Varios niños superdotados participan en un juego de mesa para estimular su desarrollo intelectual. Antonio de Torre

Segovia

Los padres de niños superdotados ven insuficiente el número de diagnósticos

Las familias piden mejoras al detectar casos que estiman en un 10% del alumnado mientras el registro de la Junta cuenta con solo 81

Domingo, 9 de junio 2024, 09:06

Si se cumple el porcentaje que trazan los expertos y un 10% de los alumnos de Segovia tiene altas capacidades, el sistema tendría que atender a unos 2.300 en toda la provincia. Esta estimación que defienden algunos de sus padres dice que el 2% ... son superdotados —un elevado nivel de inteligencia y creatividad en todas las áreas— y el resto tiene un talento simple —por ejemplo, en matemáticas—, una carta que no solo es un don, sino que en ambos casos puede jugar en su contra. Los progenitores se quejan de que los centros son reacios a identificarles: ojos que no ven, medidas que no se aplican. Y alertan de las consecuencias de esa pieza que no encaja en el puzzle, tanto en rendimiento escolar como en comportamientos dentro y fuera del aula. El registro de Castilla y León cuenta en estos momentos con 81 alumnos superdotados en el sistema educativo en la provincia, un dato que resulta anómalo por lo bajo y porque una inmensa mayoría (65) son chicos.

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La asociación Altas Capacidades de Segovia (Segac) surgió el año pasado durante unas actividades que organiza Crecyl, el organismo de educación para la diversidad en la región, para los niños diagnosticados con altas capacidades. Los padres compartieron dudas. «Eran muy pocos niños para los que debería haber. Quizá asociándonos conseguíamos algo», subraya su presidenta, Eider Bozasurrutia, que habla de datos anticuados (en sus últimos registros había 43 niños y ocho niñas) y de un problema tanto de identificación como a la hora de que Educación reconozca los diagnósticos de psicólogos privados. «Es difícil que te lo acepten y en los colegios muchas veces se niegan a evaluarlos».

Más del 80%de los alumnos superdotados en Segovia son varones, según el registro de la Junta de Castilla y León

Bozasurrutia explica parte de las dificultades de detección por la saturación de los equipos de orientación de los centros. «Les ponen a la cola. Lamentablemente, se considera que estos niños tienen necesidades, pero de segunda. Que si tienen altas capacidades no necesitarán tanto». Mientras el superdotado tiene un perfil más definido, el de los niños de altas capacidades es más heterogéneo, así que las herramientas son más personalizadas. Es decir, más trabajo para los docentes. «Entendemos que para hacerlo bien es un trabajo costoso para el centro, pero no tiene que ser económico».

El colectivo da más importancia a la implicación de los profesores de cara a «acelerar» al niño. Es decir, adelantarse algún curso, ya sea en todas las asignaturas o solo en las que destaque. Los padres reivindican formación especializada sobre altas capacidades a los profesores. «Hay muchos mitos. Que son niños muy inteligentes, que lo aprueban todo, que no tienen problemas en clase. Pero es justo al revés. Como su cabeza va más allá, hacen muchas veces preguntas fuera de lugar porque son muy curiosos y quieren saber. A algunos docentes les molesta y dicen: 'Eso ahora no les toca'».

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Aunque pueda resultar paradójico, las altas capacidades se traducen con el tiempo en fracaso escolar si no se estimulan. «Como ya están en contra del sistema, muchos no llegan a terminar el instituto». El problema se agudiza en las niñas porque se camuflan más porque sus habilidades sociales son más prematuras que las de los niños. «No les gusta ser la rara, la diferente. Así que prefieren mantener un perfil más bajo y no llaman la atención, al menos en las escuelas». Solamente un 19,7% de los alumnos diagnosticados en la provincia son chicas, una proporción que denota la falta de diagnósticos.

Rasgos destacados

La tarea de detección antes de la edad escolar recae en el progenitor. Aunque los rasgos no son universales, Bozasurrutia cita algunos principales como niños que aprenden a hablar muy pronto. «A veces con dos años tienen una conversación fluida con un adulto. Pueden conversar con un vocabulario impropio de su edad». O unos intereses muy marcados, que pueden variar. «Pasan de los planetas a los dinosaurios, pero ese tema lo explotan al máximo. No se cansan, siguen pidiendo información». Muchos son capaces de buscarla por sí mismos, máxime con el acceso a las nuevas tecnologías. «A veces los padres no llegamos a saber lo que saben nuestros hijos del tema que les interesa».

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No es raro que sepan leer y escribir de forma casi autónoma en edad preescolar. Pero esas habilidades no valen de por sí un diagnóstico para algunos centros que ponen en tela de juicio si es resultado del talento o del trabajo. Bozasurrutia cita respuestas como: «No es que tenga altas capacidades, es que está sobreestimulado». «Si le has enseñado a leer, este año se va a aburrir, porque era los que nos tocaba aprender». Defiende alimentar el interés de cualquier niño cuando lo ha demostrado y habla de un error de base. «Por mucho que le estimules, no lo va a conseguir porque no tiene la capacidad».

Es habitual que los padres primerizos no sepan ver lo que tienen delante. «No tienes con quién compararlo. Hay que fiarse un poco de lo que te dicen a tu alrededor». Comentarios como «¡qué espabilado!» de padres veteranos que saben las etapas de aprendizaje, cuánto tarda en adquirir determinada habilidad. El otro error común de los progenitores es no pedir ayuda: el niño está bien, no necesita nada. «El niño está bien ahora. Cuando llegue el salto de estar desfasado por arriba, es decir, 'estoy adelantado a mis compañeros y me aburro soberanamente', no sabes por dónde va a salir después ese problema».

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Dificultades

Son problemas de conducta que a veces no ocurren tanto en clase como en casa. «En el colegio, por falta de seguridad, no explotan, pero luego en casa las montan terribles por estar conteniéndose cinco horas en un sitio en el que no encajas».

Un encaje que encuentran habitualmente en niños mayores que ellos, un elemento que invita a avanzar un curso, aunque hay otros casos con altas capacidades que no van acompañadas de esa madurez social en los que no se plantea ese escenario. Uno de los argumentos para mantenerles en el curso es su aparente timidez, algo que el colectivo combate. «Si tiene más cosas en común con niños mayores, lejos de pasarlo peor igual le ayuda a socializar».

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La asociación segoviana está conformada por 30 familias que tienen uno, dos o tres niños con altas capacidades

Pese a las dificultades de movilidad para algunos padres de la provincia, la asociación tiene 30 familias que tienen uno, dos o tres niños con altas capacidades. Porque el componente genético invita a casos múltiples. Algunos de esos niños solo han sido evaluados en centros privados, así que no forman parte de la lista de Educación. Hay varios niños que han adelantado curso, más de uno en la misma familia. Algunos padres se han evaluado a sí mismos a posteriori y la asociación plantea de cara al futuro un cribado voluntario abierto a toda la ciudadanía mediante una prueba objetiva.

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