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Una profesión que pierde atractivoLas dificultades que los empresarios de no pocos sectores tienen para encontrar trabajadores da que pensar. ¿Hay un cambio de mentalidad que empuja a los jóvenes a optar a una plaza en la Administración y darle la espalda a la empresa privada? ¿Valoran más el tiempo que el salario los jóvenes que se incorporan al mercado laboral? ¿Se ha excedido la empresa privada tanto en el incumplimiento de horarios y condiciones que ha acabado espantando a futuros trabajadores?
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Los empresarios se inclinan por pensar en que hay un cambio de mentalidad y valores en la sociedad. Si antes el objetivo era prosperar económicamente y tener garantizado un futuro tranquilo, ahora es prioritario disponer de tiempo para vivir, aunque se cobre menos. Trabajar de ocho a tres y tener las tardes y fines de semana libres son condiciones prioritarias. Las profesiones que requieren una dedicación de mañana y tarde cotizan a la baja. «La gente más joven no quiere trabajar más de las siete horas que tiene estipuladas, que equivalen a nueve clases diarias. Les ofreces horas extras, bien pagadas, y no las quieren», admite Irene Herranz, presidenta de la Asociación Provincial de Autoescuelas.
La de profesor de autoescuela es una profesión que puede haber perdido atractivo, aunque no está mal remunerada y el convenio que regula las relaciones laborales en el sector tiene reconocidas, desde hace muchos años, las 35 horas semanales. «Puede que en el pasado haya habido abusos, que se hayan echado demasiadas horas y hayan estado poco remuneradas, pero puedo asegurar que en los últimos años la situación ha cambiado. Los salarios están compensados y ajustados a los horarios que se tienen y dentro de la media de lo que se gana en la empresa privada. No son sueldos de ingeniero, porque no lo somos, pero se ajustan bastante a la realidad», afirma Herranz.
Curiosamente, la de profesor de autoescuela era una profesión bien valorada. «A la gente le gustaba y se preparaba para ello», añade la presidenta de las autoescuelas segovianas. «¿Que si volvería a dedicarme a ello? Sin duda. A mí la docencia, la formación, siempre me ha gustado», admite.
Para ser un buen profesor de autoescuela, hay que tener esa vocación docente. «Si te gusta la formación, crees que puedes servir para la formación y además te gusta el mundo de la automoción y del automóvil, puede ser una profesión muy bonita. Ahora bien, si lo único que te gusta es el mundo del automóvil, decántate por otros sectores relacionados con ello, quizá por un taller o por otro tipo de cosas, porque, hoy en día, tener vocación docente es clave. Es una profesión muy bonita, que engancha».
En términos similares se pronuncia el jefe provincial de Tráfico. «Es una profesión peculiar. Te tiene que gustar y has de ser consciente de que la mayor parte de la jornada laboral se desarrolla en la calle en compañía de un alumno. Yo creo que tiene muchos atractivos porque no es una actividad monótona. Si no te gusta estar sentado en un despacho, es ideal. Eso sí, tienes que tener cierta vocación, como en todas las profesiones relacionadas con la enseñanza», afirma Pedro Pastor.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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