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La ordenanza de Convivencia Ciudadana entró ayer en vigor tras la introducción de diversos cambios con los que el Ayuntamiento de Segovia pretende aumentar la protección sobre el Acueducto y sobre el resto del conjunto histórico de la ciudad. La modificación de la normativa concreta las posibles infracciones sobre el patrimonio y aumenta las sanciones para aquellos que cometan dichas agresiones. En la práctica, y durante las primeras horas de su vigencia, no tuvo una gran incidencia en el centro de la ciudad, sobre todo por el desconocimiento que tanto vecinos como turistas manifestaron tener de la nueva normativa, que contempla sanciones de hasta 3.000 euros para las infracciones muy graves.
Con cielo encapotado pero temperaturas agradables, el centro de la ciudad volvió a recibir este sábado la visita de miles de turistas. El Acueducto fue el principal reclamo y sus piedras acapararon la mirada de los visitantes. Muchos no pueden resistir la atención de tocar el bimilenario monumento cuando caminan entre sus arcos. Algunos deciden inmortalizar su visita con una fotografía en la que posan apoyados en alguno de los pilares. «¿Ya no nos podemos apoyar?», preguntaba una mujer llegada desde Talavera de la Reina que visitó la ciudad junto a su pareja. «Pues no lo sabía. Hay que poner carteles o algo», comentaba al ser informada de las sanciones que contempla la nueva normativa. Por ejemplo, el apoyarse en los sillares del Acueducto es una conducta que puede ser sancionada hasta con 750 euros.
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Alguna de las nuevas infracciones recogidas en la normativa municipal generan dudas entre los visitantes. «Por apoyarse una persona no se va a caer el Acueducto», declaró una familia de turistas a los pies del monumento. No obstante, sí que apuntaban la necesidad de tomar medidas para proteger el patrimonio. «Multar por apoyarse lo veo un poco excesivo», añadieron.
«¡Es una barbaridad! Están locos», comentaba un grupo de Burgos al conocer los detalles de la ordenanza. «Por apoyarse no se va a caer el Acueducto. Es una manera de recaudar dinero», señalaron sobre una medida que consideran puede provocar una reducción del número de turistas que llegan a la ciudad.
«No sé si son excesivas, pero sí veo bien tomar medidas para proteger el patrimonio», comentó una vecina de Segovia, que también desconocía la ordenanza. Y es que más allá de si estaban o no de acuerdo con la normativa, los turistas preguntados sí que coincidían en la necesidad de informar adecuadamente de las posibles sanciones. «No tenemos ni idea ¿Dónde ponen lo que no está permitido?», señalaron. Alguno, de hecho, va más allá y considera que para evitar este tipo de acciones lo que se debería hacer es vallar los pilares del propio Acueducto.
«Si está justificado... pero creo que el impacto de esto no va a ser muy grave», declaró un grupo de ciclistas de El Espinar que apoyó una de sus bicis en el Acueducto, conducta sancionada con hasta 1.500 euros. Por suerte para ellos, en ese momento no había Policía Local en la zona.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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