En las procesiones de Semana Santa, dentro de los penitentes que acompañan a cada uno de los pasos, cobran un papel destacado las manolas, aquellas mujeres que visten de negro y que acompañan las imágenes llorando la muerte y celebrando la resurrección de Jesús. Una ... de las principales características de su atuendo es la mantilla, negra en Viernes Santo y blanca para el Domingo de Resurrección.
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Colocar esta mantilla no es algo sencillo, por lo que desde la cofradía de Nuestra Señora de La Soledad, de Cuéllar, han organizado un taller para que todas las interesadas que lo desearan, pudieran aprender a colocar los distintos elementos para la correcta forma de vestir esta prenda, que fue impartido por Conchi Bayón, experta en indumentaria tradicional, quien lleva ya unos 30 años colocando mantillas y peinetas a las corregidoras y damas de Cuéllar y casi otros tantos ayudando a colocar estos accesorios para las procesiones de Semana Santa.
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Durante el taller, Bayón, fue explicando paso a paso cómo realizar una correcta colocación de la mantilla, y ejemplificándolo sobre la cabeza de las participantes, mostrando las diferentes formas de situar los elementos.
Según apuntó es algo que se hace «con mucho cariño», pero que lleva sus trámites, que comienzan recogiendo el pelo, e intentando que sea favorecedor a la cara. Uno de los elementos principales, que se utiliza desde el principio hasta el final, son las horquillas, pero además son necesarios otros como un broche, una teja o peineta, y la mantilla.
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Respecto al pelo, lo que se debe intentar es recogerlo en un moño medio «que no vaya muy bajo». En el mismo se introduce la peineta, que debe estar centrada con la frente y con la nariz, y no debe ir hacia adelante, sino recta. Una vez que se tiene este elemento, se coge la mantilla por el centro y nuevamente se centra con la nariz.
En ese momento, con los elementos ya colocados, se sujeta con la mano sobre la cabeza, y entre la teja, se van colocando horquillas para sujetar la mantilla, «procurando que vaya un poquito la onda a la cara, para que favorezca más», detalla Bayón. Posteriormente, se recoge en la parte de atrás, o bien con horquillas y pliegues o simplemente con un frunce, para rematarlo con un broche, que se engancha al moño, para que todo vaya sujeto.
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Además, si se nota que la mantilla pesa demasiado, se puede descargar en los hombros. Para ello, se abullona un poco sobre los mismos y se prende al vestido o al abrigo que se lleve.
Aunque sí existe un código de vestimenta para las manolas, no se cuenta con uno para la colocación de la mantilla y existen varias formas de situarla sobre la cabeza, cubriéndola por completo o solo un espacio. El que la mantilla fuera más adelante y caída hacia la cara, «era un modo más antiguo, como de los años 20», explica Bayón, que detalla que el que la cara fuera más despejada fue un modelo posterior, una moda. Ahora, se vuelve a ir con las ondas a la cara, aunque no tan tapada, «y yo creo que favorece bastante, pero no es un código». Recuerda que el único código es que se sea respetuoso con el corto del vestido, que sea más bien largo, hasta la rodilla e incluso un poco más, ese «es el código importante. Para la mantilla, que se lleve con mucha dignidad», señala.
También explica que no existe marcado una largura de la mantilla, ya que éstas antes eran más cortas, y lo ideal es que por la parte delantera vayan a la altura de las manos, mientras que por detrás a la altura de las caderas. Pero «ahora las mantillas son muy grandes, y no es fácil que llegue a las caderas, sino que suele pasar incluso el largo del vestido», explica.
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La forma que Bayón coloca la mantilla en Semana Santa, es la misma que utiliza para ponérsela a la corregidora y las damas durante las fiestas, con una única diferencia, que estas últimas llevan vestidos con estampados o colores, por lo que se adorna con flores naturales, mientras que para las procesiones, evidentemente no se adorna, pues son celebraciones más sobrias.
Durante estos días se utiliza la mantilla negra para las procesiones, a excepción del Domingo de Resurrección, cuando se coloca blanca o cruda, mientras que, si es posible, la teja se utiliza de color nácar, aunque quien no tiene esa opción opta por el color carey. «La blanca favorece mucho más que la negra, da como mucha luz, y bajo mi punto de vista, más guapas están las chicas», asegura Bayón.
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Una de las principales dificultades a la hora de colocar la mantilla es el cabello corto, pero no es un impedimento. «El caso es sujetarla, si no se puede porque el pelo es demasiado corto, siempre se puede utilizar un bigudí de peluquería o algo para que la peineta amarre. El pelo, cuanto más corto, pues más horquillas», explica.
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