Segovia

Un oasis para refugiarse de la calle

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El nuevo local, ubicado en plena sede de Cáritas, «simula lo que es una vivienda», asegura el técnico del programa de Personas Sin Hogar de esta entidad, Álvaro Pérez. No faltan cómodos sillones, prensa diaria, puzles y juegos de mesa, tampoco un ordenador, unos fogones de cocina, un microondas o una lavadora. Se trata de un pequeño local, con calefacción, dirigido a dar cobijo a las personas sin hogar, pero también a impulsar la convivencia, lo que contribuirá a desarrollarse personalmente o en sociedad. «En invierno, con el frío, estoy seguro de que el artículo estrella será la cafetera», asevera.

«Era algo que hacía falta, incluso a nosotros, moralmente», considera el director de Cáritas Diocesana en Segovia, Ángel Anaya. Por el momento, el oasis que servirá de refugio de la calle a decenas de usuarios estará abierto los martes y jueves, de 9:30 a 11:30 horas, y contará con la supervisión de los voluntarios de la organización. «De momento hemos empezado con lo poquito que tenemos para crear inercia. ¿Es suficiente? Claramente no, es un espacio pequeñito que ojalá se llene para tener que habilitar más sitios a medida de que tengamos más presupuesto», subraya.

Las ayudas europeas, enmarcadas en el Plan Nacional sobre Drogas, han permitido poner en marcha esta iniciativa, que busca otorgar la «máxima dignidad» a aquellas personas que, por una situación u otra, se encuentran en la calle. No obstante, también ha sido posible a través de la labor realizada por los técnicos y los propios usuarios, que han sido los encargados de acondicionar el local, ya sea pintando sus paredes o diseñando la tres salas, desde el baño y la cocina hasta el salón.

Una vez que una persona tiene cubiertas las principales necesidades básicas, tiene que intentar rehacer su vida, para lo que es necesario desenvolverse en el día a día. «En la calle se pierden muchas capacidades de autonomía», considera Pérez. De ahí la importancia de contar con un entorno seguro y multidisciplinar. «Al establecer vínculos y observar la continuidad en el recorrido de estas personas, nos dimos cuenta de que algunas necesidades de desarrollo habían quedado fuera y teníamos que recuperarlas», insiste el técnico.