Marta Andrino | Veterinaria
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Sus primeros contactos con el tren de alta velocidad se remontan a 2008, pero diez años después dejó de usar este servicio a raíz de un cambio de horarios porque «era un despropósito». Decidió coger el coche, pero hace unos meses volvió a sacar un ... abono del Avant al finalizar su reducción de jornada por cuidad de los hijos. «Vuelvo a la jornada completa y necesito el AVE para respirar, pero todo sigue igual… Así nos tratan», lamenta Marta Andrino, veterinaria. Cuando empezó a trabajar en Madrid, pensó mudarse cerca de su puesto laboral, pero confió en el nuevo medio de transporte que iba a llegar. «Hay gente de la época antigua a las que ahora veo, muchos acabaron yéndose de Segovia, ya que no podían estar con este estrés todos los días: es muy difícil vivir aquí así», explica.
El convoy que reserva habitualmente es el que sale a las 8:04 horas. «Dejo a mi hijo en madrugadores y me marcho». Lo que ocurre es que «están siempre llenos, y toca estar a vueltas con el trabajo». Si por algún casual finaliza antes su jornada, «voy a tener que esperar horas porque no puedo adelantar el tren». Han quitado frecuencias por obras: «Se pasa muy mal». Por este motivo, se ha puesto de nuevo al volante, pese a que «es muy cansado, hay muchos atascos y es complicado por el clima», remarca. La experiencia corrobora este relato. «En invierno se pasa mucho miedo y hay días que no hay opción de esquivar el peaje, que es muy caro, solo un trayecto cuesta más que el AVE», remarca. Afortunadamente, cuenta con dos días semanales de teletrabajo. De otro modo, «te tienes que buscar la vida como sea», lo que no siempre es posible.
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Últimamente se suceden retrasos en los diferentes servicios: «¿Qué le voy a decir a mi jefe, que tenga paciencia?» Según considera, «saben que necesitamos este medio de transporte y juegan con ello, nos tienen abandonados». La profesional segoviana no solo piensa su futuro, sino también en el de las generaciones venideras. «Hay muchos estudiantes que están yendo a las universidades en AVE porque las conexiones son muy buenas, por lo que regresaron a la provincia, pero se van a tener que ir y coger un piso compartido en Madrid: no hay otra opción», vaticina.
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