las que se suman los 19 expedientes que se abrieron en los doce meses previos, según los datos facilitados por la Subdelegación del Gobierno en Segovia. El 65% de las investigaciones recayeron en el cuerpo policial y el resto, en la Benemérita, ya que se conocen varios fraudes que tuvieron como escenario el medio rural.
Las cifras de denuncias se mantienen estables, pese a las fluctuaciones del mercado inmobiliario, cuyos precios siguen sin tocar techo. Si bien es cierto que estos delitos tienen como víctimas a residentes en Segovia, tan solo una cuarta parte de los engaños conocidos se corresponden con una vivienda situada en la provincia. La mayoría de las transacciones económicas falsas que se llevaron a cabo -un 36%- tenían como destino presuntos titulares de pisos en Madrid; y el 24% de las estafas se deben al intento de alquiler de un apartamento turístico.
25 denuncias
se han formulado por estafas relacionadas con el alquiler en los últimos 16 meses. Un tercio de ellas datan del primer cuatrimestre de 2024.
Tres de cada diez inmuebles ofertados que resultaron ser una trampa estaban dirigidos al uso residencial, y hasta un 28% eran alquileres de temporada, es decir, vacacionales. Tan solo en uno de los informes de denuncia figura una habitación, el resto son pisos completos.
Los anuncios falsos se habían publicado en conocidas plataformas que ponen en contacto a los inquilinos con los caseros, salvo en puntuales excepciones, pues algunas víctimas contactaron con los estafadores por medio de redes sociales. La cuantía que enviaron a los timadores por medio de transferencias y en calidad de reserva, fianza o mensualidad va desde los 290 hasta los casi 3.000 euros. Unas jornadas después, los intentos para contactar con los presuntos caseros fueron en balde.
Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no confirman si los afectados han podido recuperar el montante estafado en su totalidad, tampoco si ha sido posible esclarecer los delitos y dar con los responsables. La Policía Nacional tuvo que hacer frente en 2023 a casi una denuncia por mes. En la primera de ellas, el arrendatario había pagado 400 euros para guardar un piso en Segovia y el supuesto propietario, con quien se comunicó por correo electrónico, no volvió a aparecer. En otro caso similar, la víctima abonó otras cantidades sucesivas, hasta los 1.790 euros, por una vivienda en Madrid.
Un denunciante llegó incluso a entrevistarse vía telefónica con uno de los estafadores al observar un anuncio que les interesó también en la capital del país. Una vez realizado el primer pago por importe de 2.550 euros, se citaron para visitar el inmueble en cuestión. Cuando llegó el día, descubrieron que «ya estaba ocupado por otros inquilinos y no recibieron ninguna contestación», señalan fuentes policiales.
En algunos supuestos, ambas partes han llegado a conocerse personalmente. En las primeras semanas de 2024, un inquilino en transferir el alquiler a un tercero puso en contacto a los interesados con el supuesto propietario, quien detalló los pasos que se debían seguir. Tras hacer entrega de las llaves, el arrendatario inicial les solicitó una copia argumentando que las había perdido y necesitaba entrar a la vivienda, que todavía no había abandonado. Tras hacer la propuesta, los nuevos huéspedes «no pudieron acceder al domicilio por haber otra cerradura».
2.500 euros
es la cantidad económica más alta que se ha estafado a un particular en Segovia interesado en reservar un vivienda.
Otra estafa que se desarrolló con un método diferente consistió en la aceptación de unas gestiones telemáticas que desencadenaron en una transferencia involuntaria de la que la víctima no tenía conocimiento. A ello se suma la recepción de un SMS procedente presuntamente de una empresa especializada con un enlace para realizar los depósitos. Tras enviar el dinero, el perjudicado sospechó y contactó con la dicha compañía, que no reconoció ningún pago «ni tenía noticia alguna del supuesto arrendador».
Esta última técnica se empleó para arrendar un apartamento vacacional en Cádiz que resultó ser falso. No importa la ubicación ni la modalidad del alquiler. Peñíscola, en Castellón, es otro de los destinos que aparece en los expedientes abiertos por estafa a segovianos, así como otros puntos turísticos que no han trascendido.
De modo contrario, los malhechores se fijaron en un evento conocido en gran parte del país como es la concentración motera La Leyenda Continúa, en Cantalejo, para publicar una oferta que era falsa. El denunciante «realizó un ingreso inicial para el alquiler y con posterioridad comprobó que este alojamiento no estaba disponible», concretó la Guardia Civil.
La posibilidad de publicar ofertas de pisos en alquiler a través de plataformas en internet ha provocado que muchos particulares hayan optado pro prescindir de las inmobiliarias a la hora de enseñar, acordar precios y gestionar los contratos. A día de hoy, un gran tenedor puede incluso ejercer como si fuera un agente del sector inmobiliario. «Cualquier persona autónoma se puede dar de alta y puede empezar a vender pisos, aun sin tener oficina o local», explica el presidente de la Asociación Segoviana de Empresas Inmobiliarias (Aseinmo), Gonzalo Marina Villanueva. A su juicio, la extensión de esta práctica supone un «intrusismo» que «las inmobiliarias profesionales notamos al final». Es más, esta actividad «nos puede hacer daño», puntualiza.
Por este motivo, uno de los objetivos que se propone Marina Villanueva es cambiar esta situación. El intrusismo «es algo contra lo que estoy luchando», subraya. «Nuestro trabajo nos lo puede robar un trabajador de la banca que se diga experto, pero en ningún caso es un agente inmobiliario», sostiene el presidente. Esto puede llevar a equívocos y consecuentes problemas, tal y como considera, ya que «te puede tocar un caradura que consiga el permiso de alquiler de una propiedad y se quede la señal », insiste.
Según advierte el representante de las inmobiliarias segovianas, la normativa es más restrictiva en algunas comunidades autónomas, donde tan solo permiten ejercer el oficio a las personas que cuentan con un local físico y abierto en el lugar en que desarrolla la actividad.
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