Álvaro de Pablos | Policía
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A lo largo de sus doce años de trayectoria laboral en Madrid, ha probado un sinfín de métodos de transporte y combinaciones para desplazarse cada día. Todo cambió cuando los horarios del tren de alta velocidad «se estabilizaron» y se ajustaron, en gran medida, a ... los turnos del policía segoviano. Álvaro de Pablos apostó por esta opción y se convirtió en uno de los miles de viajeros recurrentes del Avant. «Nos venían de perlas, a lo que se sumó la bonificación», subraya Álvaro de Pablos. «Era perfecto», apostilla. En ningún momento imaginó que las obras de Chamartín iban a hacerle replantearse continuar con su abono. «Nos han quitado trenes y ahora tenemos que ir casi dos horas antes del comienzo de nuestra jornada», lamenta.
Si bien es cierto que consideraba las anteriores frecuencias «un tanto escasas», se alegraba de que «más o menos encajaban con nuestra situación anómala», sostiene. Se refiere a las entradas tempranas y salidas más tardías si sucede algún imprevisto, a las rotaciones o a la posibilidad de cubrir solapamientos. Pero ahora muchos de los servicios de los que se beneficiaba «han desaparecido». Y los que se mantienen «no se han reforzado», critica.
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Ana María Criado
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En caso de entrar a primera hora, «es una locura». Hay que reservar plazas con días de antelación. Cuando le toca trabajar por la noche y en fines de semana, el primer tren de vuelta a Segovia sale a las 10:15 horas, «que siempre está lleno», especifica. «Es inviable regresar en ese momento cuando sales de tu turno a las 6:30», añade. Todavía no han salido los primeros rayos de sol cuando el profesional llega a la estación. «Te obligas a estar en modo 'homeless', tirado en un banco y esperando», lamenta. De ahí que en futuras ocasiones, se haya planteado hacer uso del coche, pese al riesgo que conlleva «afrontar el viaje al volante después de toda la noche y el mal tiempo en carretera». A su juicio, «algo está fallando, está claro: no deberían ponernos estos impedimentos cuando es un servicio esencial, pues el tren casi forma parte de nuestra jornada laboral».
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