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El presidente de la Federación de Caza de Castilla y León, Santiago Iturmendi, reivindica los esfuerzos de su colectivo por evitar que el Gobierno catalogada a la codorniz como especie vulnerable y esgrime el músculo reivindicativo de una manifestación en Madrid con más de 1. ... 500 autobuses que representaron a un sector que oscila en torno al millón de cazadores a nivel nacional. «Se ha demostrado que sus poblaciones son susceptibles de hacer un aprovechamiento racional y razonable», declara.
Iturmendi habla de una actividad «necesaria» para «controlar las poblaciones» y evitar un «perjuicio muy grande» para el mundo rural. «Los cultivos serían prácticamente imposibles de realizar por los daños que producirían los excesos poblacionales». Pone en valor «una fuente de riqueza» para la España Vaciada. «Genera al año 6.500 millones de euros, nada desdeñable. En España factura más la caza que el vino», subraya.
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Luis Javier González
Al esgrimir la utilidad de la caza para «mantener los ecosistemas», dibuja un retroceso en algunos espacios protegidos. «Los parques nacionales se están deteriorando de una manera espectacular. Donde no se caza, hay superpoblaciones de animales. La conservación no es mérito de la Administración, sino de los habitantes de esos lugares, que lo han sabido conservar y aprovechar de una manera certera. Es sentido común, cuando el sistema funciona no hay que cambiarlo», sostiene. Por eso se opone a que sean empresas «semi-estatales» las que establezcan cupos y vaticina que en parques como Monfragüe, en Cáceres, se volverá la caza.
Frente a los prejuicios, invita a los neófitos a probar la experiencia para comprenderla. «Para coger afición a la actividad cinegética hay que practicarla. Dándose realmente cuenta de los difícil que es cazar y de hacerla de forma racional dentro de los parámetros que nos deja la normativa». Una afición que tiene sus costes –licencias, desplazamientos o armas– pero que el presidente considera asumible. «No es barata, pero tampoco es una actividad de lujo. Está al alcance de cualquier economía. Normalmente los jóvenes cogen la afición por sus familiares cuando les acompañan y les gusta. Es complicado abatir una pieza en el campo porque están en su territorio y nosotros somos los que vamos allí», dice.
La caza es uno de los sectores que ha mantenido una tendencia más uniforme durante la pandemia. Iturmendi utiliza la consideración de actividad esencial para argumentar su rol necesario. «No se podía suspender porque iba a causar un grave perjuicio a la naturaleza». Según los valores comunicados por los titulares de los cotos de caza, la media de capturas anuales de codornices en el último decenio se sitúa en 530.000 piezas en Castilla y León. La temporada pasada fueron 513.000. Las provincias donde los niveles de captura de codorniz han sido más altos han sido Burgos, con el 36 % de las piezas; Segovia no supera el 3%.
Respecto al conejo, la media de piezas abatidas en la última década se sitúa en 320.000 ejemplares. La temporada pasada fueron capturados 380.000. La provincia de Valladolid declara unas capturas anuales cercanas al 27% del total; Segovia aporta en torno al 5%. Para la práctica de la caza es necesario el documento de identidad, la licencia de caza., la autorización escrita del titular cinegético y los permisos para el uso de armas.
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