Segovia

PP, PSOE y Vox dejan abierta la puerta a una nueva negociación de los salarios

El alcalde Mazarías y su equipo recibieron un baño de realidad al comprobar que, estando en minoría como están, tenían que haber buscado el mayor consenso posible –entre todos los grupos políticos– para dejar atada la cuestión antes incluso de elevarla a la comisión informativa correspondiente. Convencidos tenían que estar del apoyo de Vox, a juzgar por las palabras de la portavoz popular, Rosalía Serrano, que atribuyó al inesperado viraje del grupo ultraconservador el fracaso de la propuesta. «Obviamente, esperábamos contar con la abstención o el apoyo de Vox; si no, no lo hubiéramos incluido en el orden del día del pleno». ¿Error de cálculo? «Si contábamos con que el proyecto iba a salir adelante y no ha salido, nosotros no hemos cambiado el sentido del voto; son otros lo que lo han cambiado», dijo.

Los dos concejales de Vox tenían decidido facilitar la subida de los salarios con una abstención. Su portavoz, Esther Núñez, no iba a asistir al pleno por encontrarse de vacaciones, según aseguran varios miembros de la corporación. Su ausencia hubiera posibilitado al PP haber sacado adelante la polémica cuestión sin mayores problemas. Pero una llamada 'de arriba' en el último momento les hizo cambiar de opinión. Esta es la versión que más sonaba ayer en los pasillos del Ayuntamiento, aunque la propia Esther Núñez la negó con vehemencia: «Es curioso que se focalice toda la atención en unas vacaciones –las mías, a las que tengo derecho– y se dude de mi asistencia al pleno, cuando mi intención era venir y cumplir con mis obligaciones como concejal. Lo que se ha dicho es mentira. Que quede claro», dijo tras la sesión.

Mentiras. En toda esta historia políticamente mal gestionada parece haber habido más de una. Después de haber negado el jueves contactos con el grupo popular, la portavoz de Vox admitió ayer que ha habido «algún acercamiento, nada formal, nada por escrito». Núñez reconoció que su formación llegó a pedir al PP la adopción de una serie de puntos del programa electoral de Vox, como aparcar la implantación de la Zona de Bajas Emisiones. También debió de estar encima de la mesa –tal y como desveló el Partido Popular la noche del jueves– la pretensión de Vox de pasar a formar parte del gobierno municipal de Segovia. «No era una prioridad para nosotros. Se podría contemplar, pero no era una prioridad», opuso Esther Núñez. Fue una de las condiciones «inasumibles» que el PP rechazó.

El PSOE es el tercer agente en discordia. Los populares denunciaron que el grupo de Clara Martín, estando de acuerdo con la subida salarial, esperaba que Vox le hiciera el «trabajo sucio» facilitando un incremento en las retribuciones y asignaciones que favorece especialmente al grupo socialista, aunque le esté mal el decirlo (al menos, públicamente, con todo el desgaste que una polémica así conlleva). También deslizó el PP que Martín se había descolgado en la negociación con la petición de una liberación mayor para sí y otra para una persona de su grupo a cambio del apoyo, además de un puesto exclusivo para el PSOE en la junta de gobierno.

La exalcaldesa lo negó: «Es una falsedad. Efectivamente, hemos mantenido dos reuniones con el PP, a petición suya. En la primera, a la que asistió el alcalde, propusimos dejar el asunto encima de la mesa (como así ha ocurrido finalmente). Quien necesita consenso porque está en minoría debe encontrarlo antes de remitir la propuesta a la comisión informativa. Ante la negativa, pusimos la primera línea roja: reducir las retribuciones que propone el PP. Si en esto hubiera acuerdo, podríamos hablar de otros asuntos, como el regreso de todos los grupos políticos a la junta de gobierno», aseguró Martín. La portavoz del PSOE desmintió haber pedido una liberación mayor: «Fue el PP el que me ofreció directamente, en esa primera reunión, una liberación del cien por cien, cuestión que rechacé de plano. Lo único que propusimos fue establecer, en el marco del Reglamento de Organización del Ayuntamiento, unos criterios de proporcionalidad para las asignaciones a los grupos políticos en función del número de concejales que tengan, porque no es lo mismo tener dos que siete. Y ahí se quedó la conversación», explicó.

Al parecer, Vox y PSOE son los únicos grupos políticos con los que ha hablado el PP sobre las nuevas retribuciones salariales. Ambos lo han admitido y no cierran la puerta a una nueva negociación. Tampoco los populares. «Vamos a seguir trabajando y gestionando la ciudad. Se estudiará todo y se verá si en próximas ocasiones conviene o es necesario llevarlo a cabo. Siempre hemos sido partidarios de que exista una retribución adecuada para esa dedicación especial y específica que requieren los miembros del equipo de gobierno, especialmente aquellos que han abandonado una serie de trabajos en los que, aún con esa mal llamada subida –porque no es una subida de sueldos como tal–, ganaban más dinero. Ni hemos venido a ganar ni a enriquecernos ni nada por el estilo, pero creemos que el esfuerzo, el trabajo y la gestión deben estar recompensados», señaló Serrano.

Los socialistas reclaman diálogo. «Nos hemos comprometido desde el primer minuto a trabajar con el PP para llevar a cabo las medidas que ellos consideren necesarias. Mazarías dijo que es el alcalde del diálogo, pero ha llevado a una comisión informativa una propuesta tan importante como esta a espaldas de los grupos municipales, con total oscurantismo, y una vez lo deja caer, intenta negociar 'in extremis' dando un espectáculo que los vecinos de Segovia no se merecen», dijo Clara Martín. El PSOE no rehuye volver a hablar, aunque tiene muy claras sus condiciones: el diálogo con todos los grupos políticos y el regreso de los portavoces de la oposición a la junta de gobierno local son algunas de ellas.

Vox se limitó a recordar al PP que necesita su concurso si quiere llegar a acuerdos importantes. «Nosotros estamos en la oposición; seguimos en la oposición. Y a partir de ahora el PP debe analizar y valorar si quiere seguir contando con nosotros o no. Por delante hay unos presupuestos que aprobar... Estamos en la oposición, seguimos en la oposición y vamos a defender nuestras propuestas y no defraudar a nuestros votantes», subrayó Esther Núñez.

El resto de grupos políticos volvió a pronunciarse en contra de la subida salarial propuesta por el PP. El Grupo Mixto (Ciudadanos y Segovia en Marcha) fue especialmente crítico con la cuestión. «Mazarías I, el alcalde de los caprichos y los privilegios, se ha dado de bruces con la realidad porque esta subida indecente de salarios no se entendía más allá de la cuatro paredes del despacho de la Alcaldía; no lo entendía la ciudadanía, fuera de izquierdas o de derechas. Nosotros lo hemos dicho desde el primer momento, sin ningún tipo de negociaciones de salón ni de dobles varas de medir», dijo Guillermo San Juan, portavoz de Segovia en Marcha. «El Ayuntamiento se dignifica sin mentir y haciendo que el escándalo y el bochorno no tengan lugar. Hoy [por ayer] ha quedado claro lo que sabíamos: que el PP tiene doce concejales y la mayoría está en trece. Debe, pues, hablar, negociar y, después de la prepotencia que ha tenido hasta la fecha, dar paso a una época de diálogo, de pactos, de sentarse a la mesa y no llevar las propuestas tratando de pasar el rodillo. Es bochornoso y un escándalo que tiene que marcar un antes y un después», añadió Noemí Otero, portavoz de Ciudadanos.

Ángel Galindo (IU) calificó de «desproporcionada» e «injustificada» la medida. «Al final, ha quedado claro que el PP no tiene mayoría absoluta en el pleno y debe hablar antes con todos los grupos, especialmente en asuntos tan importantes como este. Otros ayuntamientos que triplican a Segovia en población tienen sueldos más proporcionados que el que el señor Mazarías quería para él y sus concejales», dijo.