Borrar
Beatriz Rubio y Sara Martín, en las labores de restauración que llevan a cabo actualmente en las tallas de la cofradía de San José. Óscar Costa
'La Piedad' y 'La Magdalena' pasan por el quirófano

Segovia

'La Piedad' y 'La Magdalena' pasan por el quirófano

Las imágenes veneradas por la cofradía del barrio segoviano de San José se van a someter a labores de restauración al haberse agravado algunos daños

Lunes, 23 de septiembre 2024, 09:28

Los cofrades cuidan de ellas, las miman y procuran que luzcan en todo su esplendor en Semana Santa. Las imágenes de los pasos son su tesoro, pero también sus pacientes. Las observan durante el año con ojos clínicos para que se conserven sanas y salvas. Tienen sus años y sus achaques. La humedad, los bamboleos de las procesiones o las subidas y bajadas a las que las someten con el tiento fervoroso las hacen sufrir. Y cuando el daño es palpable no cabe más remedio que pasar por la consulta de los especialistas restauradores. Su mirada más terrenal y profesional detecta el mal que aqueja a las tallas que veneran los feligreses, las toman sus constantes y diagnostican el tratamiento a aplicar y las curas que remedien y restañen las heridas del paso del tiempo.

La parroquia de San José custodia en sus entrañas dos tallas a las que rinden veneración los fieles de Nuestra Señora de la Piedad. Una, la que presta su nombre a la cofradía, es obra del imaginero catalán José Quixal. Fue adquirida por el obispo Julián Miranda Bistuer en 1907, lo mismo que la segunda, firmada por el taller de Sebastián de Sanabrá, en Barcelona, la cual presenta a María Magdalena postrada de rodillas, a los pies de la cruz, donde Jesús yace crucificado y muerto.

Estos días Beatriz Rubio y Sara Martín, han empezado «una intervención puntual sobre los deterioros que se van produciendo por el propio uso», como resume la primera de las dos restauradoras encargadas de recuperar algunas piezas dañadas y de paliar algunos desperfectos hallados en los estudios llevados a cabo.

La cofradía sufraga la intervención con el dinero obtenido con la organización de excursiones

Estas tareas tenían que haberse desarrollado en 2023 para en la última Semana Santa los pasos lucieran las recuperaciones; pero el tiempo se vino encima y ha habido que aguardar hasta ahora. El presidente de la cofradía de Nuestra Señora de la Piedad, Miguel Ángel Herranz, afirma que con esta 'cirugía' a la que se van a someter ambas imágenes, las dos estarán listas para procesionar en la Pasión de 2025 con las restauraciones acabadas.

En cuanto al tratamiento que se va a aplicar en los próximos meses, Beatriz Rubio matiza que ambas obras son «muy grandes». La especialista se detiene en 'La Magdalena', en cuya composición detalla que «el Cristo es sobredimensionado». Es una de las razones de que los anclajes se resientan del vaivén de los desfiles, como apunta también el presidente de la cofradía de La Piedad. «Es inevitable, y aunque se quieran poner refuerzos por fuera, estéticamente no se puede hacer», prosigue Rubio.

«Aunque se quieran poner refuerzos por fuera, estéticamente no se puede hacer»

Beatriz Rubio

Restauradora

En ambas composiciones, las restauradoras han detectado «craquelados en la policromía y zonas de pérdida del estrato pictórico de manera puntual», como especifica el informe presentado en la propuesta de intervención, en la que también constan la necesidad de limpiar la suciedad acumulada.

Las dos tallas padecen también «grietas causadas por los movimientos naturales de la madera, aunque ninguna de ellas supone riesgo para la estabilidad estructural de la escultura». La mayoría son de «muy pequeño» tamaño. El diagnóstico común a las dos obras incluye también la observación de marcas en ciertas uniones de las maderas de soporte, algunas de ellas por pérdidas que se han producido de policromía. En las grietas se aprecia un leve levantamiento del estrato pictórico, ahondan las restauradoras en su evaluación sobre el estado de salud de las piezas.

El trajín intenso durante los días de procesión hace mella en las estructuras. Las carrozas van sobre un terreno que no es precisamente liso, el empedrado, los baches, los movimientos de subida y bajada de las imágenes «aceleran el deterioro» que de por sí provocan en los materiales la alianza de la antigüedad y las adversidades meteorológicas a las que se ven expuestas en ocasiones como ocurrió en la última Semana Santa, para tristeza de las cofradías de Segovia.

Aunque las tallas se tapen con plásticos para evitar en lo posible que la lluvia, el viento e incluso la nieve les afecte, las piezas, hechas de madera, están expuestas a la humedad, un enemigo para su conservación y un aliado para la erosión.

Las especialistas actúan en los craquelados de la policromía para restaurar la pintura. Óscar Costa

Las restauradoras de la empresa ConservarArte exponen que ya tomaron nota e imágenes de los desperfectos que padecían las imágenes durante las primeras inspecciones que llevaron a cabo en 2023 . Ahora cotejan esa documentación gráfica con la tomada estos días y confirman que «algunas grietas han crecido y, por lo tanto, hay que controlarlo para que no vayan a más».

Esta va a ser su tarea, aunque Rubio matiza que las obras que veneran los cofrades de Nuestra Señora de la Piedad «no corren peligro». De ahí que hable de «intervenciones puntuales», pequeñas operaciones para restañar, por ejemplo, leves golpes detectados o sellar y cerrar fisuras que han ido a más en los últimos meses. Asimismo, añade que se va a actuar sobre zonas de pintura dorada, en las que ya se operó en anteriores pasos por el quirófano de los restauradores, con el objetivo de estabilizar las capas y evitar que los colores viren.

«Algunas grietas han crecido y, por lo tanto, hay que controlarlo para que no vayan a más»

Beatriz Rubio

Restauradora

En el caso concreto de 'María Magdalena al pie de la cruz', Beatriz Rubio desliza que el equipo está barajando «un cosido estructural» al haber intuido un mayor daño con respecto a 2023, intervención que en los primeros exámenes no se había contemplado.

La restauradora pone de relieve el celo con que los cofrades velan por la conservación de sus pasos. «Procuran que no haya nada grave, los cuidan; y cuando existe un daño grande, deciden no procesionar» antes que exponerlos a un riesgo mayor. Por su parte, Herranz subraya que en esos desvelos también tiene cabida el sacrificio de los cofrades.

La agrupación paga los gastos de la restauración, 3.000 euros aproximadamente. Para sufragar el coste de la conservación de las imágenes, organizan eventos como excursiones cuya recaudación va para el mantenimiento de las tallas, ya que «con las cuotas no llega», apostilla Miguel Ángel Herranz.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla 'La Piedad' y 'La Magdalena' pasan por el quirófano