![Un lance del choque disputado este domingo en Nava.](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2023/11/26/balonmano-nava-puente-genil-detorre4-kdxH-U210838130309PBE-1200x840@El%20Norte.jpg)
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Quedan cinco minutos, el marcador está en empate y el público entona el spoiler: «¡Este partido lo vamos a ganar!». El equipo de las remontadas sumó una de las que vale una permanencia. El Nava se lleva dos puntos de oro ante un rival directo ... tras voltear cuatro goles en la segunda parte, como hizo ante Puerto Sagunto o Atlético Valladolid. La lógica del fondista, la fábula de la tortuga y la liebre, llámenlo como quieran. El fortín segoviano decantó el cuarto triunfo del curso para los de Álvaro Senovilla, que llegan a los diez puntos y adelantan al Puente Genil tras un final de infarto, con los puntos en el alambre hasta que faltaban cuatro segundos.
El Nava cumplió con el guion de sus victorias. Un ataque con pocas pérdidas –el Puente Genil apenas contraatacó–, una defensa de menos a más, Dzmitry Patotski dando vidas a sus compañeros en la portería y la frescura en sus hombres clave para marcar diferencias en el tramo final. Guardiola y Prokop culminaron una remontada que contó con la aportación de casi todos, desde un Moyano que va cogiendo tono a la picardía de Ahumada o la ejecución de los pivotes. Enfrente estaba un rival con suficiente arsenal para complicar la tarea, pero el colectivo navero dio el golpe de gracia.
Viveros Herol Nava:
Luis de Vega, Andrés Moyano (4), Borja Méndez (4), Andrés Vila, Mario Nevado, Francisco Ahumada (2) Gonzalo Carró (2), Jakub Prokop (5), Roberto Pérez, Dragan Soljic (1), Dzimitry Patotski, Óscar Marugán (3), Tomas Smetanka (2), Isaías Guardiola (3) y Pablo Herrranz (1).
27
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Puente Genil:
Márcio Silva, Antonio Cabello, Mahamadou Keita (4), Paco Bernabéu (1), José Cuenca (2), Luisfe Jiménez (1), Lucas Aizen, Erekle Arsenashvili (4), Theodoros Boskos (3), Tiago Sousa, Tincho Jung (7), Gonçalo Ribeiro (4), Álvaro De Hita y Fradj Ben Tekaya.
Parciales: 2-3, 4-5, 8-9, 9-9, 12-13, 13-16 (descanso), 16-18, 17-19, 16-18, 17-19, 20-22, 21-22, 24-24 y 27-26
Árbitros: Florenza Virgil y Ausas Busquets. Señalaron cuatro exclusiones a los locales y seis a los visitantes.
locales y seis a los visitantes.Incidencias: Guerreras Naveras. Lleno.
El duelo echó a andar con un jugador al timón: Tincho Jung, el central argentino que aprovecha las ventajas como nadie. Suyos fueron cuatro de los primeros siete goles visitantes, exhibiendo recursos como un desplazamiento lateral que desbordó a Carró o un amago de genio que tumbó de una sola vez al defensor y a Patotski. A eso se le llama matar dos pájaros de un tiro. Era más mérito cordobés que defecto de un Nava que no regalaba en defensa ni se precipitaba en ataque. Grandes jugadores marcando diferencias. En esas tuvo el Puente Genil su primera ruptura, pero no acertó para situar el +3 y Moyano metió en cintura a los suyos con un gran pase al pivote y una contra que él mismo provocó tras un robo en primera línea.
Smetanka, alumno de la escuela de Jung, subió una marcha al ataque local con esa capacidad para fijar a los compañeros y acelerar cuando toca. Puso el 10-9, la primera ventaja navera, pero fue un espejismo. Fradj Ben Tekaya convirtió su arco en una puerta blindada. Negó sistemáticamente los tiros de nueve metros y obligó al Nava a madurar más en busca de lanzamientos más sencillos, una tarea incómoda. La figura del tunecino no se trasladó al marcador porque Patotski también paraba y Prokop resolvía patatas calientes, pero bastaron dos minutos malos para que Ribeiro –un dolor de muelas en el contragol– y Keita –un extremo con un primer paso eléctrico y un brazo imparable que lo anota todo– sumaran un par de goles y Boskos sorprendiera sobre la bocina con un misil desde casi la línea divisora que se coló entre las piernas de Patotski. Ahí llegó el +3 (13-16).
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Luis Javier González
Los cordobeses ampliaría aún su ventana a cuatro (14-18), pero la remontada empezó con la dupla del ascenso sumando goles. Moyano despertó al público y Prokop encadenó una de sus incursiones de tren de mercancías con otra rosca más sutil. Aquello no se convirtió en parcial porque el rival tenía anotadores de sobra para sostener el intercambio. Como Erekle Arsenashvili, el pivote que no recibirá una felicitación de navidad de Mario Nevado, que concedió dos exclusiones más por la frustración que por desventaja táctica. No hay remontada sin portería y Patotski entendió pronto su tarea, pero Ben Tekaya mantenía el tipo. Así que el marcador concedía ese pequeño colchón a los visitantes. El Nava necesitaba algo más.
Hubo instantes de duda, como un intento de contra en un pase arriesgado de Guardiola que no encontró a Marugán. Méndez, que anotó los tres penaltis locales –fue su estreno como primer lanzador, un rol que habían asumido antes Marugán y Dani Pérez, ausente por lesión– tuvo una prueba de fuego porque tocaba secar el parqué mientras manoseaba el balón en los siete metros. Anotó mientras caía al suelo, otro ejemplo de solvencia, algo de lo que anda sobrado. Momentos de resiliencia que mantuvieron al Nava vivo cuando llegó Guardiola para dar ese punto más. Primero, con una asistencia de lujo a Pablo Herranz, que resolvió en el pivote. Después, con dos latigazos. Y el partido estaba 24-24 cuando el marcador registraba 24 minutos y 24 segundos de la segunda parte.
La inercia era local y Méndez dio a los suyos la primera ventaja desde el 10-9. Acto seguido, Patotski tocaba otro balón y Ahumada resolvía una gran circulación para un parcial de 5-1 que ponía a los suyos dos arriba. ¿Hecho? En Nava de la Asunción no hay finales fáciles. Jung destapó por última vez el tarro de las esencias y Ribeiro empataba a minuto y 20 segundo del final.
El Nava concentró sus virtudes en las dos últimas secuencias, como el tráiler de una película. El ataque lo resolvió su mejor ejecutor, Prokop, con una jugada marca de la casa: internada que desborda al defensor para ejecutar con garantías en desequilibrio. El Puente Genil solo podía empatar y su último ataque fue un quiero y no puedo. Paco Bernabéu, uno de los artífices de los dos ascensos naveros que tuvo un papel secundario en su regreso, no la perdió por poco. Pero el silbato del árbitro solo aplazó lo inevitable. Llegaría la pérdida y el jolgorio local porque su equipo ya tiene un colchón de cinco puntos con el descenso.
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