Segovia

La población extranjera ya supone más del 20% del padrón en 24 municipios

Los residentes en la provincia que nacieron fuera de España ya suponen un 16,5% de la población segoviana, según los últimos datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Hace menos de una década, esta proporción apenas alcanzaba el 12% y, a principios de siglo, su presencia era mucho más baja, casi imperceptible. Mientras que el padrón de 2004 fue el que anotó por primera vez una cifra superior a las 10.000 personas inmigrantes (cerca de un 7% de los censados totales), el pasado mes de julio se batió una nueva marca al alcanzar los 26.103.

El asentamiento de población extranjera en los distintos municipios ha experimentado grandes fluctuaciones con el paso del tiempo. Antes del estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008 se produjo una importante escalada en la llegada de personas procedentes de otros países. Este acontecimiento desencadenó en una crisis económica y social que lastró la actividad de los negocios, arrasó puestos de trabajo y, en consecuencia, muchos proyectos de vida.

Si bien es cierto que el número de inmigrantes que residían en Segovia mantuvo un cierto equilibrio hasta 2012, cuando rondaban los 20.000, a partir de esa fecha el padrón de extranjeros se desplomó. Permaneció en niveles mínimos hasta la pandemia. La eliminación de las restricciones a la movilidad con motivo de la covid tuvieron un efecto directo en el censo custodiado por los ayuntamientos.

Las oficinas del registro municipales empezaron a recibir un goteo que pronto se convirtió en una avalancha, ya que Segovia ha ganado casi 6.000 habitantes procedentes de otros países desde 2021. La media de inscripciones de ciudadanos de origen extranjero supera de forma general el centenar por cada mes analizado por el INE. La edad media se sitúa en los 46 años y en el análisis general se imponen los pasaportes búlgaros, marroquís, colombianos y rumanos.

El censo de población confirma la llegada de multitud de personas inmigrantes después de 2020. La afluencia en algunos puntos del territorio es mucho mayor incluso que en el periodo inmediatamente previo a la crisis económica. En aquel momento, había diferencias según la comarca. La instalación de las comunidades extranjeras era desigual en relación a las zonas del mapa observadas, un aspecto que comparte la situación actual.

La mayoría de los empadronados con una nacionalidad diferente a la española se concentran en la ciudad de Segovia. Más de un tercio -alrededor de 8.500 personas- han elegido la capital para instalar su hogar. Entre las principales procedencias a las que se ha dado la bienvenida en los últimos años sobresale la marroquí, colombiana, venezolana y, en menor medida, ucraniana. Una gran parte cuenta con estudios universitarios o equivalentes a la Formación Profesional.

El resto de familias extranjeras se reparten por los demás municipios segovianos. De este modo, un 64% de la población inmigrante se ha establecido en el medio rural, de acuerdo con el instituto estadístico. Hay mayor preferencia por los pueblos más grandes, que de forma general cuentan con más servicios y oportunidades laborales.

Es por este motivo que el recuento de extranjeros supera el millar tanto en Cuéllar como El Espinar, siendo más numeroso el censo en el primero , con 1.667 vecinos procedentes de otros países frente a los 1.540 que apuntan el conjunto de núcleos espinariegos. El porcentaje de inmigrantes comparado con el total de la población también es más elevado en la localidad cuellarana, al registrar un 17% de inscripciones, que aventaja en casi dos puntos a las cifras reflejadas por el padrón de El Espinar.

Ambos municipios están por encima de la media en la proporción de vecinos inmigrantes respecto al total de residentes. Esto quiere decir que aproximadamente uno de cada diez habitantes en los pueblos nacieron fuera de España, aunque hay casos en los que el dato es mucho más alto. En Fuente el Olmo de Fuentidueña, donde el padrón arrojaba 281 inscritos en 2023, las personas extranjeras ya son mayoría, pues están detrás del 73% de los censados. Más de la mitad son mujeres.

Es un umbral muy difícil de igualar, ya que el siguiente municipio con más personas de otros países es Boceguillas (38%), seguido muy de cerca por Chañe (37%), Pradales (34%) y Ortigosa de Pestaño (31%). Grajera, Sanchonuño y Gomezserracín apuntan una marca superior al 25%. Hay un total de 24 pueblos en los que se sobrepasa el 20%.

En términos absolutos, si se tiene en cuenta el número de empadronamientos, Cantalejo lidera el ranking de pueblos de menos de 5.000 habitantes que acoge a más familias extranjeras, ya que suma más de 750 vecinos de diversos orígenes. La Lastrilla supera los 600 y Riaza, el medio millar, un límite que ninguna otra localidad consigue rebasar.

Una treintena de municipios segovianos, lo que se traduce en el 15% de los destinos que conforman la provincia, suman al menos un centenar de habitantes originarios de otros países. En esta clasificación aparecen pueblos grandes como Palazuelos de Eresma, San Cristóbal de Segovia o el Real Sitio de San Ildefonso, pero se incluyen además otros cuyo padrón no alcanza los 1.000 inscritos, como son Chañe, Mozoncillo, Gomezserracín, Sepúlveda, Marugán o Navalmanzano.

Al contrario, hay tan solo dos casos de localidades que, aun contando con cifras de población más altas, se quedan por debajo del umbral. Navas de Oro, que contabilizaba 1.300 vecinos según la estadística actualizada, solo documenta 87 personas inmigrantes. Trescasas, que ronda estos datos demográficos, se queda por debajo del medio centenar de extranjeros.

Hay ejemplos repartidos por todo el territorio, desde el nordeste y el alfoz de Segovia capital hasta la Tierra de Pinares. No importa el tamaño ni las características, aunque sí que sobresalen como preferencia por parte de los recién llegados los municipios que actúan como cabeceras comarcales, donde prevalecen las labores agrícolas o industriales.

El estudio estadístico permite conocer que ha habido repuntes destacados en algunas comarcas. Pajarejos y Sequera de Fresno no registraban ninguna familia extranjera en 2021 y ahora los inmigrantes protagonizan el 11% y el 13% del padrón. En Membibre de la Hoz, esta proporción ha pasado del 8% hasta el 20% en el mismo periodo, un comportamiento que han experimentado a su vez, ya sea en menor o mayor medida, Ortigosa de Pestaño, Aldealengua de Santa María, Arahuetes, Torrecilla del Pinar, Fresneda de Cuéllar y Sotillo.

Hace siete años, solo 22 de los pueblos segovianos carecían de extranjeros en sus padrones. La cifra se reduce a once municipios en la actualidad, que se corresponde con San Cristóbal de la Vega, Moral de Hornuez, Marazuela, Fuente el Olmo de Íscar, Cilleruelo de San Mamés, Castroserna de Abajo, Castro de Fuentidueña, Arevalillo de Cega, Aldeonte, Aldealcorvo y Alconada de Maderuelo. Solo uno de ellos logra superar los 80 habitantes.