Segovia

El obispo pide «paz» en Oriente Medio y Ucrania en la despedida de la Patrona

«En estos tiempos convulsos te pedimos la paz para los pueblos, especialmente en Tierra Santa. Cerca de Nazaret, donde viviste, las bombas siembran muerte, y la paz de tu Hijo es una flor marchita por el odio y la venganza de pueblos hermanos», dijo antes de referirse a la situación en la Europa del Este: «En la cristiana Ucrania, donde te veneran como Virgen de la ternura, y en la Santa Rusia, la muerte impera sobre la vida y la paz, que parecen imposibles».

El obispo de Segovia también hizo alusión al drama que miles de migrantes viven en su desesperado intento de alcanzar Europa. «La muerte se cobra cada día vidas de pobres migrantes cuyos deseos de una vida mejor se frustran anegados en el mar», dijo.

Sus últimas palabras fueron para los gobernantes y las familias vulnerables. «Ejercita, Señora, tu oficio de mediadora ante Cristo y alcánzanos la misericordia que anhelamos. Patrona de Segovia: ilumina a nuestros gobernantes para que sobre el fundamento de la paz y la justicia conduzcan al pueblo al verdadero progreso que Dios quiere para este mundo. Mira a nuestras familias, especialmente las que viven en dificultad con pobreza y sin esperanza de un futuro mejor, y extiende tu manto de misericordia sobre las situaciones que parecen insalvables y producen desesperanza. Enaltece a los humildes y colma de bienes a los hambrientos, y a los ricos inmisericordes déjalos vacíos», concluyó.

El pueblo de Segovia volvió a vibrar en la despedida de la Virgen de la Fuencisla, que regresó a su santuario de las Peñas Grajeras tras el novenario que ha tenido lugar en la Catedral durante los últimos días. El acto brilló en la tarde soleada, apacible y azul de septiembre. Acompañada por representantes de las cofradías, hermandades y feligresías de la Semana Santa de Segovia, por los miembros de la Real Cofradía de Nuestra Señora la Virgen de la Fuencisla y por las autoridades religiosas, civiles y militares, la imagen de la Patrona llegó al Azoguejo sobre las seis de la tarde, una vez terminado el rezo del rosario en la Catedral. A los pies del Acueducto, donde aguardaba una multitud de fieles y curiosos, la Virgen fue recibida con las notas de la Unión Musical Segoviana, que interpretó 'La banderita' al paso de la unidad de alumnos de la Academia de Artillería. Los militares acompañaban la comitiva y desfilaron delante de la imagen camino del centro. El relevo lo tomaron los danzantes del grupo Emperador Teodosio, que bailaron tres hermosas piezas de su repertorio, 'Las Seguidillas de la Virgen', 'La Jota de la Bajada' y 'La Jota de la Virgen de la Fuencisla', cantadas por Luis y Carlos Hidalgo. Como siempre, este uno de los momentos más emotivos, pues expresa perfectamente el cariño y la devoción que el pueblo segoviano siente hacia su Virgen.

El rezo de la Salve de la Fuencisla despidió el acto, que estuvo presidido por el obispo de Segovia, César Franco, y el alcalde de y presidente de la Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia, José Mazarías. La comitiva cruzó los arcos y se encaminó hacia el santuario, en procesión, a través del paseo de Santo Domingo de Guzmán. Antes de penetrar en el templo, miembros del grupo de danzas Emperador Teodosio formaron un arco de flores bajo el cual pasó la imagen de la Virgen.

Afortunadamente, el Veranillo de San Miguel, que nunca deja de lado a Segovia, favoreció el desarrollo de los actos, y los fieles vieron compensada la decepción del primer día, cuando la lluvia impidió la subida de la Virgen a la Catedral en procesión y su posterior recibimiento delante de la Casa Consistorial. Aquel día, autoridades y devotos tuvieron que recibir a la Fuencisla en el interior del templo mayor segoviano.