Secciones
Servicios
Destacamos
La ampliación de la red de carreteras ha extendido por encima del millar los kilómetros transitables en la provincia. Mejor movilidad, a veces a costa de la fauna, que considera el territorio como suyo. La limpieza de las vías es crucial para mantener con vida ... a las especies protegidas, milanos que bajan al asfalto ante cualquier erizo o topillo arrasado por los coches. Así han llegado en lo que va de año 102 ejemplares –la inmensa mayoría son aves– al Centro de Recuperación de Animales Silvestres segoviano de Los Lavaderos; algunos vivos, muchos muertos.
El imparable crecimiento de las infraestructuras –desde autopistas a la trampa que supone cualquier edificación con cristales o a los tendidos eléctricos– eleva la amenaza sobre especies protegidas y pone el acento en tareas preventivas como retirar el topillo muerto a tiempo.
La atención a animales protegidos para facilitar su recuperación convirtió a Los Lavaderos en 1984 en el primer centro de recuperación de Castilla y León, que ahora cuenta con otros dos en Burgos y Valladolid –que a diferencia de Segovia, reciben especies de otras provincias– más otro par que son únicamente de recepción, en Zamora y Salamanca. «Esto es como un hospital de animales», resume la responsable de Espacios Naturales, Flora y Fauna del servicio territorial de la Junta, Elena Hernández. Por eso no se permiten visitas ni se utiliza el espacio como exhibición, pues la prioridad es crear las condiciones para que sus huéspedes puedan recibir el alta.
Manosearles lo justo, tranquilidad. La provincia fue pionera a nivel nacional por contar con un buen número de especies en peligro crítico de extinción en los 80 como el águila imperial o la cigüeña negra. Los otros dos de la región surgieron con medios más modernos como los voladeros elípticos, que permiten a las aves «muscular» –pueden hacer recorridos largos– antes de su suelta. Unos medios de los que también se sirve la instalación segoviana, que ha quedado como más modesta en cuanto a dimensiones.
Cuatro décadas en los que ha mejorado la atención veterinaria. «Tenemos más personal, se realizan más cirugías», apunta Hernández. El paso de los años ha formado a veterinarios especialistas, algo que era poco habitual años atrás en una ciencia más centrada en los animales domésticos que en los silvestres. «Como no había centros de este tipo, no tenían práctica», razona la representante de la Junta.
De los 440 ejemplares que han entrado a lo largo del año al centro de Los Lavaderos con vida, 240 han sido liberados tras recuperarse, es decir, un 54%. Quedan algunos que están rehabilitándose en estos momentos; otros fallecieron al poco de su ingreso. «Cuando se ve que está sufriendo y no tiene posible solución, se practica eutanasia», explica Hernández. El sistema agota cualquier esperanza de curación porque el objetivo es la liberación. El número de cadáveres (480 en lo que va de año) supera al de los ingresos vivos.
440 animales
han entrado en total en lo que va de este año para ser atendidos por el equipo del Centro de Recuperación de Los Lavaderos, en Segovia.
240 ejemplares
han sido liberados en lo que va de año tras su recuperación en el centro gestionado por la Junta en Segovia.
480 cadáveres
de animales fallecidos han sido recepcionados en lo que va de año en el Centro de Recuperación de Los Lavaderos, en Segovia.
Como en los hospitales, hay UCIs para los casos que tienen que estar constantemente medicados; cuando mejoran, van otro tipo de habitación en la que aún no pueden volar pero ya ganan algo de autonomía, como un paciente en planta. «No es lo mismo un animal que entra en buena condición física, pero con algún tipo de lesión, que uno que entra muy bajo de peso y está a punto de fallecer. No puede compartir recinto con un animal de su misma especie porque no se puede controlar si se está alimentando», expone la responsable de Espacios Naturales, Flora y Fauna del servicio territorial .
De ahí pasan a unos voladeros, algo así como la zona de rehabilitación, de cara al último paso, sobre todo en las grandes rapaces, de probarse en el voladero elíptico de Valladolid como prueba definitiva antes de su puesta en libertad.
El número de ingresos ha subido un 38,7%, desde los 666 de todo el año pasado a los 924 de lo que va del presente curso, la cifra más alta del histórico del centro segoviano. «No quiere decir nada, hay muchos motivos por los que un año puede haber más ingresos que en otros. Las causas habría que buscarlas en una mayor concienciación del público en general que encuentra a animales con problemas en el campo», arguye la representante de la Junta.
También responde a programas de la Administración como el recorrido bajo los tendidos eléctricos en busca de los puntos donde hay más electrocuciones, una causa que ha llevado a Los Lavaderos 178 aves, todas fallecidas. Este plan intenta detectar tendidos que incumplen la normativa.
Por otra parte, los agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León son los que más animales llevan al centro; también la Policía Local –en el caso de Segovia, por ejemplo, con los vencejos– o el Seprona de la Guardia Civil. Muchos avisos parten de particulares –se atienden llamadas todos los días del año–, una tendencia que ha mejorado por la extensión de la cobertura y la facilidad de mandar unas coordenadas.
La especie mayoritaria entre los ingresos de 2024 son buitres leonados (104 en lo que va de año), seguida de cigüeña blanca (82), milano real (41), águila imperial (13), vencejos (49), búhos reales (21), busardos ratoneros, cernícalos vulgares (33) o buitres negros (10).
Noticias relacionadas
Más del 90% son aves, aunque hay excepciones como corzos –ingresaron 21 el año pasado– una especie cinegética que cuenta con protección como animal silvestre. Bien porque son víctimas de atropello o por una práctica inocente que cada vez se hace menos como recoger a una cría yacente que está a la espera de su madre por pensar que está enferma y necesita atención. Un error. «Es algo en lo que hemos mejorado porque se han hecho campañas. Los corcinos generan bastante ternura, están como escondidos, pero recogerlos es un error total; la madre los ha dejado ahí mientras está comiendo y luego vuelve. No hay acercarse, dejarlos en paz», afirma Hernández.
Un acto de buena voluntad que después complica su liberación. «No les puedes soltar sin más porque no sabes dónde está la madre y a lo mejor todavía no son capaces de alimentarse por sí mismos». «En principio no admitimos mascotas que estén en viviendas, pero a veces nos traen especies exóticas que están en el medio natural como el de las tortugas de Florida, que son invasoras».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.