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Mónica rico
Cuéllar
Viernes, 17 de abril 2020, 12:21
La parroquia de Cuéllar ha comunicado oficialmente esta semana que la celebración de las primeras comuniones, previstas para el mes de mayo, queda suspendida. Tras darlo a conocer a las familias afectadas, lo hizo público ayer a través de las redes sociales. Según ... explica, desde el Obispado se ha comunicado que las comuniones no podrán celebrarse hasta que las autoridades sanitarias lo autoricen, por lo que no pueden avanzar unas fechas aproximadas para su próxima celebración.
La medida afecta a medio centenar de niños que iban a celebrar sus comuniones durante los domingos 3, 10 y 17 de mayo. En concreto, cada domingo estaba previsto que tomasen el sacramento dos grupos de catequesis de los niños de tercer curso de Primaria de la localidad. Así lo indicó el párroco de la localidad, Fernando Mateo, quien señaló que hasta que no se vea cómo transcurren los acontecimientos «y cómo va menguando la pandemia» no sabrán nada sobre la posibilidad de nuevas fechas, una cuestión que ya se ha planteado, aunque se ha desestimado por desconocer la duración de esta situación.
Coronavirus en Segovia
No obstante, se han barajado posibilidades como la celebración en otoño, una cuestión que habría que consensuar con las familias, puesto que es posible que no todas tengan disponibilidad, y siempre teniendo en cuenta que la pandemia se encuentre ya controlada. Otra de las opciones podría ser posponer las comuniones de este año al próximo, lo que también sería complicado, ya que el sacramento lo tomarían niños de dos años, lo que podría suponer «una macrocelebración», por lo que aún no se han avanzado fechas.
Ya hace tiempo que en otros puntos de la provincia, como en la propia capital, se había anunciado la suspensión de las primeras comuniones. Sin embargo en Cuéllar se ha querido esperar para ver cómo se iban desarrollando los acontecimientos, tanto la pandemia como el confinamiento y las medidas de distanciamiento social, «con la esperanza de que pudieran celebrarse». Pero dado que el estado de alarma se encuentra decretado hasta el próximo 26 de abril y con posibilidades de prorrogarse, se ha decidido anunciar la decisión, ya que los primeros niños iban a tomar su comunión en apenas dos semanas, el próximo 3 de mayo.
Las familias han aceptado la anulación de las celebraciones con resignación. Es el caso de María de la Calle, madre de Lucía Muñoz, una de las niñas que tomaría la primera comunión el próximo 17 de mayo. Ella tenía ya todos los preparativos prácticamente cerrados, comprados los vestidos de toda la familia, contratado el restaurante y el reportaje fotográfico que se suele realizar como recuerdo de esta fecha, e incluso los detalles con los que iban a obsequiar a los invitados.
De hecho, estos regalos los tiene ya en casa. Los recibió a primeros del mes de marzo y todos están sellados con la fecha del 17 de mayo. Lo mismo ocurre con los marcos de fotos que iba a regalar, que tienen el nombre de Lucía y la fecha que estaba prevista para su primera comunión. Y por el momento «se van a quedar así» , y más teniendo en cuenta que se desconoce la fecha en la que se podrá desarrollar el evento.
Tras conocer la noticia, María se puso en contacto con la tienda donde adquirió el traje de comunión de Lucía, «y la verdad es que no me puso ningún problema. Me dijo que no me preocupara», señaló, apuntando que al realizar las primeras pruebas el vestido le estaba largo a la niña, por lo que es probable que le pueda valer más adelante, para la fecha de la celebración. Otro problema es el de los zapatos, que aunque sí que los compró «un pelín más grandes», dado que aún faltaban semanas para la celebración y que posteriormente los volvería a utilizar en el Corpus, María tiene dudas de que en otoño le puedan valer, por lo que se plantea comprar otros.
Entre los malos momentos que están viviendo los pequeños, también hay lugar para los recuerdos recientes ligados a los preparativos de la comunión. Uno de ellos fue el día que acudieron a probar el menú. El 16 de febrero la familia se desplazó hasta el restaurante La Mirada, en Samboal, donde coincidieron comiendo con Lucía Bosé, quien poco más de un mes después fallecía en el Hospital General de Segovia a causa del coronavirus. También queda en la memoria de la familia el viaje a Londres que realizaron la pasada Navidad, puesto que Lucía, para su comunión, no quería que le regalasen juguetes. Su ilusión era viajar a Londres. La agenda marcó que el mejor periodo para ello era diciembre, por lo que, aunque la pequeña no podrá celebrar su comunión el 17 de mayo, sí ha podido ya disfrutar de su regalo más especial. «Ahora lo importante es salir de esta pandemia», subraya María de la Calle.
Según su madre, Lucía ha entendido la situación, aunque se siente triste y «le da mucha pena». Además el próximo sábado es su cumpleaños y también lo pasará confinada en casa». A los amigos les dice que lo que más pena le da es que no va a poderlo celebrar con ellos». Y a ello hay que sumar que lleva más de un mes encerrada ya» pero creo que lo asimilan antes que nosotros», apunta María de la Calle.
En la familia de la pequeña Lucía los preparativos para la primera comunión comenzaron hace meses. Ya en noviembre su madre comenzó a ver modelos de vestidos para ella, puesto que es entonces cuando se dan a conocer las nuevas colecciones. También por entonces empezó a buscar los detalles de recordatorio de ese día. Finalmente los encargó en diciembre y llegaron a casa unos quince días antes del decreto del estado de alarma.
María de la Calle apunta que, de momento, le da igual la fecha de celebración, puesto que ahora mismo lo único que quiere «es que se pueda celebrar junto a la familia. Es un día muy especial para ella, para que esté con sus amigos y sus familiares». Por ello señala que si se restringiera el acceso a los padres y hermanos, sería mejor dejarlo para el próximo año. Incluso ha llegado a pensar en la posibilidad de poder tomar la comunión en otro lugar, como en el Santuario de Nuestra Señora de El Henar, donde en años anteriores sí se celebraban comuniones. Sería «cuando nos dejen estar juntas unas veinte personas, y así no tiene que estar la iglesia llena con todos los familiares».
Sin embargo, esta posibilidad parece improbable, puesto que los Hermanos Carmelitas abandonan el Santuario previsiblemente en junio, por lo que en el lugar es difícil que se oficien celebraciones sacramentales, al menos por el momento.
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